Redacción deportes – El primer duelo oficial de la selección francesa en diez años sin Antoine Griezmann se saldó con una goleada contra Israel (1-4) que relanza la clasificación de los «bleus» en la Liga de Naciones y hunde a los hebreos.
El marcador fue más abultado que los méritos de los franceses, que hasta el tramo final se conformaban con un triunfo por la mínima y solo aumentaron el marcador cuando los rivales ya habían bajado los brazos.
Con suerte abrió el marcador Eduardo Camavinga en el minuto 7, empató en una buena jugada Omri Gandelan en el 24, cuatro antes de que Christophe Nkunku devolviera la ventaja a los galos y el duelo entrara en una larga fase de tedio. Matteo Guendouzi en el 87 y Bradley Barcola en el 89 redondearon el resultado.
Ni los de Didier Deschamps se dieron lujos ante la selección 79 del mundo, una rival que cuenta por derrotas sus partidos, ni los de Ran Ben Shimon, debutantes en la élite de la Liga de las Naciones, mostraron los síntomas de mejoría que precisan para lograr su objetivo de clasificare para el próximo Mundial.
Le queda camino a la selección israelí, obligada a jugar en el exilio de Budapest y cuyos jugadores reconocieron que la mente no estaba en el fútbol tras el primer aniversario del atentado del 7 de octubre en el que algunos internacionales perdieron amigos cercanos.
Si el resultado era importante para Francia, no lo era menos la imagen del bloque, que afrontaba su primer partido oficial sin Antoine Griezmann en un decenio. A esa baja, definitiva después de que el jugador del Atlético de Madrid pusiera fin a su carrera con la selección, se sumaba para este duelo la de Kylian Mbappé, lesionado a medias pero ausente con polémica en la nómina de los «bleus».
Dos carencias de mucho peso en la historia reciente de Francia, su mejor pasador, el engranaje en el campo de las ideas de Deschamps, y el tercer máximo anotador de todos los tiempos en trayectoria de ser pronto el primero.
Por eso el partido aparecía como una imagen de lo que será la Francia del futuro, la que el seleccionador tiene que componer para afrontar el Mundial de 2026, cuando ya apenas quedarán nombres de los campeones de 2018.
En el césped de Budapest, el exilio obligado donde juega sus partidos una Israel en plena vorágine bélica, solo Ousmane Dembelé podía presumir de una de las dos estrellas que lucen en su camiseta y el resto ya será el porvenir.
En el puesto de Griezmann, Deschamps apostó por el joven Michael Olise, ese jugador nacido en Londres, de padre nigeriano y madre franco-argelina, que podía optar por cuatro selecciones pero apostó por los «bleus».
El reciente fichaje del Bayern de Múnich, de 22 años, aprovechó su buena actuación en el pasado torneo olímpico, en el que Francia conquistó la plata, para hacerse con la plaza clave en el dibujo de su técnico sin apenas tener experiencia internacional.
En medio de la maraña defensiva israelí, Olise andubo perdido, no tuvo la presencia de juego que le aporta Griezmann y demostró que todavía le queda camino para hacer olvidar al jugador del Atlético de Madrid.
También echó de menos Francia a un Mbappé que se cayó de la convocatoria pero que jugó con el Real Madrid, lo que ha levantado ampollas en el país.
En su ausencia, fue su compañero de club Camavinga el encargado de abrir el marcador en el minuto 7, gracias a un clamoroso error del portero israelí Omri Glazer, cuya torpeza para desviar un disparo con las manos acabó con el balón en su red.
El madridista, que toma ritmo de competición tras una larga lesión, formó en el eje del centro del campo junto a su compañero de equipo Aurelien Tchouaméni, que lució el brazalete de capitán que corresponde a Mbappé.
Cuando parecía que el tanto podía poner fin al suspense, un buen centro de Oscar Gloukh en el 24 desmontó todo el sistema defensivo francés y permitió a Omri Gandelman cabecear desde el área y sorprender a Mike Maignan.
La reacción de Francia se produjo cuatro minutos más tarde, cuando Camavinga sirvió a Christophe Nkunku, que se aprovechó de la termura defensiva israelí para lograr su primer tanto como «bleu».
El gol devolvió la serenidad a Francia, que cayó en cierto aburguesamiento, mientras Israel demostró las carencias de las que adolece.
Poco que contar hasta que en el tramo final, con los ‘locales’ ya vencidos, los recién entrados Guendouzi y Barcola dieron más lustre al resultado que los méritos mostrados en el campo.
– Ficha técnica:
1 – Israel: Glazer; Feingold, Baltaksa, Nachmias, Gandelman (Peretz, m.62), Jaber (Gropper, m.76), Abu Fani (Azoulay, m.67); Abada, Haziza (Biton, m.76), Gloukh; Baribo (Khalaili, m.62)
4- Francia: Maignan; Koundé, Konaté, Saliba, Theo Hernandez (Digne, m.90), Tchouaméni (Zaïre-Emery, m.90), Camavinga (Fofana, m.70); Dembelé, Olise (Barcola, m.70), Nkunku (Guendouzi, m.77); Kolo Muani
Goles: 0-1, m.7: Camavinga; 1-1, m.24: Gandelman, 1-2, m.28: Nkunku; 1-3, m.87: Guendouzi; 1-4, m.89: Barcola
Árbitro: Nikola Davanovic (MNE). Amonestó al francés Camavinga.
Incidencias: Encuentro de la Liga de las Naciones disputado en el Bozsik Arena de Budapest ante unos 2,000 espectadores. EFE