Tegucigalpa – “Durante el gobierno del ex presidente (Manuel) Zelaya (2006-2009), se bajaron los estándares de ingreso a la Policía, con solo que supieran leer y escribir ingresaban a la institución, sin pruebas de confianza, psicológicas, psicométricas, patrimoniales, eso abrió el espectro” y dejó una gran parte del problema que obliga a la depuración de esa fuerza del orden, dijo el ministro de Seguridad Arturo Corrales. Entonces entraron por lo menos cuatro mil personas.
El titular de Seguridad ha contado detalladamente los alcances de su gestión durante 18 meses al frente de una de las carteras más polémicas del gobierno hondureño debido a que los índices de violencia en Honduras, así como el creciente narcotráfico, han dejado una huella profunda que se ha diseminado en toda la sociedad y que apenas empieza a revertise, según muestran indicadores nacionales e internacionales independientes de credibilidad.
Al hablar de los puntos flacos de la Policía, una entidad cuyas debilidades quedaron evidenciadas hace tres años tras el asesinato de dos universitarios, es un tema que aún tiene muchos puntos pendientes.
De hecho, se espera para los primeros meses de este año la separación de por lo menos 700 policías, “por no ser idóneos” ha dicho Corrales para abarcar con ese término a los corruptos, a los que están incapacitados por salud u otras falencias que les impiden cumplir con su deber.
Se prevé la separación de por lo menos tres mil elementos en total para lograr una reestructuración que será cubierta por nuevos cuadros que deberán pasar por la capacitación, en las aulas especializadas, además de pruebas de confianza en diversos ámbitos.
Un centro especializado para formarlos está próximo a entrar en funcionamiento en el central departamento de Comayagua, recordó el ministro Corrales quien dijo que allí, en el Centro Técnico Policial, podrán formarse dos mil policías con grado de bachilleres y egresar al menos 250 mensuales a partir de este año.
La planilla “efectiva”, como le denomina el Corrales, a los elementos en plena acción, incluidos los que están por ser separados, es de nueve mil policías. El total del cuerpo entre oficiales, escala básica y administrativos es de 12 mil empleados.
Los policías arrastraron un época tenebrosa en sus páginas, ligados a carteles del crimen, a cuadros de sicariato y otras formas de delincuencia organizada. Todo eso quedó al descubierto entre 2012 y 2013.
Investigación e inteligencia
La falta de una unidad de investigación criminal que respondiera a la necesidad vital de los hondureños, atrapados en la ola criminal que se desató con más fuerza tras el aumento de la presencia de carteles de la droga, es una tarea en plena construcción. La antigua unidad de investigación recién se ha cerrado para dar paso a un ente especializado que ya da frutos.
Pero, Arturo Corrales reafirma que “no todo es corrupción, muchas veces es idoneidad, no todo mundo es apto para jugar fútbol o para ser un buen ebanistas o maestro; entonces a la policía mucha gente entró porque era un trabajo pero no su vocación, eso provocó mucho de lo que hoy es la depuración”.
Añade que “si bien hay muchos casos evidentes de corrupción, muchas veces es no idoneidad. El proceso de depuración se ha iniciado pero debe mantenerse”.
“Se cerró la antigua inteligencia y se ha abierto una nueva, son certificados, han pasado las pruebas de confianza y ya dan resultados concretos y significativos, se les ha dotado de tecnología” arguyó.
Recordó que la investigación también funciona a lo interno y puso como ejemplo la acción contra miembros de la unidad élite denominada TIGRES, en la cual más de 50 elementos son objeto de investigación por participar en el robo de cientos miles de narco dólares, incautados durante la captura de los cabezas del cartel de los Valle, en el occidente hondureño.
Por ahora la depuración policial ha dejado en el último año a un mil 350 elementos fuera de la institución; mientras que la lista más próxima de separaciones es de entre 600 y 700 personas que deben dejar la Policía, en los primeros meses de este 2015.
Otros dos mil quinientos van a salir por no ser idóneos en un periodo no muy lejano estimó el aun ministro de Seguridad quien inmediatamente deje ese escritorio retornará a sus funciones como canciller de Honduras.