Ciudad de Panamá – Un nuevo estudio de Plan International y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), titulado ´Educación en Alerta´, destaca que la violencia, amenazas naturales y la inseguridad en el trayecto y en las escuelas afecta a niñas, niños y adolescentes de Honduras y Guatemala.
La investigación, divulgada este lunes, advierte que menores y adolescentes «estudian en entornos marcados por violencia, trayectos inseguros y afectaciones recurrentes por inundaciones, tormentas y otros eventos naturales, comprometiendo su seguridad, bienestar y continuidad educativa».
Los trayectos casa-escuela, especialmente para las adolescentes, son uno de los momentos de «mayor riesgo», mientras que en zonas con presencia de grupos armados o control territorial, «el miedo, la ansiedad y la inasistencia se vuelven parte de la vida diaria de estudiantes y docentes».
El clima dentro y alrededor de varios centros educativos es relativamente más protector que la comunidad, pero está lejos de ser un «espacio blindado».
Al mismo tiempo, en algunas escuelas conviven, el bullying y la violencia entre pares; la violencia basada en género -comentarios, tocamientos y acoso-; robos; consumo y venta de drogas; peleas; y, en algunas zonas, la influencia de pandillas concluye el estudio en uno de sus hallazgos.
«La evidencia nos muestra un panorama profundamente preocupante. No podemos permitir que la violencia ni los desastres sigan definiendo el futuro de la niñez. Urge actuar con decisión, con recursos y con la convicción que cada niña y niño tiene derecho a aprender en un espacio seguro y digno», afirmó Carmen Elena Alemán, directora regional de Plan International para América Latina y el Caribe.
Para Giorgio Lentini, director de NRC para el Norte de Centroamérica y México, «la comunidad internacional, las organizaciones y los actores locales deben actuar cuanto antes» frente a las consecuencias de la violencia y otras amenazas en los niños y niñas de Guatemala y Honduras en el tema de educación.
Plan International y NRC exhortan a los gobiernos, instituciones educativas y actores comunitarios a «reforzar el financiamiento para las medidas de prevención, respuesta y acompañamiento integral para que el camino a la escuela y las escuelas sean espacios seguros que garanticen el derecho a la educación de niñas y niños en contextos de múltiples amenazas».
Adolescentes, los más afectados
De acuerdo con el estudio de Plan y el Consejo Noruego para Refugiados, los adolescentes enfrentan «riesgos significativos» en los trayectos y alrededores escolares en ambos países.
Se aportan datos que dan cuenta que en Honduras, «más del 39 % reportó sentirse poco o nada segura al desplazarse hacia la escuela y un 66 % señaló haber vivido comentarios o tocamientos indebidos».
A su vez, en Guatemala «el 29 % considera el trayecto casa-escuela como poco seguro y un 45 % percibe los alrededores escolares como poco o nada seguros; y otro hallazgo importante es que un 34, 5% se siente nada segura en internet».
Violencias antepuestas a la educación
El estudio concretamente dice que las violencias que interrumpen la educación adoptan formas distintas en cada país, con Honduras donde «el acoso, la extorsión y la presencia de grupos armados alrededor de las escuelas afectan la asistencia y permanencia.
Con respecto a Guatemala, añade que la violencia sexual y los embarazos forzados «continúan siendo causas para que las niñas no continúen en el sistema educativo.
Ilustra que «esta situación afecta directamente en el aprendizaje en ambos países: siete de cada diez alumnas reportaron dificultades de concentración asociadas a situaciones de violencia o miedo».
Riesgos de otras amenazas
La investigación alerta que la situación refleja un riesgo compuesto en ambos países, con la violencia social y de género que se entrelaza con una alta exposición a amenazas de origen natural.
Es el caso de Honduras, con un 52 % de directores y directoras reportaron interrupciones escolares por cortes de servicios básicos o emergencias climáticas, mientras Guatemala figura entre los diez países con mayor riesgo ante fenómenos naturales como terremotos, erupciones volcánicas e inundaciones.
En Guatemala, además, «el 75 % de las adolescentes ha presenciado fallas en infraestructura o servicios esenciales, y las suspensiones de clases por varios días son frecuentes en ambos países».
El estudio advierte que esta combinación de violencias y amenazas naturales «profundiza la inestabilidad educativa y afecta de manera desproporcionada a niñas y adolescentes».
Aunque la investigación reconoce que ambos países tienen marcos normativos para la seguridad escolar y la gestión del riesgo, identifica «brechas significativas en su implementación». JS







