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Mesa redonda del voto: miedo o conciencia

Javier Franco

Faltan 54 días para las elecciones en Honduras. El ambiente está cargado: campañas intensas, polarización y una avalancha de noticias falsas que confunden a la gente. En medio de esta situación, imaginemos una mesa redonda con cinco voces que nos ayudan a pensar sobre el voto: el Príncipe Maquiavélico, el Estadista Estoico, el Psicólogo Social Moderno, el Historiador de la Escuela de Memoria Crítica y Sócrates, que conduce la conversación.

El Príncipe Maquiavélico habla primero. Dice que la política es una lucha y que quien no usa la astucia o la fuerza pierde. Promete orden y soluciones rápidas, pero pide obediencia total. Asegura que el miedo es útil porque mantiene a la gente unida detrás de un líder.

El Estadista Estoico responde que gobernar no consiste en manipular ni en engañar. Gobernar es trabajar con constancia y decir la verdad, aunque no siempre sea popular. Su fortaleza está en la coherencia y recuerda que un poder sin virtud se derrumba como una casa mal hecha.

El Psicólogo Social Moderno no toma partido, sino que aclara lo que pasa. Explica que en un ambiente electoral convulso, con polarización y desinformación, muchas decisiones no se toman desde la razón, sino desde el miedo. En esas circunstancias, la gente busca una figura fuerte que prometa resolverlo todo. Esa búsqueda es riesgosa: los caudillos que se aprovechan del miedo pueden ganar aplausos rápidos, pero no ofrecen soluciones reales.

En cambio, el estadista que llama a la responsabilidad suele enfrentar resistencia porque no halaga, sino que pide compromiso.

El Historiador de la Escuela de Memoria Crítica recuerda que este escenario no es nuevo. Honduras y otros países ya vivieron momentos en los que líderes prometieron demasiado y terminaron en desilusión. La historia enseña que cuando un pueblo vota movido por el miedo, repite errores y paga un precio alto. La memoria está para evitar que esos errores se repitan.

Entonces Sócrates hace la pregunta central:
—¿Qué consecuencias tiene para un pueblo elegir sin reflexión?

El Príncipe responde que un pueblo que no reflexiona es fácil de guiar con miedos o promesas inmediatas.

El Estoico dice que sin reflexión se pierden la confianza y la coherencia necesarias para sostener un país.

El Psicólogo explica que lo que surge es frustración y cinismo, lo que debilita la democracia y genera desconfianza en las instituciones.

El Historiador recuerda que cuando un pueblo elige sin reflexionar, la historia se repite con más dureza y más dolor.

La conclusión de Sócrates es clara: el voto no es un simple trámite. Es un espejo que refleja cómo decide un pueblo. Si lo hace con miedo, tendrá un liderazgo que se alimenta de ese miedo. Si lo hace con conciencia, podrá empezar a construir un futuro más firme y responsable.

Estamos a 54 días de la elección. No se trata solo de elegir a una persona, sino de pensar qué queremos ver reflejado en nuestro voto. No es un cheque en blanco ni un desahogo momentáneo. Es un acto de memoria y de claridad. Votar con miedo nos ata al pasado. Votar con conciencia abre la posibilidad de un futuro mejor.

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