Tegucigalpa – Cada país en el mundo tiene una forma distinta de llamarla, en el caso de Honduras se quiso manifestar como la Virgen de Suyapa, pero todos comparten la misma fe, la devoción a María, Madre de Dios.
– Este 3 de febrero se conmemora el 273 aniversario de hallazgo de la imagen de 6.5 centímetros de altura de la Virgen de Suyapa.
– La devoción hacia la Virgen de Suyapa traspasa fronteras y barreras físicas, miles de peregrinos se han congregado en el templo de la madre en Tegucigalpa, la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa.
Según el evangelista Lucas, la presencia de María en los relatos bíblicos comienza con la narración de la aparición del ángel Gabriel a María. “Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre que se llamaba José, de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel, le dijo: «¡Alégrate, llena de gracia! El Señor está contigo»”.
Este pasaje bíblico es conocido como la anunciación y tiene una fiesta en la Iglesia Católica ya que se trata de un momento primordial en la vida religiosa.
De ahí son múltiples los episodios de María en la vida de Jesús, Hijo de Dios, y Salvador del mundo.
La fe en María es una calle con diferentes avenidas ya que según la advocación, es decir la forma de su manifestación, recibe su nombre. En el caso de Honduras se le tituló oficialmente como la Inmaculada Concepción de María de Suyapa (Nuestra Señora de Suyapa), simbolizada por una venerada estatuilla que le apareció al campesino Alejandro Colindres en 1747.
La foto original de la estatuilla de la virgen de Suyapa en la aldea El Piligüín
Historia
Proceso Digital trasladó su equipo a la aladea El Piligüín, lugar exacto de la aparición de la pequeña imagen que este lunes arriba a sus 273 aniversario de hallazgo.
En el lugar, a escasos 20 metros de donde se erigió la ermita en honor a la Virgen de Suyapa se radica doña Elvia Bustillo de 78 años, quien desde hace 60 vive en la aldea y con la característica amabilidad de una abuela contó frente a los micrófonos de este medios de comunicación la historia que fue trasladada por sus padres y abuelos y que hoy ella cuenta a hijos, nietos y bisnietos sobre el hallazgo de la pequeña figura de la Virgen de Suyapa.
Elvia Bustillo, habitante de El Piligüín“La historia que me cuentan es que venían los jornaleros de trabajar desde Suyapa a estos cerros de El Piligüín, les agarro la noche y decidieron quedarse, pero aquí eran cerros y cerros y aún salen raíces de los ocotes, el señor Alejandro Colindres opto por quedarse y se acostó junto con su hijo y a media noche le molestaba algo en su costilla y tras tres intentos de retirarla optó por echarla a la alforja”, narró la anciana.
Fue hasta que Colindres llegó a Suyapa y a la luz del día que mostró la figura a su hijo Lorenzo y contó como apareció la pequeña imagen que se dio cuenta que se trataba de una virgen, continuó.
En ese orden relató que “fue así como la Virgen no se quiso quedar en el cerro de El Piligüín y decidió irse para Suyapa, de ahí recibe su nombre”.
Devoción
En parte, doña Elvia heredó la devoción a la Virgen María pero es algo que dice cultiva propiamente y cómo no hacerlo si hasta la fecha su casa funge como estación de romería en cada novena que se dedica a la Madre de Dios bajo la advocación de Suyapa.
En ese sentido, contó que en esta ocasión su casa ya fue parte de una estación de la novena dedicada a la Virgen de Suyapa.
Ese día, levantó un altar en el pasillo de su casa adornado con flores, velas y manteles largos.
Le rezó y agradeció a la Virgen, algo que hace cada vez que puede y su salud le permite, recordó.
La devoción de esta anciana es un punto en común de miles de hondureños que hoy rinden tributo a la “Patrona de Honduras”.
Celeste Andino con su hijo Carlos Emilio Andino
Milagro de amor
Proceso Digital también conversó con Celeste Andino una madre primeriza residente en una colonia al sur oriente de la capital quien da testimonio de un “milagro de amor” en su familia.
“Mis historia se basa en mi bebé, Carlos Emilio Cárcamo Andino, salí embarazada a los 27 años y hasta los ocho meses fue normal, en ese tiempo el bebé solo pesaba dos libras, el parto se complicó y fue necesaria una cesárea y al momento que nació, nació muerto”, contó la madre.
Después de varios minutos de resucitación y de lavados practicados por el equipo médico el bebé respiró, pero con un pronóstico incierto.
Luego, a los cuatro meses y medio de edad de su hijo, fue diagnosticado con una malformación urinaria en sus riñones, lo que significa un doble sistema colector en el riñón izquierdo que provoca acumulación de orina y por ende de bacterias.
Los pediatras recomendaron una operación y el niño tuvo que ser bautizado a recomendación del sacerdote Gerardo Vallecillo para poder entrar al quirófano.
Carlos Emilio cuando iba a ingresar al quirófano.
“Cuando me ingresaron me informaron que el bebé estaba grave y que sus riñones ya ni funcionaban”. Ante el complejo escenario el bebé recibió la unción de los enfermos.
Relató que al momento de la operación del menor, el pediatra lo revisó y tras algunos minutos de silencio solo dio “estos son los milagros que hace Dios”. El diagnostico medico establece que el menor no requiere de operación y no encuentran explicación para la sanación de Carlos Emilio.
Hoy el infante cuenta con dos años de edad y su salud mejora de la misma forma que va en crecimiento.
“Mi hijo es mi gran milagro, un milagro de San José y de la Virgen, ahora tengo fe que pasará un milagro con mi abuela tras un año de haber sufrido un derrame cerebral”, sostuvo.
Intercepción
María intercedió en la tierra, en el primer milagro público de Jesús y con sustento en ello la devoción se basa en que también lo hará en el cielo al estar plenamente unida a Dios.
La creencia plena de los religiosos es que María no es quien realiza los milagros, pero sí quien intercede ante su hijo, la segunda persona de la Santísima Trinidad, para que este los realice.
Héctor Ordóñez mostrando los zapatos ortopédicos que le diagnosticaron a su hijo
Así lo cree también el hondureño Héctor Ordóñez, padre del menor Héctor Manuel de 12 años quien a los 15 meses presentó problemas de formación en sus pies por lo que fue diagnosticado a usar zapatos ortopédicos adheridos a una placa de hierro. Tras visitar a la Virgen de Suyapa en su templo en Tegucigalpa un mes después del diagnosticó el médico dijo que ya no eran necesario el uso de los molestos zapatos que causaban dolor al menor. Este hecho es considerado un milagro por los padres.
Sin embargo, don Héctor tiene claro que “la virgen no hace milagros, la virgen intercede por nosotros ante el hijo y el hijo es quien hace el milagro”.
Familia Ordóñez-Sabillón visitan todos los años a «La Morenita» para agradecer por la intercepción con Héctor Manuel Ordóñez
Desde este milagro, la familia integrado por don Héctor y Emma, más sus cuatro hijos, hermanos, tíos y abuelos visitan todos los años a “La Morenita”, como es llamada por sus fieles la Virgen de Suyapa, para agradecerles por la intersección en uno de los integrantes.
El primer milagro
El primer milagro de Jesús fue por la Intercesión de la Virgen María y así lo sustenta el evangelio de Juan en su capítulo dos versículos del uno al 11.
| «Tres días después se celebraba una boda en Canaán de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltaba vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.» Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» Dice su madre a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.» Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenen las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. … Dice el mayordomo: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.» Así, en Canaán de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos». |
