Lomé – Togo vivió entre el jueves y el sábado una oleada de protestas contra el líder del país, Faure Gnassingbé, en el poder desde 2005, que fueron duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad y dejaron al menos tres muertos, decenas de heridos y detenidos, según denuncias de la sociedad civil.
Activistas y personas influyentes convocaron en redes sociales tres días de protestas entre el 26 y 28 de junio para oponerse al reciente nombramiento, el pasado mayo, de Gnassingbé como presidente del Consejo de Ministros, un nuevo cargo establecido en la Constitución promulgada por el mandatario en 2024, que no tiene límite de mandato.
Entonces, los partidos de la oposición criticaron y rechazaron el cambio, que supuso una transición de un sistema presidencialista a uno parlamentario -el nuevo jefe de Estado ahora solo tiene una función honorífica-, y fue impulsado ya que la ley solo hubiera permitido a Gnassingbé postularse para un mandato más de cinco años en las elecciones de 2025.
Las protestas fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad togolesas con gases lacrimógenos en distintos barrios de Lomé, la capital, donde varias personas denunciaron, asimismo, que los agentes persiguieron a los manifestantes hasta el interior de sus viviendas.
“Se arresta sistemáticamente a personas, no necesariamente manifestantes. Basta con estar en el lugar y momento equivocados, incluso dentro de las casas entran y se llevan a la gente”, denunció a medios locales la abogada de la Liga Togolesa de Derechos Humanos (LTDH), Célestin Agbogan.
“Hasta ahora hemos contabilizado unas cincuenta personas detenidas en comisarías y puestos de gendarmería. Estas personas fueron arrestadas violentamente. Fue brutal, hay muchos heridos”, aseguró Agbogan.
Durante la noche del 27 al 28 de junio, con cortes eléctricos en varias zonas, jóvenes fueron perseguidos hasta la laguna de Bè, en Lomé.
Entre ellos, un adolescente de 16 años que acababa de aprobar el examen del BEPC (que certifica el fin del primer ciclo de secundaria) y que fue hallado sin vida a la mañana siguiente, según pudo comprobar EFE.
Un responsable de la LTDH, Emmanuel Sogadji, confirmó también este domingo a EFE que, junto al cuerpo del estudiante, otros dos cadáveres fueron recuperados de la laguna de Bè.
Las imágenes difundidas masivamente en redes sociales muestran una fuerte represión por parte de las fuerzas de seguridad, así como la presencia de grupos de milicianos no identificados que actuaron junto a ellas.
“Lo peor es que se han activado grupos de milicianos. Individuos que a veces van encapuchados, en camionetas, armados con porras y fusiles, y que siembran el caos entre la población», alertó Sogadji.
Hasta el momento, no se ha difundido un balance oficial de víctimas durante las manifestaciones y el Gobierno no se ha pronunciado al respecto, lo que ha intensificado la indignación de la población.
El partido opositor Fuerzas Democráticas para la República (FDR) denunció que, durante las protestas, se cometió una “barbarie de Estado” y exigió la liberación inmediata de los detenidos y el cese de las atrocidades perpetradas por las milicias armadas.
“Ninguna represión, por feroz que sea, puede frenar el impulso de un pueblo hacia su libertad”, alertó el presidente del FDR, Me Paul Dodji Apevon, en un comunicado difundido el sábado.
Asimismo, la Plataforma Nacional Espacio Cívico y Eficacia del Desarrollo (PNECED), que representa a 24 ONG togolesas, expresó “su indignación y profunda preocupación ante las violencias registradas en todo el país y especialmente en Lomé”.
La familia de Gnassingbé, de 59 años, gobierna esta nación de África Occidental desde 1967. JS