Redacción Ciencia – En el transcurso de miles de millones de años, las galaxias crecen y evolucionan formando nuevas estrellas y fusionándose con otras galaxias a través de eventos llamados de «inmigración galáctica». Ahora, un equipo de astrónomos ha hallado pruebas de una migración masiva de estrellas hacia Andrómeda.
Los intrincados patrones en los movimientos de las estrellas revelan una historia de inmigración muy similar a la de la Vía Láctea, según el equipo científico responsable de las «pruebas sorprendentes».
Los astrónomos intentan descubrir estas historias de migración galáctica estudiando los movimientos de estrellas individuales a lo largo de una galaxia y en su halo extendido de gas, estrellas y materia oscura. Sin embargo, tal «arqueología cósmica» solo ha sido posible en la Vía Láctea, hasta ahora.
Al medir los movimientos de casi 7,500 estrellas en el halo interior de Andrómeda, también conocida como Messier 31 (M31), el equipo descubrió patrones reveladores en las posiciones y movimientos de las estrellas que indican que estas comenzaron sus vidas como parte de otra galaxia que se fusionó con M31 hace unos 2,000 millones de años.
Si bien tales patrones han sido predichos por la teoría durante mucho tiempo, nunca se vieron con tanta claridad en ninguna galaxia, informa un comunicado del Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica-Infrarroja (NOIRLab), el centro principal de Estados Unidos para la astronomía óptica-infrarroja terrestre.
«Nuestras nuevas observaciones del gran vecino galáctico más cercano de la Vía Láctea, la galaxia de Andrómeda, revelan evidencia de un evento de inmigración galáctica con exquisito detalle», resume Arjun Dey, astrónomo de NOIRLab de NSF (Fundación Nacional de Ciencias).
«Aunque el cielo nocturno parezca inmutable, el Universo es un lugar dinámico. Las galaxias como M31 y nuestra Vía Láctea se construyen a partir de los componentes básicos de muchas galaxias más pequeñas a lo largo de la historia cósmica».
El astrofísico de la Universidad de Edimburgo Sergey Koposov añade: «Nunca antes habíamos visto esto tan claramente en los movimientos de las estrellas, ni habíamos visto algunas de las estructuras que resultan de esta fusión».
«Nuestra imagen emergente es que la historia de la galaxia de Andrómeda es similar a la de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Los halos internos de ambas galaxias están dominados por un solo evento de inmigración».
Esta investigación arroja indicios no solo sobre la historia de nuestros vecinos galácticos, sino también sobre la historia de nuestra galaxia.
La mayoría de las estrellas en el halo de la Vía Láctea se formaron en otra galaxia y luego migraron a la nuestra en una fusión galáctica que ocurrió entre ocho y diez mil millones de años atrás.
Estudiar los vestigios de una fusión de galaxias similar, pero más reciente en M31, les da a los astrónomos una ventana a uno de los principales eventos en el pasado de la Vía Láctea.
El equipo utilizó datos de un instrumento espectroscópico de energía oscura en el telescopio Nicholas U. Mayall, del Observatorio Nacional Kitt Peak, Arizona.
Para rastrear la historia de la migración en M31, recurrió a DESI, un instrumento que se construyó para mapear decenas de millones de galaxias y cuásares en el universo cercano con el objetivo de medir el efecto de la energía oscura en la expansión del universo.
Se trata del espectrógrafo de sondeo multiobjeto más potente del mundo, pero sus capacidades también se pueden utilizar «más cerca de casa»; el instrumento fue crucial para este estudio. EFE