Ciudad Juárez (México) – Con estructuras de acero más altas y resistentes, el Gobierno de Estados Unidos ha iniciado esta semana la edificación de un nuevo muro secundario entre la zona limítrofe de Nuevo México y Ciudad Juárez, levantamiento que ha sido cuestionado y rechazado, según afirmó a EFE el padre y párroco de la comunidad de Mater Dolorosa, Javier Calvillo.
“Es curioso que un país (EE.UU.) que tenga la mayoría de su población migrante quiera poner muros(…) Por mucho que pongas buenos muros, por mucho que pongas púas, por mucho que pongas las bolas esas, nunca va a poder parar la migración”, sentenció el sacerdote católico.
En el transcurso de la semana, esta zona fronteriza, conocida por el contrabando y rescate de miles de migrantes, ha visto el movimiento de maquinaria pesada y personal federal estadounidense que trabaja en la construcción de esta nueva barrera, paralela a la ya existente.
De acuerdo con información publicada en la cuenta de X de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, este muro tendrá un recorrido de 11 kilómetros y tendrá barras de acero de más de 30 metros de alto.
Así mismo, la CBP indicó que esta acción se ejecuta en “sectores clave como San Diego, Yuma, Tucson, El Paso y el Valle del Río Grande”, donde “más de 137 kilómetros del nuevo muro están en planificación o en construcción a un ritmo acelerado”.
Para Calvillo este endurecimiento de la frontera empujará a los migrantes a cruzar por zonas aún más remotas y peligrosas, pues “el migrante es un ser humano que siempre va a buscar cómo lograr su objetivo”.
El padre también apuntó que la comunidad migrante está expuesta a contenido en redes sociales donde se ofrecen rutas y métodos para cruzar, los cuales pueden poner en riesgo su vida.
Desde que Donald Trump reasumió la presidencia de Estados Unidos el pasado 20 de enero, el conflicto migratorio se ha intensificado en las fronteras que comparten ambas naciones, principalmente en Estados Unidos, donde se han desatado redadas migratorias y deportado a más de 56.298 mexicanos.
Ante ese contexto, Calvillo condenó estas redadas migratorias en California que no respetan ni templos ni hospitales: “Es una violación a los derechos humanos(…) Vemos un país muy dividido, que no sabe cuál es el ritmo y ahí está el resultado”.
Como una muestra de resistencia ante estas medidas, el párroco anunció que la Iglesia Católica está preparando la celebración de la 110 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, con la que se hará un llamado a “construir puentes, no muros”.
“Si alguien se ha beneficiado de la migración regular e irregular es Estados Unidos. Lo vemos en el campo, la construcción, los servicios”, aseveró con ímpetu Calvillo para hacer un llamado a las naciones a abrir “la riqueza” humana.
“Muchos países, en vez de tomar la postura de Estados Unidos, empiezan a abrirse a esa riqueza tanto humana, tanto laboral, económica y sobre todo en leyes dignas para la migración”, concluyó el sacerdote.
El pasado 8 de julio, Trump celebró el presupuesto récord para acciones migratorias aprobado por el Congreso en su «gran y hermoso proyecto de ley», en este paquete sobresalen más de 46.000 millones de dólares para la construcción de la barrera fronteriza, más del triple de lo gastado en su primera administración (2017-2021), según un análisis del American Immigration Council. EFE
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