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Se confirma pacto secreto entre Alemán y sandinistas por control Parlamento

Managua.- Las casi simultáneas decisiones de liberar al ex presidente Arnoldo Alemán, condenado a país por cárcel por corrupción, y la reactivación del Parlamento, donde sus seguidores protestaban los pasados comicios municipales, ponen en evidencia el denunciado «pacto secreto» con el que el Gobierno sandinista se ha hecho con el control de la cámara legislativa.
 

Medios de prensa locales, analistas políticos y comentaristas ventilaron durante toda esta semana las negociaciones que adelantaban los intermediarios de Alemán con el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional para «ceder» la supremacía liberal en la Junta Directiva de la Asamblea Legislativa a cambio del sobreseimiento definitivo de la condena del ex gobernante.

A pesar que de el propio Alemán aseguró hoy en un comunicado que su exigencia de libertad no era parte de ninguna negociación, la decisión de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, ésta tarde, se registró como la luz verde para que, tras más de dos meses de inactividad, el Parlamento eligiera una nueva junta directiva y de respaldo sandinista.

Aunque la presidencia de ese órgano rector es sandinista desde su primer periodo, iniciado en 2007, el partido en el poder no contaba con el apoyo de todos sus siete integrantes.

Y con solo dos miembros de la nueva Junta nominalmente sandinistas, el presidente, René Núñez, y la segunda secretaria, Alba Palacios, han conseguido que la balanza política les favorezca con el apoyo de dos miembros del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) de Alemán, dos de la Alianza Liberal Nacionalista y un tránsfuga del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) que respalda al Gobierno como «independiente».

No se ha considerado en la elección de la Junta Directiva ni al antisandinista MRS, con tres diputados en la Asamblea, ni a la denominada Bancada Democrática, cuyos 15 representantes siguieron a Eduardo Montealegre cuando fue expulsado del ALN, a mediados de febrero de 2008.

Montealegre, candidato a la alcaldía de Managua con el movimiento «Vamos con Eduardo», en alianza con el PLC, ha encabezado una intensa campaña de denuncia por fraude en las elecciones del pasado 9 de enero, de la que se hicieron eco los diputados liberales y provocó la desconfianza de la comunidad internacional y algunas sanciones económicas contra el gobierno de Managua.

Esta misma mañana el político opositor daba un espacio a la posibilidad de que los rumores de pacto entre Alemán y el presidente Daniel Ortega fueran falsos, con un voto de confianza en la nueva junta directiva, en la que esperaba estuviera representada su formación o encabezada por un liberal.

«Teníamos 48 votos (de 47 necesarios) para elegir a Navarro (del PLC) como presidente. ¿Por qué sus copartidarios no han votado por él?», se preguntó ante la prensa.

Según Montealegre, los liberales del PLC «entregaron a Ortega la última trinchera donde se defendía la democracia» en Nicaragua, la Asamblea Legislativa.

El portavoz de «Vamos con Eduardo», Elíseo Núñez, adelantó hoy a la prensa que en una reciente conversación telefónica en la que Alemán le confundió con su padre, del mismo nombre y dirigente del ALN, le reveló que estaba «negociando algo con el Frente (Sandinista) sobre el sobreseimiento».

Núñez añadió que, a cambio de su libertad, Alemán iba a ceder a los sandinistas el control de la directiva legislativa y al menos los votos de 10 diputados del PLC para poder reformar la Constitución y establecer la reelección presidencial indefinida, prohibida en la Carta Magna en la actualidad, pero a la que aspira Ortega.

La elección de la Junta Directiva del Parlamento se celebra por votación y cada cargo debe recibir 47 votos de entre los 92 diputados que conforman la Asamblea. En esta ocasión se votó «en paquete».

Contra la sentencia de sobreseimiento de la condena de Alemán votó el vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Solís, quien denunció «como sandinista de siempre» que «este era un día muy triste para la justicia».

Arnoldo Alemán, presidente entre 1997 y 2002, fue condenado a 20 años de cárcel en 2003 por fraude contra el Estado y otros cargos de corrupción y cumplía su condena sin poder salir del país.

En 2007, tras rechazar la configuración de los Comités del Poder Ciudadano (CPC), órganos de gobierno popular que controla Rosario Murillo, esposa de Ortega y portavoz de su gobierno, la Corte Suprema de Justicia, en la que hay una mayoría de magistrados designados por los sandinistas, le revocó el beneficio de país por cárcel y le recluyó a su hacienda «El Chile», a las afueras de la capital.

Aunque en enero de 2008 se le restituyó la condición de libertad dentro del país, Alemán reclamaba el sobreseimiento total de su caso y se autoproclamó «rehén» del gobierno sandinista.

En círculos políticos se considera que su decretada libertad ha sido un regalo de cumpleaños para que celebre los 63 que cumple el próximo 23 de enero.

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