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Se aviva la sed de justicia tras sepelio de Keyla

Tegucigalpa – La sed de justicia tras la muerte de Keyla Patricia Martínez (26), la joven pasante de enfermería, no se apaga y tras sepultarla las voces exigiendo que la ley resplandezca se multiplican.

– La posta policial de La Esperanza, guardaba “historias oscuras”, según testimonios de pobladores.

– La madre de Keyla clamó justicia en el entierro de su malograda hija y dijo que no descansará hasta que se castigue a los responsables del hecho.

Intibucá volvió a ser este miércoles escenario de la indignación y la tristeza. Allí la gente seguía enardecida, pero a la vez dolida por la pérdida de la joven estudiante.

En el camposanto y en el entorno familiar, de amigos y compañeros de Keyla, las manifestaciones de duelo y el reclamo de la verdad fueron una constante.

Impotencia y dolor fue el denominador común en el entierro de Keyla Martínez.

Muchos de los asistentes allí desmenuzaron historias poco conocidas sobre la posta policial donde a la joven la mataron, según el dictamen forense del Ministerio Público.

De la posta policial ubicada en La Esperanza, Intibucá, occidente de Honduras, ya la ciudadanía guardaba algunas historias oscuras, según relato de pobladores.

La vetusta celda policial donde pasó los últimos momentos la malograda joven también fue testigo mudo de otros hechos criminales, presuntamente cometidos por agentes del orden público.

Tras el suceso que cobró la vida de la estudiante universitaria de enfermería y que mantiene consternada a la población hondureña, los miembros de la carrera policial fueron relevados y trasladados unos a Tegucigalpa y otros a Marcala en el oriental departamento de La Paz.

Los agentes asignados a ese término policial abandonaron el recinto llevándose enseres y sus pertenencias, cuando ni siquiera se cumplían dos días del suceso y ni siquiera se habían levantado evidencias por parte de los cuerpos de investigación criminal.

No se conoce la cantidad de agentes que están involucrados en el suceso.

Las máximas autoridades de la Secretaría de Seguridad no han ofrecido las identidades de los involucrados y mucho menos se conoce la cantidad de efectivos que por ahora están en condición de disponibilidad.

Luego de conocerse los resultados de la autopsia medicolegal, la que arrojó que la joven Keyla Martínez murió por asfixia mecánica, es decir que no se trató de un suicidio, el clamor y la presión popular creció en el sentido de exigir que el suceso no quede en la impunidad.

En esa vía, ya salen a relucir algunas historias oscuras que habrían ocurrido en la denominada “posta de la muerte” de La Esperanza.

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Historias reñidas con la ley

La tristeza invadió el camposanto de La Esperanza.

Una pobladora que asistió al entierro de Keyla denunció ante los medios de comunicación que cubrían el sepelio, el caso de otras dos jovencitas a las que varios agentes policiales les robaron un dinero (10 mil lempiras aproximadamente) y luego las amenazaron, situación que las orilló a huir hacia Estados Unidos hace 15 días.

De acuerdo con la denuncia, las dos muchachas violentaron el toque de queda y tuvieron un altercado con miembros de la institución policial asignados a esa posta de La Esperanza.

Las dos mujeres fueron identificadas por la denunciante como Maryuri Matías y Jessica Elena Aguirre Vigil, que ahora mismo están en México, según el testimonio.

Las dos jovencitas fueron detenidas, las golpearon y las quisieron violar. Seguidamente procedieron a presentar la denuncia e incluso acudieron a una diputada para que les ayudara, pero las amenazas eran cada vez más fuertes y fue así como abandonaron el país.

“Debido a esas circunstancias a ellas les tocó salir huyendo junto a sus hijos”, contó la mujer, que pidió poder localizarlas en la ruta migratoria para ofrecerles ayuda.

Siguió su relato: “Ellas me comentaron que tienen los documentos para buscar un asilo político”.

Otro de los pobladores de La Esperanza, que prefirió ocultar su identidad, denunció que “uno aquí le tiene miedo a la Policía, solo miremos lo que le pasó a esta cipota”.

“Los marihuaneros son ellos, los asesinos son ellos”, aseveró en acusaciones al cuerpo policial.

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Madre clama justicia

Norma Rodríguez, mamá de Keyla Martínez

La madre de Keyla viajó hace cuatro años a España, donde logró obtener la residencia temporal, lo que le permitió retornar, por primera vez desde su partida, a Honduras el pasado diciembre y pasar las fiestas de fin de año. Luego tuvo que retornar el 16 de enero al viejo continente para continuar con su vida laboral.

Relató que migró a España para poder sacar adelante a sus hijas y en el caso de Keyla para poder pagar sus estudios superiores que estaba a punto de culminar.

Describió que un día antes del suceso platicó con su hija y bromeaban mucho, como siempre ocurría cuando conversaban. “Estaba contenta porque iba a terminar su práctica, ella era una mujer muy luchadora, por eso no entiendo por qué se ensañaron contra ella”, contó.

“Lo que estoy pidiendo es justicia, que se aclaren los hechos, le pido a las organizaciones internacionales que se involucren, que nos ayuden porque lamentablemente en nuestro país no podemos confiar en nadie porque la asesinaron”, dijo la desconsolada madre.

En un ambiente de dolor e impotencia los dolientes le dieron su último adiós a la joven Keyla Martínez.

Remarcó que “me duele mi país, me duele que no haya autoridades en quienes confiar, estamos como esos niños huérfanos”.

Norma Rodríguez, insistió: “pido justicia y que paguen los asesinos porque mi hija fue asesinada, ella no se asfixió, mi hija era una mujer que se dedicaba a salvar vidas de ancianos y de niños, era sociable y muy querida por todos”.

La dolorida madre expresó que todos los jóvenes tienen derecho a divertirse, al tiempo que volvió a clamar por justicia.

La madre de la joven fallecida dijo temer por su vida y la de su familia y responsabilizó al estado de lo que pueda ocurrirles.

Ella gritaba que la sacaran de la celda porque si no se iba a matar, dijo el abogado Raúl Suazo que representa al médico que acompañaba a Keyla la noche de la tragedia.

(VER) Ella gritaba que la sacaran de la celda porque si no se iba a matar, revela abogado de médico que acompañó a Keyla

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