Tegucigalpa – El expresidente interino (28 de junio 2009 – 27 de enero 2010), Roberto Micheletti, pidió a los críticos de su gestión que le presenten pruebas sobre la desaparición de 10 mil millones de lempiras en su administración gubernamental.
El exmandatario salió al paso de las declaraciones del exfiscal general Edmundo Orellana, quien dijo que el extitular de Finanzas, William Chong Wong, había señalado que no hubo rendición de cuentas en al menos 10 mil millones de lempiras en el período 2009-2010.
Micheletti negó las acusaciones y dijo que durante los siete meses que estuvo al frente de la administración del Estado no tocó ni se adjudicó dinero público y que está en toda la disposición de las diligencias del Tribunal Superior de Cuentas (TSC).
“Me preocupan estos señalamientos, sobre todo si provienen de don Edmundo Orellana, a quien considero una persona seria. No nos robamos dinero del Estado; en cambio, en la época de Manuel Zelaya Rosales manejaron las finanzas sin presupuesto durante dos años”, señaló en declaraciones a la radio capitalina HRN.
Micheletti reiteró que no hubo robo de dinero durante su administración y que más bien tuvo que hacerle frente a una parte de la enorme deuda flotante que heredó de Zelaya Rosales.
En ese sentido, pidió al exfiscal Orellana que presente las pruebas ante los entes competentes de la República.
Por su parte, el exfiscal Edmundo Orellana aclaró que quien puso en duda la transparencia en el manejo de los fondos públicos durante el Gobierno interino fue el exministro de Finanzas, William Chong Wong.
Acto seguido, dijo que “en lugar de retarme a mí, lo mejor es que Micheletti acuda al Tribunal Superior de Cuentas y rinda un informe que no deje lugar a dudas de que ni su patrimonio ni en el de sus funcionarios”.
“¿Por qué nadie hace señalamientos sobre cómo fueron administrados los dineros del país en esos siete meses?”, preguntó.
Posteriormente, el extitular de Finanzas, William Chong Wong, recordó que cuando asumió esa dependencia del Estado en la época del exgobernante, Porfirio Lobo Sosa, encontró una enorme deuda flotante y no un faltante, que venía arrastrándose desde la gestión de Zelaya Rosales y que alcanzaba no menos de 10 mil millones de lempiras.
