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Ricos del mundo tardaron nueve meses en recuperar pérdidas por pandemia; pobres tardarán una década, según informe

Tegucigalpa – De acuerdo a un informe de Oxfam titulado “El virus de la desigualdad”, publicado hoy, día en el que comienzan los Diálogos de Davos del Foro Económico Mundial, en tan solo nueve meses, las mil mayores fortunas del mundo ya habían recuperado las pérdidas económicas originadas por la pandemia de la COVID-19, mientras que las personas en mayor situación de pobreza podrían necesitar más de una década para recuperarse de los impactos económicos de la crisis.

El informe revela que la pandemia de la COVID-19 tiene el potencial de aumentar la desigualdad económica en prácticamente todos los países del mundo al mismo tiempo, una situación sin precedentes desde que empezara a registrarse este tipo de datos hace más de un siglo. El aumento de la desigualdad podría provocar que la humanidad tarde como mínimo 14 veces más en reducir la pobreza hasta el nivel previo a la pandemia que el tiempo que han tardado las mil personas más ricas del mundo (en su mayoría hombres blancos) en recuperar su riqueza.

En América Latina y el Caribe, la región más desigual del mundo, los 69 milmillonarios de la región aumentaron sus fortunas en 104 mil 100 millones de dólares desde marzo, lo suficiente para dar a las 25 millones de personas forzadas a la pobreza por COVID-19 en la región un cheque de cuatro mil dólares a cada una. “La pandemia ha puesto de relieve el hecho de que, para la mayor parte de la población mundial, perder tan solo un ingreso supone caer en la miseria”, expresó Asier Hernando, Director Regional para Oxfam en América Latina y el Caribe.

El aumento de la desigualdad alrededor del mundo podría provocar que la humanidad tarde como mínimo 14 veces más en reducir la pobreza hasta el nivel previo a la pandemia, que el tiempo que han tardado las mil personas más ricas del mundo (en su mayoría hombres blancos) en recuperar su riqueza.

Un estudio global en el que Oxfam entrevista a 295 economistas de 79 países revela que el 87 % de ellos (entre los que se encuentran Jeffrey Sachs, Jayati Ghosh y Gabriel Zucman) comparten esta visión y prevén que la desigualdad de ingresos «aumente» o «aumente mucho» en sus respectivos países como consecuencia de la pandemia. El informe también revela cómo la pandemia está profundizando las históricas desigualdades económicas, raciales y de género.

•La recesión ya ha acabado para los más ricos. Desde el inicio de la pandemia, la fortuna de los 10 hombres más ricos del mundo ha aumentado en medio billón de dólares, una cifra que financiaría con creces una vacuna universal para la COVID-19 y que garantizaría que nadie cayese en la pobreza como resultado de la pandemia. Al mismo tiempo, la pandemia ha desencadenado la peor crisis laboral en más de 90 años, y cientos de millones de personas se encuentran subempleadas o sin trabajo.

•De nuevo, las mujeres son las más afectadas. A nivel mundial, las mujeres están sobrerrepresentadas en trabajos mal remunerados y precarios, que han sido los que más se han visto afectados por la crisis de COVID-19. Las mujeres representan el 70 % de la fuerza laboral a nivel mundial en el ámbito de la salud y la atención social, empleos esenciales pero a menudo mal remunerados que además las exponen a un mayor riesgo de contraer el virus.

 •La desigualdad se está cobrando vidas. En Brasil, las personas afrodescendientes tienen un 40 % más de probabilidades de morir a causa de la COVID-19 que las personas blancas, mientras que en los Estados Unidos, si la tasa de mortalidad de las personas de origen latino y afroamericano hubiese sido la misma que la de las personas blancas, aproximadamente 22 mil personas negras y latinas aún seguirían con vida.

•La clave para lograr una rápida recuperación es construir una economía más humana y justa. Es necesario implementar sistemas de seguridad social y construir una economía verde que evite una mayor degradación del planeta y lo preserve para las futuras generaciones. La aplicación de un impuesto temporal sobre los beneficios excesivos obtenidos por las 32 multinacionales que mayor riqueza han acumulado desde que comenzara la pandemia habría permitido recaudar 104 000 millones de dólares en 2020, cantidad suficiente para financiar prestaciones sociales a las personas de los países de renta media y baja. Argentina y Bolivia, en diciembre de 2020, aprobaron un impuesto a las grandes fortunas.

“La lucha contra la desigualdad debe ser un elemento fundamental del rescate económico y los esfuerzos de recuperación. Los Gobiernos deben garantizar un acceso universal a las vacunas contra la COVID-19 y mantener sistemas de protección social universales. Deben invertir en servicios públicos y sectores con bajas emisiones de carbono para crear millones de empleos nuevos; asegurar el acceso del conjunto de la población a servicios de salud, atención social y educación de calidad”, declaró Gabriela Bucher, Directora Ejecutiva de Oxfam Internacional. 

“La desigualdad no es inevitable, sino una mera elección política. Los Gobiernos de todo el mundo deben aprovechar esta oportunidad para construir economías más equitativas e inclusivas que sirvan para proteger el planeta y poner fin a la pobreza. Estas medidas no deben ser soluciones temporales que se aplican solo durante situaciones desesperadas, sino una nueva normalidad para que nuestros modelos económicos estén verdaderamente al servicio de todas las personas, y no solo de una minoría privilegiada”, finalizó. (RO)

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