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Sinaloa, el cartel que sedujo y hundió a JOH

Tegucigalpa. – El fallo de culpabilidad por narcotráfico emitido por un jurado de la corte federal del Distrito Sur de Nueva York, en contra del expresidente, Juan Orlando Hernández Alvarado, estremeció a las elites políticas del país al develarse su complicidad con los principales carteles locales y transnacionales de la droga, entre ellos el potente cartel mexicano de Sinaloa, último que hizo de Honduras “su puerto seguro” al punto de seducir y hundir también a un poderoso expresidente como Hernández, cuya ambición le llevó a poner la institucionalidad del Estado al servicio de los capos, que a cambio, inyectaban millonarias cantidades de dólares a su campaña y a sus caprichos.

Los testimonios recogidos en la corte de Nueva York develaron cómo se produjo esa conspiración desde el poder para amasar más poder, más impunidad, amansar y aplastar a quien se pusiera por enfrente: rival, amigo, enemigo o cualquiera que pudiera ser incómodo a sus intereses. Se evidenció cómo la penetración de la narcoactividad permeó la política desde lo local, lo regional, lo nacional y lo transnacional. Uno a uno los capos y otros testigos claves que desfilaron frente al estrado relataron sin estupor sus hazañas: soborno, compras, transporte, asesinatos, comercialización, festejos, planificación de crímenes y cuanto pudiera venir a la imaginación para concretar sus actos criminales. Se ufanaron de las ventajas que les daba el estar conectado al poder político y sus influencias. Nunca en el país les procesaron, si caían por casualidad en una redada, llamaban a la autoridad quien movilizaba jueces y ordenaba su inmediata liberación, si el caso lo ameritaba.

Fue así como llegó el cartel de Sinaloa a las finanzas de actores políticos claves, como el expresidente Juan Orlando Hernández, conocido en ese mundo como “JOH”, “Juan”, entre otros epítetos. El cartel de Sinaloa entra a la campaña de JOH de la mano del exalcalde de el Paraíso, Copán, Alexander “Chande” Ardón y del hermano del expresidente Hernández, el entonces diputado Juan Antonio “Tony” Hernández, último que guarda prisión al ser condenado a cadena perpetua por delitos de narcotráfico más 30 años.

En el juicio de Tony Hernández, la fiscalía sorprendió al aseverar en la presentación de sus argumentos que el cartel de Sinaloa había financiado la campaña del entonces presidente Juan Orlando Hernández, versión que fue ratificada y ampliada por los testigos presentados en el juicio del expresidente hondureño. En ese estrado, los narcos hondureños y mexicanos que desfilaron contaron con detalles cómo hicieron “los negocios” con el gobierno de Hernández y cómo fue tan rentable que no solo les pavimentaron sus carreteras para transportar droga, también usaron los puertos y aeropuertos para llevar la mercancía a zonas seguras.

Se fue dibujando así la presencia del cartel de Sinaloa en Honduras, su pujanza en el occidente, el norte y el atlántico hondureño. Mientras esos relatos se conocían, la prensa que cubrió el juicio del expresidente JOH, describía como éste recibía los testimonios: a veces con una sonrisa irónica, otras mostrando indiferencia y en más de una ocasión, negando lo aseverado con movimientos de cabeza.

El expresidente Hernández, aseguran, se mostraba impecablemente vestido, lucía los trajes de sus dos tomas presidenciales que le envió su familia; dirigía su defensa “como si estuviera dirigiendo un consejo de ministros”, dijo uno que otro comunicador. El indómito, como también se le conoce a JOH, hacía gala de sus habilidades creyendo que controlaría al jurado. Y fue así como llegó a su propio paredón al subir al estrado a declarar para negar lo obvio, sembrar la duda y aseverar que por diferencia de años su relación con su hermano Tony, no era muy estrecha, que cuando le informó su seguridad que éste andaba “pando”, respondió: “dile que la pare”. El hombre más informado de Honduras quiso así desmarcarse de los ilícitos de su hermano, que, de acuerdo con los testimonios de los capos, fue su principal brazo operador.

Esa relación con el cartel de Sinaloa fue la gloria y el ocaso en la carrera política de Hernández, al entrar a conspirar con una red criminal de dimensiones transnacionales que encontró en Honduras un territorio fácil para operar. La presencia del cartel de Sinaloa se registra antes de la llegada de JOH al poder, pero es con él donde al parecer florece, se fortalece y se expande. Así lo dejan ver los testimonios que bajo juramento dieron capos como “Chande” Ardón, Devis Leonel Rivera Maradiaga, Fabio Lobo y Luis Pérez (seudónimo) del cartel de Sinaloa.

Ese testimonio de Pérez, que trabajó para César Gastelum, operador del Chapo Guzmán, para Centro y Sudamérica, fue brutal, y fue tan bueno el negocio que se instaló por algunos años en Honduras para garantizar el éxito de sus operaciones, financiar campañas políticas y sobornar todo lo que debía sobornar. Nombres y montos de los beneficiarios de los sobornos del Cartel de Sinaloa fueron surgiendo, unos nuevos, otros no tan nuevos, pero esos testimonios solo dejaron plasmado como este cartel se expandió en el país a vista y paciencia de las autoridades.

“Cuando el líder de Honduras y el líder del Cartel de Sinaloa trabajan mano a mano para enviar drogas letales a las comunidades estadounidenses, ambos deben rendir cuentas en Estados Unidos”, dijo Anne Milgran, de la agencia antinarcóticos DEA, de Estados Unidos.

El cartel de Sinaloa es considerado una de las redes criminales más letales y poderosas del hemisferio occidental, con ramificaciones en países como Venezuela, Ecuador y Colombia, además de varios países de Centroamérica, entre ellos Honduras. En México, opera en el llamado “Triángulo Dorado” que conforman Sinaloa, Durango y Chihuahua. Pero también tiene presencia en regiones como Sonora, Baja California, Nayarit, Jalisco y Chiapas, por citar algunas.

Sus conexiones transnacionales le llevan a tener clientes en todos los continentes en lo relacionado con la metanfetamina, fentanilo, marihuana, amapola y cocaína. La cercanía con la política y los políticos ha sido una de sus estrategias financiando campañas políticas, colocando autoridades locales, municipales, gobernadores, senadores, diputados, y en Honduras hasta un presidente. En Nueva York, espera sentencia el que fuera uno de los hombres más poderosos de México, el exministro de Seguridad, Génaro García Luna, uno de los principales operadores políticos del cartel de Sinaloa.

El expresidente JOH, dijo la Fiscalía de Nueva York, tuvo las oportunidades para ser el promotor del bien en Honduras, pero optó por otro camino: el de la conspiración, la corrupción, la impunidad y el asocio con las redes criminales de narcotráfico más violentas para beneficio propio; usó el poder para hacer ganancias con estos socios, socavando la democracia hondureña y sus instituciones, exhibiendo a un país como “narcoestado” al amparo de la impunidad.

Uno de esos socios fue el Cartel de Sinaloa (cuyo líder principal, el Chapo Guzmán, ha sido condenado a cadena perpetua) y ahora el expresidente JOH, espera el 26 de junio, la sentencia de la condena donde el escenario de la perpetua también puede ser su desenlace. Pero la cárcel del Chapo y la de JOH, no hace que los carteles de la droga desaparezcan, éstos siguen operando, reacomodándose y osando con mostrar su esplendor, ante la inacción de la autoridad y el blindaje de los señalados. La historia continua…

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