Tegucigalpa – Pese a la ordenanza municipal que prohíbe la comercialización, distribución y uso de pólvora, la capital hondureña literalmente volvió a tronar en la celebración para despedir el año viejo y dar la bienvenida al 2016.
Al igual que el pasado 24 de diciembre, en barrios y colonias capitalinas la pólvora abundó a tal grado que daba la impresión de estar en medio de un conflicto bélico.
El estruendo se escuchó por toda la ciudad y los juegos pirotécnicos iluminaron los cielos capitalinos, lo que refleja que esa vieja tradición está lejos de terminar.
Aunque las autoridades reportaron que al menos 12 personas entre niños y adultos resultaron con quemaduras por pólvora durante la celebración de Navidad, esa advertencia no parece haber hecho mella entre los pobladores de barrios y colonias, donde muchos niños fueron vistos junto a sus padres y otros adultos reventando cohetes y morteros de alto poder.
Asimismo, en varias localidades pudo apreciarse la quema de los tradicionales monigotes representando a políticos, la corrupción y hasta el fútbol, los que cargados de petardos fueron sometidos a la hoguera.
Asimismo, pudieron escucharse disparos al aire realizados por personas que obviaron las recomendaciones y advertencia de las autoridades para evitar tragedias como la ocurrida el pasado 24 de diciembre cuando un niño murió como consecuencia de una bala pérdida.
Cabe señalar que el gobierno, a través de la Secretaría de Seguridad, ofreció una recompensa de 50 mil lempiras para quien denunciara a los gatilleros; ahora falta conocer los resultados de esa campaña.
Queda comprobado una vez más que los hondureños se resisten a abandonar una antigua tradición que todos los años provoca tragedia y luto en el país.