Miami – Una pareja de ciudadanos hondureños perdió la vida de manera violenta en el sur de la Florida, Estados Unidos, en lo que aparentemente se trata de un crimen pasional, informaron medios locales.
La información establece que un hombre estranguló y mató a su esposa y luego se ahorcó colgándose del techo del apartamento que ambos ocupaban desde hace más de una década en el oeste de Hialeah, indicaron este miércoles las autoridades.
Los cadáveres de Gilma Martínez, de 40 años de edad, y de Óscar Mendoza, de 45, ambos originarios de Jutiquile, Juticalpa, Olancho en Honduras, fueron encontrados por policías de Hialeah que acudieron al lugar poco después de que familiares llamaran al servicio de emergencias 911 alrededor de las 8:30 de la mañana.
“Una vez que los oficiales llegaron y entraron al apartamento lo que encontraron fue que estas dos personas ya habían fallecido”, dijo el sargento Eddie Rodríguez, vocero del Departamento de Policía de Hialeah. “Es una lamentable tragedia”, agregó.
Rodríguez indicó que los esposos de origen hondureño estaban envueltos en una “disputa doméstica”. Los esposos mantenían una relación de 21 años y no se habían reportado ningún incidente de agresiones previamente, según la Policía.
Detectives de la Unidad de Homicidios de la Policía de Hialeah mantuvieron acordonada por varias horas la escena del crimen, el complejo Las Brisas Gardens, localizado en el 207 West 65 Street, a unos metros del populoso parque Amelia Earhart.
La pareja residía al menos desde hace una década en ese complejo, dijo un empleado de seguridad. Ambos eran padres de cuatro hijos; dos de ellos, de 20 y 17 años, vivían de manera independiente; y los otros dos, los más pequeños, de 10 y 8 años, vivían en el mismo apartamento.
Sin embargo, el miércoles los dos menores se encontraban con una hermana mayor —quien también reside en Hialeah—, debido al receso de las escuelas públicas programado para el planeamiento académico de los docentes. Esta hermana mayor, cuya identidad no fue revelada, llegó al complejo y quedó impactada por el homicidio-suicidio que involucró a sus padres.
Otro familiar, que de acuerdo a las pesquisas se trataba del hermano de Mendoza, también acudió al lugar tras enterarse del crimen. De acuerdo con las pesquisas, Mendoza trabajaba como mecánico junto con su hermano.
Un hombre que se presentó como el supervisor de seguridad del complejo, y que pidió no ser identificado, calificó a las víctimas como una pareja estable y de buen trato.
“Nunca habíamos tenido mayores problemas con ellos”, dijo el empleado. “En todo este tiempo nunca habíamos visto que algo así ocurriera en este lugar por eso nos sentimos sorprendidos”.
