Por Alberto García Marrder
Especial para Proceso Digital, La Tribuna y El País de Honduras
El 20 de enero de 2025, el anciano presidente Joe Biden, pasa la presidencia de la primera potencia del mundo, al rencoroso Donald Trump, en su segundo mandato.
Pero mientras tanto, el que gobierna parece ser otro: Elon Musk, el hombre más rico del mundo, aliado de Trump y encargado, con otro super millonario, Vivek Ramaswamy, de reducir la burocracia gubernamental.
Desde el 5 de noviembre (día de las elecciones presidenciales) Musk se ha convertido en la mano derecha de Trump, su principal asesor y su sombra (hasta que se canse el presidente electo que otro le robe el interés de la prensa y las cámaras de los fotógrafos).
Musk acaba de mostrar su influencia en el congreso al torpedear un proyecto de ley presupuestaria republicana-demócrata, al que se unió después Trump, “su pupilo”. Después fue rechazada, con muchos votos republicanos, una moción Trump-Musk, para elevar el tope de endeudamiento y aprobado a última hora, un proyecto de ley para evitar un cierre del gobierno por falta de fondos.
Lo que ha quedado en evidencia es que el tándem Trump-Musk quiere humillar a los congresistas republicanos rebeldes y a demostrarles que ahora el poder estará en la Casa Blanca y no en el Congreso.
Mientras, Trump prepara su futuro gabinete con gente extraña en su mansión de Florida, Biden prepara sus maletas en la Casa Blanca, Musk hace en Washington maniobras políticas que pone patas arriba el Congreso.
Tanto que varios congresistas llaman ya a Musk como “Mister President” , o sea un presidente en la sombra al no haber uno en activo hasta el 20 de enero.
Una propuesta posterior de Trump-Musk para elevar el tope de la deuda estatal y de reducir los impuestos a los millonarios fue rechazada en la Cámara de Representantes con la oposición significativa de varios congresistas republicanos, en un claro desafío al presidente electo. Trump ha tomado nota de sus nombres, es un hombre que no olvida ni perdona a quien le lleva la contraria.
También es significativo que varios congresistas republicanos estén hablando de proponer a Musk como “Speaker”(presidente) de la Cámara de Representantes en sustitución del actual , Mike Johnson, que está en la cuerda floja.
La prensa estadounidense se pregunta qué se puede esperar de Musk en los próximos cuatro años de la nueva era Trump, en comparación de lo mucho que ha hecho en estos dos meses previos.
¿Quién es Elon Musk?
Además de ser el hombre más rico del mundo con una fortuna de unos 486 mil millones de dólares (según Bloomberg), es un tipo fascinante a sus 53 años.
Nacido en Sudáfrica, sus negocios principales son Tesla (automóviles eléctricos), Space X (lanzamientos de cohetes con satélites y X (ex Twitter). Vive muy modesto en una casa rural cerca de Austin, Texas.
En las pasadas elecciones presidenciales, contribuyó con 260 millones de dólares a la campaña de Trump y en menos de cuatro semanas ingresó cuatro veces más esa cantidad por contratos gubernamentales, como con la NASA, por aventuras espaciales a La Luna y a Marte.
Esos contratos gubernamentales pueden ser en un futuro próximo un asunto de discordia a su labor política, sin haber sido elegido.
También está su proximidad a Trump y la incógnita es saber cuánto un personaje tan narcisista como él, va aguantar que le robe el foco mediático. El famoso es Trump y no Musk, aunque sea él más rico. Dos egos inmensos se podrían encontrar en una futura disputa.
Musk, por ahora, ha dado un paso internacional hacia Gran Bretaña, al apoyar pública y financieramente a Nigel Farage, un ultraconservador populista y creador del “brexit” o salida de la Unión Europea.
El interés de Musk por esta aventura británica es la de protestar por una nueva ley laborista para imponer límites de contenido a las redes sociales , como a su X (ex Twitter) y acabar con el tradicional binomio entre conservadores y laboristas.
Y en lo personal, Musk está sumamente preocupado por la baja natalidad en el mundo y para dar ejemplo, tiene once hijos de tres mujeres distintas y dos de ellos por fertilización ”in vitro”.
No me extraña que muchos estadounidenses quieran marcharse de su país antes que venga la era Trump-Musk.
