Veracruz – De acuerdo a un grupo de mujeres campesinas de México reconocidas por su labor con los migrantes centroamericanos que pasan por México en el tren conocido como “La Bestia”, el 80 por ciento de los migrantes en tránsito por este país son de nacionalidad hondureña.
– Autoridades estiman que anualmente unos 100 mil hondureños emprenden la ruta migratoria.
– “La Patronas” quienes actualmente están nominadas al premio Princesa de Asturias reparten agua y comida preparada en 62 albergues en distintos puntos de México.
Les llaman “Las Patronas”, de cariño, por el pueblo al que pertenecen, en el Municipio de Amatlán, en Veracruz. Amigas de los migrantes, domadoras de “La Bestia” y muchos otros motes se han ganado por su esforzada labor, misma que le ha hecho merecedoras del Premio Nacional a los Derechos Humanos 2013, en la ocasión en la que Norma Romero Vázquez, quizá “la patrona” con mayor profundidad de pensamiento, advirtió ante el propio presidente de México, Enrique Peña Nieto, la terrible situación de los migrantes centroamericanos y preguntó cómo México podía exigir a Estados Unidos un trato justo a sus migrantes, cuando en México se hace todo lo contrario con los migrantes de Centroamérica.
Romero Vázquez declaro recientemente que el 80% de los migrantes en tránsito por su país son hondureños. El resto son nicaragüenses, de Guatemala y de El Salvador.
La activista considera importante abordar el fenómeno migratorio tanto en los países de origen como en los de destino, según recoge este viernes la prensa mexicana.
Una de las principales dificultades para este grupo de mujeres ha sido los malos ojos con los que mucha gente ve que se ayude a los “mojados” con el argumento de que forman parte del problema y que contribuyen a incrementarlo. Pero recuerdan que la mayor parte de los gobiernos no crean las condiciones necesarias para que las personas no tengan que irse de su país.
La composición femenina de este grupo confirma los tabúes arraigados en algunas comunidades, como si ayudar, dar de vestir y de comer fuera cosa de mujeres o de “mandilones” y de “calzonazos”.
Las Patronas consideran que su labor va más allá de lo asistencial al servir de ejemplo y de esperanza para un cambio.
La labor de las patronas consiste en dar de comer y beber a los migrantes que montados en el tren llamado “La Bestia”, pasan por el poblado de La Patrona, de camino hacia la frontera norte.
Con un recorrido de hasta ocho mil kilómetros, los migrantes centroamericanos, de paso por México, han encontrado la mano de Dios en estas mujeres de escasos recursos que, con su dinero, su trabajo y su esfuerzo, sin el patrocinio de nadie y a menudo hostigadas por el gobierno o por los grupos de delincuentes, preparan hasta 200 raciones diarias de alimentos y bebidas para darlos al paso del tren en donde vienen, literalmente, colgados los migrantes, en ocasiones con hasta dos y tres días sin alimentos, deshidratados, enfermos.
Aunque las cifras referidas en las que se resalta que la mayoría de migrantes en tránsito por suelo azteca son de nacionalidad hondureña, no son oficiales, pueden ser las más cercanas a la realidad ya que ellas -Las Patronas- palpan día a día la realidad de los migrantes centroamericanos en la ruta migratoria por suelo mexicano.