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Observación electoral, vital línea de defensa para la democracia

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – A medida que Honduras se prepara para las elecciones generales del 30 de noviembre, el papel de la observación electoral vuelve a situarse en una parte importante del debate democrático.

El mecanismo de observación ampliamente respaldado por organismos nacionales e internacionales no solo ha sido un pilar para la transparencia y legitimidad de los procesos electorales en el pasado, sino que en el contexto actual representa un instrumento crucial para reforzar la confianza ciudadana y prevenir posibles irregularidades.

Observación importante ayer

La observación electoral en Honduras ha sido una constante desde las décadas recientes, especialmente en elecciones marcadas por la polarización política y la desconfianza institucional.

Los politólogos recuerdan que en momentos claves de la historia democrática del país, como las elecciones de 2009 tras la crisis política generada por el golpe de Estado, o las elecciones de 2017, ampliamente cuestionadas por presuntas irregularidades y denuncias de fraude, la presencia de observadores —tanto nacionales como internacionales— fue fundamental para documentar incidencias, emitir recomendaciones y presionar por mejoras al sistema electoral.

La presencia de las observaciones electorales en los procesos electorales de Honduras han sido fundamentales para detectar incidencias.

En muchos de estos procesos, los informes de misiones de observación —como los de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), y organizaciones como el Centro Carter o la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL)— han ofrecido análisis técnicos que han permitido impulsar reformas, visibilizar fallas estructurales y exigir mayor rendición de cuentas a los entes electorales.

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Los observadores electorales han recomendado fortalecer la transparencia, la participación ciudadana y la eficiencia de los procesos electorales.

Entre los principales puntos coincidentes de los observadores se puede mencionar recomendaciones como: la Transparencia en el escrutinio, Eficiencia de las Juntas Receptoras de Votos (JRV), las otrora Mesas Electorales Receptoras (MER), reducir la carga de trabajo de las JRV y aumentar su número para agilizar el proceso, y un punto relevante en cuanto a este tema es la recomendación para la ciudadanización de las JRV capacitación de los miembros.

Las misiones de observaciones electoral han recomendado la contratación de sistema informáticos seguros para el conteo de votos.

Otra de las recomendaciones recurrentes de observadores es el de contratar sistemas informáticos seguros y blindados para el conteo de votos, que puedan ser monitoreados por organismos imparciales.

Mayor participación ciudadana, es decir involucrar a la ciudadanía en el proceso electoral, no solo el día de las elecciones, además abordar la violencia política de género.

Vital observación en la actualidad

De cara a las elecciones generales de noviembre de 2025, el panorama electoral en Honduras se presenta complejo. Las tensiones entre el oficialismo y la oposición, los cuestionamientos al funcionamiento del Consejo Nacional Electoral (CNE), y la creciente desconfianza de la ciudadanía hacia las instituciones del Estado hacen que el rol de los observadores sea más relevante que nunca.

En este contexto, la observación electoral no solo debe limitarse al día de las votaciones. Su papel debe abarcar todo el ciclo electoral: desde la elaboración del censo, el financiamiento de campañas, la equidad en el acceso a los medios de comunicación, hasta la transmisión de resultados. Una observación integral permitirá identificar vulnerabilidades en tiempo real y generar presión pública para su corrección, explican especialistas consultados.

También se ha recomendado la presencia en los centros de votación de observadores independientes.

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Además, la presencia de observadores independientes puede reducir el margen de maniobra para prácticas indebidas, como la compra de votos, el uso clientelar de programas sociales o la manipulación del conteo de votos. También ofrece garantías mínimas de imparcialidad para los contendientes, algo clave en un ambiente donde los discursos de fraude y manipulación se han vuelto moneda común.

Elecciones tiene que haber, va a haber elecciones la pregunta es qué tipo de elecciones vamos a tener, dijo a Proceso Digital, el exmagistrado del CNE, Germán Lobo,

La observación nacional como eje clave

La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, indicó que hay diferentes organismos interesados en la observación electoral y mencionó que ya sostuvo una reunión virtual con Transparencia Electoral, quienes remitieron una solicitud para ser parte del proceso electoral como observadores.

La titular del CNE, Cossette López.

“Igual contamos con los que siempre se han tenido, hemos visto las avanzadas de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión Europea, con quien ya se suscribió el acuerdo administrativo, así que vamos avanzando”, detalló.

Agregó que hace dos semanas está sobre la mesa de discusión del pleno el reglamento de observación electoral, solo vamos a hacer una que otra inserción para que pueda implementarse a la brevedad y que puedan activarse los mecanismos.

“Para mí es muy importante que se activen tempranamente los mecanismos de inserción de los ciudadanos que quieran ser partícipes para que puedan capacitarse, para que puedan entender cómo funciona el proceso y que tengamos una efectiva vigilancia”, dijo.

Si bien la observación internacional tiene un peso simbólico y técnico importante, la observación nacional —realizada por organizaciones de la sociedad civil, universidades y ciudadanos comunes— juega un papel esencial en el arraigo democrático local. Iniciativas como las promovidas por Cohep con el Observatorio Electoral igual el de la UNAH o por el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria (NIMD), CNA han demostrado que los ciudadanos pueden ser actores activos en la vigilancia del proceso electoral, más allá del simple ejercicio del voto.

Diversas organizaciones hondureñas han solicitado ser observadores en el conteo de votos.

Fortalecer esta participación nacional también es clave para empoderar a la población, combatir la apatía electoral y construir una cultura democrática sostenible.

De observación electoral tradicional a una observación tecnológica y zonas rurales

Analistas señalan que existe una brecha entre las altas expectativas ciudadanas y lo que realmente estas misiones pueden lograr, lo que abre la puerta a una revisión profunda de sus métodos y estrategias.

Según conocedores hay un problema con la observación electoral, y es que generalmente se espera mucho más de lo que realmente puede hacer, lo anterior porque, aunque las misiones invierten importantes recursos y emiten informes al final del proceso, estos documentos rara vez logran incidir de manera directa en la legitimidad de un gobierno cuestionado.

En este contexto, se plantea la necesidad urgente de repensar cómo se hace la observación electoral en Honduras e ir más allá de lo tradicional y pasar de las ciudades a centros electorales donde menos observación ha existido.

Otro aspecto crucial que se está dejando de lado, según los expertos, es la observación tecnológica. Pese a que el sistema electoral hondureño ha incorporado herramientas como la biometría, el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), y la digitalización de la logística electoral en Infop la mayoría de los observadores aún realiza su labor bajo un esquema “analógico y tradicional”.

La mayoría de las misiones sigue enfocada en observar físicamente centros de votación, cuando el fraude más ágil y sofisticado ocurre en los sistemas informáticos. Es urgente generar capacidades para observar los datos digitales y ampliar la vigilancia hacia el corazón tecnológico del proceso, agregaron.

Se mencionó que, aunque organismos como la OEA y la Unión Europea han comenzado a integrar elementos de observación digital en sus metodologías, esto aún no se ha generalizado entre todas las organizaciones que participan en el país.

En las elecciones primarias, uno de los focos de denuncia por supuesto fraude fue el sistema biométrico, y para las elecciones generales, las alertas están centradas en el TREP. Ambos son elementos tecnológicos. Si no se observa allí con conocimiento y herramientas adecuadas, se pierde el verdadero campo de juego donde se puede alterar una elección, concluyeron.

El llamado es claro: para que la observación electoral sea realmente útil, debe dejar de limitarse a la presencia física y extenderse hacia lo digital, lo rural y lo vulnerable. De lo contrario, seguirá siendo más una validación simbólica que una herramienta efectiva para proteger la voluntad popular.

El director de MACRODATO, Carlos Cálix, destacó la importancia de la observación y la transparencia, tanto a nivel nacional como internacional, tanto en el proceso como en el Día D, y que los observadores aporten y sean solo paseadores.

Cohep llama a fortalecer la observación electoral ante debilitamiento del CNE

La representante del Observatorio Electoral del Cohep, Alejandra Fuentes, advirtió sobre el debilitamiento progresivo del Consejo Nacional Electoral (CNE) y la necesidad urgente de fortalecer la observación electoral en el país, especialmente de cara a los próximos comicios internos programados para el 30 de noviembre.

La representante del observatorio electoral del Cohep, Alejandra Fuentes.

“La observación electoral es más importante que nunca en el contexto actual, donde vemos un CNE que se debilita cada día”, expresó Fuentes, quien aseguró que contar con observadores durante todo el proceso permite mayor transparencia, la emisión de alertas tempranas efectivas y una mayor participación ciudadana. “La democracia es de todos y necesitamos que todos participen para que el proceso cumpla con los estándares mínimos”, añadió.

Desde el 8 de mayo, el COHEP cuenta con una oficina dedicada exclusivamente al Observatorio Electoral. Su objetivo principal es articular los esfuerzos del sector privado en materia democrática y electoral. “Como empresas necesitamos un país con democracia sólida, seguridad jurídica y un estamento fuerte que permita generar inversión, empleo y oportunidades para todos los hondureños”, explicó Fuentes.

Para las elecciones generales de noviembre, el COHEP proyecta desplegar alrededor de mil observadores, aunque Fuentes remarcó que lo más importante es contar con “observación de calidad”. Para ello, se han establecido alianzas estratégicas con organizaciones juveniles como la Red Mundial de Jóvenes Políticos, Espacio y El Milenio, así como con sectores académicos.

Fuentes también indicó que el COHEP ya ha solicitado formalmente su acreditación como observador ante el CNE, tras la convocatoria oficial lanzada por ese organismo desde la declaratoria de elecciones. Sin embargo, aún están a la espera de la firma del convenio y la entrega de credenciales.

Aunque la Ley Electoral no establece una fecha límite para otorgar las acreditaciones a los observadores se debe hacer con anticipación la firma de los convenios para luego entregar las credenciales y lo ideal es unos 15 días antes de los comicios. Porque según la experiencia de observaciones pasadas distribuir credenciales en todos los departamentos del país lleva tiempo,

A manera de conclusión los expertos apuntan que la observación electoral en Honduras ha sido, y sigue siendo, un factor determinante para garantizar procesos más transparentes, inclusivos y creíbles. A medida que se aproximan las elecciones generales de noviembre, su fortalecimiento y ampliación deben considerarse una prioridad, no solo para las autoridades electorales, sino para toda la sociedad hondureña.

En una democracia frágil como la hondureña, la vigilancia ciudadana y el escrutinio internacional no son una opción: son una necesidad. LB

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