Por: Ricardo Puerta
Tegucigalpa. – Hay muchas herencias de la pandemia, pero aquí sólo comentaré una, por razones de espacio.
Y como aún la crisis del COVID19 no ha terminado, aún pueden aparecer problemas, soluciones y legados que aún no se conocen. Por lo tanto, lo que sigue es lo sabido hasta hoy.
Idea principal del artículo: “Para recuperarse del legado de la pandemia, lo que sigue no será igual que antes. Se eliminarán y cambiarán estilos de vida y se agregarán otros”.
“Estilos de vida” es un término sociológico. Expresa actitudes, intereses, opiniones y comportamientos de una persona o de un grupo. Formas de pensar y actuar. Evidencia la cultura individual y colectiva, de grupos a que pertenecemos o usamos de modelos para ordenar nuestras vidas en salud, economía, alimentación, etc.
Presiento que el cambio e impacto que resulte de la pandemia será amplio y muy variado. Quienes sobrevivan –además del duelo que tendrán por la muerte causada por el virus de parientes y amigos adoptarán alternativas de vida distintas a las que tenían antes del virus en lo laboral, dietas, familia, vecinos, movilidad física y social, educación, tiempo libre, ingreso, finanzas, impuestos, política, enemigos, bien común, buen gobierno, religión, solidaridad, tolerancia, gratitud, participación ciudadana, etc. …. sólo por mencionar áreas donde visualizamos cambios por venir, tanto dentro como fuera de los hogares.
Por lo tanto, a la actual incertidumbre que hoy padecemos, se añadirán en otras que también servirán para luchar contra los nuevos enemigos comunes –no solo en salud y economía— que nos deja el legado de la pandemia.
La nueva vida material y espiritual que adoptemos – en parte para levantar la económica deprimida ya ha dado sus muestras– la determinarán mayormente dos generaciones que ya forman parte de nuestra Descubre a qué generación perteneces según tu fecha de nacimiento sociedad: los “milenarios” –nacidos entre 1981-1993— y la generación Z” – los nacidos entre 1994-2010.
Como dijo José (Pepe) Mujica, expresidente de Uruguay, “la esperanza se va realizando por las nuevas generaciones”. A lo que agregaría, con más efectividad si jóvenes y viejos ponen en marcha soluciones consensuadas, coordinadas, transparentes, con rendición de cuentas, evaluadas y auditadas socialmente. En esa estrategia corresponde al Estado normar, promover y mantener las condiciones propicias para que eso funcione como «máquina infinita” con renovaciones periódicas.
Los milenarios y los miembros de la generación Z aventajan al resto de las generaciones en el manejo de tecnologías propias del mundo actual. Entre esas tecnologías se destacan: Inteligencia artificial aplicada a grandes de bases dato; aprender y producir –benes y servicios en línea a distancia; y el intercambio de información personal, grupal, geo-referenciada e info-gráfica.
Por principios de equidad, solidaridad y de democracia incluyente –y por lecciones aprendidas en la crisis— estamos ahora más dispuestos a poner en marcha soluciones masivas de bien común, si las mismas se conciben, diseñan, implementan y evalúan en alianza y sociedad con empresarios, académicos, religiosos, ambientalistas y líderes de la sociedad civil.
Teniendo como unidad de análisis el hogar de cada familia –nuclear o extensa– la estrategia a poner en marcha para la reocupación económica, se fundamentaría en un Índice por Hogar, elaborado en torno a 5 dimensiones: 1) Demográfica: miembros con sus datos generales 2) Patrimonial: activos logrados por miembros vivos y los logrados por herencia ), 3) De ingreso: salarios, pensiones, rentistas de inversiones, remesas y ayudas sociales en especie o en efectivo, a empleados, subempleados y desempleados, 4) Dependencia; número de hijos que viven del ingreso familiar y 5) Inseguridad Humana: alimentaria, laboral, sanitaria, educativa y ciudadana
¿Regresaremos al modelo de antes?
Al preguntarse… a cuál modelo de Estado volverá Honduras tras la pandemia, el historiador Mario Argueta responde acertadamente con una cita de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL. afirmando: «…Este debe ser el momento de pensar en la insostenibilidad del modelo de desarrollo extractivo y desigual. Esta nueva crisis de salud ha expuesto la fragilidad de esta globalización y del modelo de desarrollo en el que se sostenía…la globalización no funcionó como prometía y que debe ser reformada…las desigualdades entre países y al interior de ellos, agravan la fragilidad del sistema global y deben ser revertidas» (publicado antes por Alicia Bárcenas, «Hora cero: nuestra región de cara a la pandemia«, en El Heraldo de Honduras, 29 marzo 2.020, p. 11).