Tegucigalpa – El quebrantamiento de una triunfadora alianza política está llegando a niveles de confrontación inimaginables entre Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Salvador de Honduras (PSH) esto a menos de un año de ostentar el poder y que aún con vasto camino por recorrer en que deberán tomar decisiones para Honduras.
–Nasralla critica la amnistía política, Ley del Consejo de Defensa, diagnóstico a la prensa, convenio de la CICIH y los nombramientos en el gobierno.
El próximo año la clase política gobernante debe elegir, los 15 magistrados que integrarán el nuevo periodo de siete años de la Corte Suprema de Justicias (CSJ), al Fiscal General y su Adjunto, también instalar la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), pero todo deberá ocurrir en un ambiente tenso, provocado por las constantes confrontaciones en quienes hoy gobiernan.
La alianza parecía tener un panorama claro del rumbo que debía tomar el país, pero una crisis interna polariza las expectativas ciudadanas que fue participe de un triunfo de más de 1.7 millones de votos sobre 1.3 logrados por el Partido Nacional. PSH-Libre generó en cierta parte esperanza en la nación, pero ese anhelo se fraccionó cuando apenas comenzaba.
La coalición entre estos dos partidos, es considerada como una de las decisiones políticas más sagaces en los últimos tiempos, cuyo mérito recae en el liderazgo del expresidente y coordinador de Libre, José Manuel Zelaya. Actualmente se desempeña como asesor presidencial y su papel es más visible que el de su esposa, la presidenta Xiomara Castro Sarmiento, de acuerdo a críticas de varios sectores.
Para los comicios generales de 2017, Zelaya propuso al líder del PSH, Salvador Nasralla, unirse con el objetivo de impedir en las urnas, la reelección del nacionalista Juan Orlando Hernández. Esa asociación se fortaleció conforme se le reprochaba al gobierno en turno, entre otras cosas, la corrupción manifiesta en el manejo de la pandemia del COVID. Pero los líos entre Nasralla y los Zelaya, no es nuevo, previo a las elecciones las fracciones ya existían.
Públicamente Nasralla solo fue visto dos veces con la presidenta, en la toma de posesión y en la visita que hizo a Honduras, el boxeador internacional Teófimo López, después de eso, sus apariciones como representante del gobierno fueron nulas, para dar paso a una serie de desacuerdos entre él, la familia Zelaya Castro y algunos líderes del oficialista Libertad y Refundación, quienes lo catalogan como un conspirador.
Un tempranero conflicto
Apenas 36 días habían pasado del gobierno –Libre y PSH-, para que Nasralla disintiera por vez primera sobre la aprobación de una amnistía política en el Congreso, luego propuso sembrar cannabis para generar empleo, esa idea provocó la reacción de Zelaya Rosales, quien se mostró en desacuerdo pues dijo la lucha contra las drogas debe intensificarse y, en junio el designado dijo otra vez, sentirse frustrado por no tener asignaciones.
Nasralla dice que mientras las decisiones se basen en posturas ideológicas, no podrán cumplir con las promesas hechas en campaña y que pese a ser un abanderado de la lucha contra la corrupción no es tomado en cuenta. Su retórica generó rechazo. Tanto que una turba de Libre lo agredió en su visita a la Villa Olímpica, en el suceso participó personal de Condepor, que es dirigido por Mario Moncada, hermano de la ministra de Finanzas, Rixi Moncada.
Moncada fue consultado sobre la agresión al designado presidencial y sin mayor detalle lo acusó de tener una agenda oculta contra el gobierno, sin embargo, días después fue citado junto a siete personas más por las autoridades para aclarar el asunto. Sobre este caso, Zelaya Rosales se pronunció a favor de Nasralla y pidió respeto, si, hasta ese entonces, la relación entre ambos, se mantenía intacta pese a los ataques de cada lado.
La gota que derramó el vaso
Y es que Nasralla nunca le ha dado créditos a Libre sobre su popularidad política, incluso, cree que el PSH tiene mayor aceptación en la población y afirma que la alianza gana los comicios porque él, aportó más cantidad de votos, pero además su conflicto ya dejaba secuelas en su propio partido, porque pese a que Luis Redondo, conocido como uno de los hombres de su confianza, lo acusa de abandonar los principios que los metió en política.
Un mes después, el designado reapareció para opinar sobre la llegada de la CICIH y dijo será una promesa incumplida respecto a las facultades que ésta debería tener para luchar contra la corrupción. Esto ocurre paralelamente a la intención del Ejecutivo en aprobar una nueva Ley del Consejo de Seguridad, proyecto que generó fuertes debates en el CN y que la bancada del PSH, se negó a apoyar por considerar fue debatida a matacaballos.
El designado presidencial opina siempre sobre cualquier tema, esta vez sus confesiones afines a la actividad del narcotráfico en Honduras, alcanzó el periodo presidencial 2006-2009, justamente en el gobierno del Poder Ciudadano, Zelaya refutó y no fue para defender a Nasralla, a quien radicalmente dijo “el que quiere que la sembremos inició a fumarla” desde entonces no hubo reparo hasta romper su limitada línea que les unía.
Una fracción en su máximo auge
Muy pocas veces Nasralla habló bien del gobierno, a quien reiteradamente ha tildado de incapaces pues asegura toman decisiones equivocadas y creer que si escuchan sus ideas la situación tendría solución, su polémica siempre fue con Zelaya, a quien además le reclamó respeto por tener un rango en el gobierno no por designación, sino por elección, eso no bastó y tildó a la pareja presidencial como malagradecidos por incumplir el acuerdo.
En septiembre la situación se volvió insostenible, Zelaya le pidió a Nasralla ser honesto y devolver los 12 millones de lempiras que le asignó la Presidenta, así como los altos cargos de militantes del PSH nombrados en el Congreso, Salud y Economía. La reacción fue inmediata del designado quien afirmó que ese dinero no se lo da Castro, sino el pueblo y que además, esa cantidad no es nada comparado con los 15 mil millones a cargo de su esposa.
La tensión se acentuó cuando él se reunió con Laura Dogu, embajadora estadounidense. Tras el encuentro, delegados de alto perfil como el canciller Eduardo Reina no perdonaron a la diplomática, que por error dio rango de vicepresidente al designado, ella se disculpó, pero las secuelas quedaron, sin saber en realidad, que fue lo que incomodó al gobierno hondureño que reclamó al más alto nivel a Estados Unidos.
La familia Zelaya Castro se defiende
El líder del PSH reveló el acuerdo que lo unió a Libre, para evidenciar que no cumplieron, señaló, que es ignorado por la presidenta Castro, así como por su propio pupilo Luis Redondo. Zelaya lo acusó de ser parte de una élite que pretende desestabilizar para sacarlos del poder otra vez, tal como ocurrió en 2009 cuando fue derrocado. El exmandatario ha justificado su intolerancia, tanto que sus reacciones lo ha llevado a confrontar a la prensa.
Y es que Zelaya tiene un amplio liderazgo, su visibilidad es incluso, más notoria que la propia presidenta, justifica que los grupos de poder quisieran que dejara sola a su esposa para afectar su gestión, en cambio el designado presidencial rechaza que sea el expresidente Zelaya que tome todas las decisiones del gobierno, es más, considera que los movimientos del gobierno apuntan a la instalación de una dictadura en Honduras, de la que no forma parte.
El asesor presidencial sorpresivamente dio por terminada la alianza con el PSH, ya que no concibe que Nasralla denigre y ataque a Libre, además que no reconozca los esfuerzos del gobierno por solucionar los problemas del país, a estos reclamos se unieron los hijos de la pareja presidencial, Hortensia Zelaya diputada y Héctor Manuel Zelaya, secretario privado, por su parte Nasralla cree que es Castro quien debe pronunciarse, ella lo hizo vía Twitter.
Crisis apunta al Legislativo ¿aliados u oposición?
Por parte del oficialismo todo está claro, sus posturas no han dejado ningún tipo de dudas, pese a que aún queda un amplio camino por recorrer, el que si las tiene es Nasralla, quien asegura que su andar político es incierto pues es consciente que se ha enfrentado al poderío de los Zelaya y eso podría dejar graves secuelas, pero ahora a las puertas de elegir la Corte Suprema y el Fiscal General y Adjunto la crisis apunta al Legislativo.
Nasralla dijo que la fricción con Libre se concretó cuando su bancada no escoltó la aprobación de la Ley de Defensa y Seguridad, agregó que el presidente del CN, Luis Redondo, se sintió traicionado, desde entonces, no tienen comunicación y asegura que Redondo, es una buena persona, pero está siendo muy presionado por el oficialismo y eso lo hará caer en algunas irregularidades, que incluso, lo considera uno más del partido en el poder.
El titular del Congreso Nacional propuso a Nasralla -con quien ha fundado dos partidos políticos, el Partido Anticorrupción y el PSH-, dialogar para aclarar algunos temas porque cree que la alianza aún puede salvarse, el designado presidencial respondió que está dispuesto a conversar pero que sea un diálogo público y abierto porque él no tiene nada que ocultar.
A Honduras no le conviene la ruptura de la alianza
El diputado Tomás Ramírez, es jefe de la bancada del PSH, cree que su partido ha cumplido en acompañar la agenda de la presidenta Xiomara Castro, pero ese respaldo no ha sido recíproco con el designado presidencial, dijo que el trato del oficialismo ha sido hasta cierto punto injusto y que eso ahora condiciona el acompañamiento de los diputados en algunas decisiones trascendentales para Honduras que están en juego.
El objetivo principal se logró, sacar al partido Nacional del poder, pero hay que seguir avanzado, el camino es el diálogo y creo que ese debe ser, liderado por la Presidenta. El perdedor de todo esto es el PSH porque se le entregó a Libre la posibilidad de gobernar, la alianza no permitió que tuviéramos una bancada más numerosa en el Congreso, es evidente que hay una confrontación, pero sí es necesario unirnos por el bien de Honduras lo vamos a hacer, indicó el diputado Ramírez.
Dijo que siguen esperando que se concrete la venida de la CICIH, la elección de la Corte y Ministerio Público, reformas electorales, fortalecimiento de la institucionalidad de manera que se pueda acceder a la Cuenta del Milenio, entre otros beneficios, estamos comprometidos en hacer lo correcto por ejemplo a estas alturas no acompañaremos ninguna reforma que tenga que ver con la elección del Poder Judicial.
Concluye en que Redondo sigue siendo parte del PSH, aunque esté vote de forma independiente de ahora en adelante, pese a que la alianza está en un punto crítico, los malos hondureños quieren que termine pero al pueblo no le conviene ese escenario y no es descabellado pensar que todo puede arreglarse pero se necesitan amplias voluntades.
PSH recupera su independencia parlamentaria
El diputado Carlos Umaña, admitió que la alianza política se rompió entre PSH y Libre por lo que no descarta ser parte de la oposición política en el Congreso “se ha roto en consonancia a los ataques en contra del ingeniero Salvador Nasralla y a nosotros los diputados del Partido Salvador de Honduras la damos por aceptada”.
En ese sentido, amplió que respetan la decisión del Partido Libre de romper relaciones y manifestó que los proyectos encaminados para rescatar a Honduras o que sean favorables para la ciudadanía, los van a respetar y apoyar, pero se opondrán a todos aquellos que consideran rompen o alteran la Constitución de la República.
“Aceptamos la ruptura de la alianza con Libre por las declaraciones de Manuel Zelaya y por el retuit de la presidenta Xiomara Castro en sus redes sociales. “El acuerdo se rompe no por el Legislativo, sino por el irrespeto hacia el ingeniero Nasralla y al PSH no se le ha cumplido los acuerdos bicentenarios, solo uno, la presidencia de la Cámara Legislativa”, subrayó.
Es una ruptura momentánea el diálogo es posible
El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, consideró que no hay ruptura en la alianza entre el Partido Libertad y Refundación y el Partido Salvador de Honduras “Yo no veo una ruptura, lo que veo aquí son posiciones diferentes, presiones, algunas de ellas de cara a lo que viene más adelante que es la Corte Suprema”.
Manifestó que él ve “muchas rupturas momentáneas en el ámbito político, pero que son superadas al momento de llegar a consensos, mismo que son posibles”, considera y se mantiene optimista al creer que vendrán proyectos en los que ambas fuerzas políticas votarán en la misma línea y dirección.
Según Redondo una de sus funciones como presidente del Congreso, es buscar consensos entre los diputados para que voten, por lo que no descarta que producto del diálogo las cosas puedan superarse y seguir legislando en beneficio de Honduras. JP