A las 12:00 del mediodía de este domingo otoñal, la Primera Dama, en compañía del presidente del Comité del Desfile de la Hispanidad, Edgardo Alonzo, el cónsul general de Honduras en Nueva York, Francisco Quezada, el cónsul general de España en Nueva York, Juan Martínez, diplomáticos de otras naciones, directivos e invitados de honor, procedieron a hacer el simbólico corte de la cinta, con lo que inició el colorido desfile, que se realizó entre las calle 44 y 72 a lo largo de la Quinta Avenida de Manhattan, para deleite de las cientos de miles de personas que se apostaron en la aceras para ver pasar las coloridas carrozas y participantes luciendo trajes típicos.
Los asistentes flamearon con orgullo las banderas y vitorearon el nombre de sus países al compás de los ritmos latinos.
Al ser abordada por los medios de comunicación, la señora de Lobo dijo sentirse altamente honrada no sólo como hondureña sino también como latinoamericana por haber sido nombrada gran mariscal del Desfile de la Hispanidad 2013, y destacó el creciente aporte que esta comunidad ofrece a la sociedad estadounidense en todos los ámbitos.
Asimismo, pidió enfáticamente a todos aquellos latinos que se han radicado en el país del norte con el fin alcanzar mejores condiciones de vida, que “nunca olviden los valores, historia y tradiciones propios de nuestros pueblos, sino que por el contrario, los sigan transmitiendo a sus hijos y nietos”.
“Nunca debemos olvidar de dónde venimos, nuestros orígenes, nuestra identidad”, resaltó la Primera Dama hondureña, quien posteriormente ocupó junto con su comitiva un estrado especial habilitado a un costado del Parque Central de Nueva York, desde donde pudo apreciar las coloridas manifestaciones de las diferentes delegaciones, empresas, entidades comunitarias e incluso asociaciones de empleados latinos de la ciudad, que se hicieron presentes.
Honduras estuvo representada también por medio del cónsul general de Honduras en Nueva York, Francisco Quezada, líderes comunitarios, carrozas, bandas y bailarinas de todas las edades, sin faltar el emblemático ritmo punta.
El Desfile de la Hispanidad fue organizado en Nueva York por primera vez en 1965 por un grupo de hispanos que se unieron para conmemorar el descubrimiento de América o Día de la Raza.
Actualmente, ese desfile es el evento más grande de la comunidad iberoamericana en Estados Unidos. Se estima que la presencia latina en territorio estadounidense alcanza los 53 millones de personas, y su influencia demuestra ser cada vezmayor, debido en parte a su poder adquisitivo, su fuerza laboral, y su capacidad para inclinar la balanza electoral como bloque.