Tegucigalpa – Suman 1 mil 259 días desde que Xiomara Castro asumió como la primera mujer presidenta de Honduras. Las expectativas ciudadanas fueron enormes, luego de tres gobiernos nacionalistas que desgastaron la confianza de los hondureños por la política. El gobierno del izquierdista partido Libre ha estado marcado por un turbulento vínculo con Estados Unidos, aunque el discurso público asegura que las relaciones se enmarcan bajo “cordialidad y respeto”.
– Ni EEUU, ni Honduras han nombrado a sus respectivos embajadores en ambas naciones, una situación que avisa sólo será posible cuando haya nuevo presidente hondureño en 2026.
En menos de una semana, EEUU propinó dos golpes a su par de Honduras: el impuesto a las remesas y la cancelación del Tratado de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), un programa vigente en los últimos 26 años –desde 1999–.
Los periódicos desencuentros entre el excanciller Enrique Reina y la exembajadora estadounidense, Laura Dogu, tejieron una relación convulsa entre Honduras y la potencia del norte del continente.
Temas como las ZEDEs, Ley de Energía, la elección interina del Fiscal General, cárcel en las Islas del Cisne, la reunión de autoridades hondureñas con el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, la denuncia del tratado de extradición, la CICIH, la base de Palmerola, la alerta ciudadana por violencia y las elecciones de noviembre, fueron algunas de los discordias entre la gestión Castro y Washington durante los últimos tres años y cinco meses.

Desencuentros Reina-Dogu
En septiembre de 2022, con apenas ocho meses de gobierno, el canciller Reina tuvo la primera desavenencia con la embajadora Dogu. La tormenta diplomática los confrontó por el tema de las Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDEs).
Un encuentro rutinario de la embajadora estadounidense con el entonces designado presidencial Salvador Nasralla, hizo estallar al gobierno de Castro, con una inicial reacción del ministro de Planificación, Ricardo Salgado, que protestó porque en el tuit de Dogu señalaba a Nasralla como vicepresidente, aclarando que el alto funcionario era uno de los tres designados presidenciales y que la reunión equivalía a intervención.
La embajadora Dogu corrigió después el título de Nasralla y parecía que iba a ser un incidente menor, pero horas después el canciller Reina se encargó de volver a reactivar el fuego, con otro tuit donde con un lenguaje nada diplomático le exigió a la embajadora estadounidense que rectificara y le advirtió que sus acciones “compromete nuestras relaciones”.
Pero apenas un mes después –octubre de 2022– iniciaba otra tormenta diplomática. Dogu expresaba que las desafortunadas políticas en energía e inversión complicaban éxito del país, a lo que el canciller respondió que las expresiones de la diplomática complican las relaciones.
“Las expresiones de la embajadora, como ya lo hemos dicho otras veces complican nuestra relación, no ven claramente la situación que vive el país y vemos que más allá de defender sus propios intereses y sus empresas que tienen derecho, creo que debe entender la grave situación que vive el pueblo hondureño”, refutó Reina.
En noviembre de 2023, el vigente subsecretario para asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols cuestionó la elección interina del Fiscal General, Johel Zelaya, por una comisión permanente del Congreso Nacional integrada por diputados del oficialista Partido Libre.
“Deben respetar la decisión soberana tomada por la Comisión Permanente del Congreso Nacional, para nombramiento interino, esta se basa en los artículos 208 y 209 de nuestra Constitución y es legal”, exigió el canciller Reina.
En julio de 2024, Reina lo volvió a hacer. Refutó las declaraciones de Dogu, quien dijo que hasta para EEUU era complejo atender cárceles lejos de tierra firme en referencia al proyecto del gobierno de construir una megaestructura penitenciaria en las Islas del Cisne, a 250 kilómetros de las Islas de la Bahía.
“Sería más importante que cooperen a que quieran decirnos qué hacer”, enfatizó el diplomático.
Reina destacó que, en Estados Unidos, las cárceles de máxima seguridad siguen siendo una realidad y que las ubicadas en lugares aislados han ayudado a combatir la infiltración de la mafia en muchas ciudades. “Después del 9/11, ellos tomaron medidas drásticas para combatir el terrorismo en cárceles en terceros países, con denuncias de violaciones a derechos humanos”, subrayó.

FFAA con Padrino y la denuncia de la extradición
Pero, sin duda uno de los episodios más fuertes ocurrió en agosto de 2024, luego de una reunión del ministro de Defensa y autoridades militares hondureñas con sus pares venezolanos encabezadas por Vladimir Padrino.
La embajadora Dogu expresó que su gobierno estaba muy preocupado por lo ocurrido en el gobierno de Venezuela, “fue bastante sorprendente para mí ver al ministro de Defensa y al Jefe del Estado Mayor Conjunto sentado al lado de un narcotraficante en Venezuela”, señaló.
Reina le contestó: “Es insoportable el irrespeto e injerencia de la Embajadora Laura Dogu. Insinuar o implicar como narcotraficantes y descalificar a nuestras autoridades es realmente una amenaza directa a nuestra independencia y soberanía”.
Apenas horas después, a solicitud de la propia presidenta Xiomara Castro, Honduras denunció el tratado de extradición con EEUU, vigente desde enero de 2012 luego de una reforma constitucional y que permitió la entrega de importantes capos de la droga, incluido un exjefe de la Policía, exdiputados, exalcaldes y hasta un expresidente hondureño.
“Aquí hay gente que pasa temerosa, parece como que tuvieran un amo de todas las épocas y que no les pueden decir nada, no pueden alegar un tema que no estamos en concordancia, vamos a trabajar con respeto a esa base”, externó Reina aquella oportunidad.
La denuncia del tratado ocurrió una semana antes de la divulgación del narcovideo que implicó a Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta Xiomara Castro, en negociación con barones de la droga para acordar la entrega de millonarios aportes de dinero a la primera campaña electoral de Libre en noviembre de 2013.
Todo el país entendió porque la decisión del gobierno de denunciar el tratado con EEUU. Desde aquel momento nada ha pasado en la justicia local para deducir responsabilidades a los que participaron en esa narcoreunión.
CICIH, Palmerola, violencia y soberanía
En diciembre de 2024, un nuevo evento de discrepancias entre Reina y Dogu salió a relucir. La diplomática norteamericana expresó a periodistas que “la corrupción es terrible en este país”.
La enfurecida reacción del canciller no demoró. Las declaraciones contra la corrupción de la embajadora Dogu “no caen en los mejores momentos”, dijo.
“Nosotros no podemos interpelar funcionarios de otro Estado, pero sí creo que a veces las declaraciones de la embajadora no son o no caen en los mejores momentos”, apuntó Reina.
El 1 de enero de 2025, la presidenta Xiomara Castro empezó el año con una seria advertencia a Washington. Advirtió que si Trump tomaba represalias con los migrantes hondureños entonces su gobierno analizaría retirar la base norteamericana de Palmerola en Comayagua.
Acentuó que ante una actitud hostil de expulsión masiva de los migrantes hondureños “tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el campo militar en el que sin pagar un centavo por décadas mantienen bases militares en nuestro territorio, que en este caso perderían toda la razón de existir en Honduras”.
El 8 de mayo de 2025, el gobierno hondureño arremetió contra EEUU ante el anuncio de una alerta sobre posibles hechos violentos, lo que ha sido calificado por Tegucigalpa como un intento por desestabilizar el país incluso en pleno año electoral. La presidenta Castro dijo que el mensaje generó zozobra, “hay que ser más formales en ese sentido, en Honduras vivimos en paz, aquí no hay terrorismo”, de jactó.
Mientras, otro de los últimos episodios –20 de junio de 2025– lo protagonizó la candidata presidencial oficialista, Rixi Moncada, quien pidió “dignidad” al pueblo porque “la soberanía popular no la representa la Embajada Americana”.
“La soberanía popular no la representa la Embajada Americana, o sea, yo creo que debemos tener algún nivel de dignidad, quienes debemos estar satisfechos o no con el trabajo que hacen nuestras instituciones, en primer lugar, somos los hondureños, con dignidad y con decoro partiendo de una República libre y democrática que tiene su sustento en esa soberanía popular que ejercemos los pueblos”, expresó Rixi.

Mel el enlace con Washington
Hace unos días, el propio expresidente y actual asesor presidencial, Manuel Zelaya se jactó de ser enlace entre Washington y el gobierno de Castro desde que asumió el presidente Donald Trump, ya que, según reveló, fue EEUU el que pidió su interlocución.
“Washington pidió hace tres meses, cuando llegó el presidente Donald Trump, comunicarse conmigo. Soy yo el que ha estado en contacto directo con la Casa Blanca resolviendo varios problemas. Todos esos problemas: migración, extradición, yo contribuí inmensamente a seguir la agenda que había iniciado Rixi Moncada cuando fue ministra de Defensa”, detalló.
Igualmente, confirmó que el exembajador estadounidense en Tegucigalpa Hugo Llorens y el exalto cargo Thomas Shannon siguen fungiendo como consultores del gobierno de Castro a través de contratos de asesoría.

Cuestionamientos desde Celac y ausencia de Cumbre de las Américas
La presidenta Castro, se abstuvo de participar en la novena Cumbre de Las Américas, programada entre el 6 y 10 de junio de 2022 en Los Ángeles, Estados Unidos.
La mandataria mostró su descontento debido a la ausencia de Honduras y países como: Bolivia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua y Venezuela.
“Si no estamos todas las naciones, no es la Cumbre de Las Américas”, fue el mensaje de la jefa del Poder Ejecutivo hondureño.
En tanto, el 9 de abril de 2025 cuando le tocó entregar la presidencia protempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Xiomara Castro pidió durante la IX Cumbre realizada en Tegucigalpa que se debata el nuevo orden económico mundial impuesto por Estados Unidos con sus medidas arancelarias y la política de migración.
“No podemos salir de esta histórica asamblea que ha reunido a los 33 pueblos latinoamericanos y del Caribe sin abordar los temas que nos afectan, sin debatir el nuevo orden económico mundial que nos impone EEUU con sus medidas arancelarias y su política de migración”, dijo en esa oportunidad.
Igualmente, condenó el bloqueo económico por más de 64 años al pueblo cubano, de quien dijo: “Cuba no exporta terroristas, exporta maestros, científicos, médicos y la dignidad que demandan nuestros pueblos”.
En su retahíla de mensajes a EEUU, Castró remarcó que “no podemos seguir caminando separados cuando el mundo se reorganiza sin nosotros, pero tampoco podemos unirnos repitiendo las recetas del fracaso. El modelo neoliberal promovido por el consenso de Washington en los años 90, depredador y excluyente ha vaciado nuestras economías, endeudado a nuestros países, concentrando el capital en pocas manos y privatizando los servicios públicos”. JS
