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Presidentes de Centro y Suramérica culpan a naciones desarrolladas por crisis alimentaria

Managua.- La responsabilidad de la actual llamada crisis alimentaria es culpa de las naciones desarrolladas, coincidieron hoy los presidentes que participaron en Managua en una cumbre sobre ese problema de países centroamericanos, del Caribe y de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA).
 

El presidente de Costa Rica, Osca Arias, dijo que la actual situación es resultado de «la hipocresía a la hora de tratar los más importantes asuntos en el tapete internacional», y fue especialmente crítico con Estados Unidos.

Los mil millones de dólares que Estados Unidos ha dicho que puede destinar a la lucha contra la crisis alimentaria en los países más pobres es la cantidad que esa nación «se gasta en un día en Irak», denunció.

Según el gobernante costarricense, la Ronda de Doha, impulsada para liberalizar el comercio mundial, es un ejemplo de esa hipocresía por parte de los países desarrollados que siguen subsidiando sus productos agrícolas.

Igualmente, se lamentó de que los llamados Objetivos del Milenio, fijados desde la ONU para combatir las principales lacras sociales en el mundo, «no se van a cumplir».

Y el Protocolo de Kioto fue calificado por Arias como el «otro gran monumento a la hipocresía» de los países desarrollados, que después de haber «contaminado el planeta» en aras de su riqueza «nos piden ahora a nosotros que no lo hagamos».

Señaló, no obstante, que las naciones latinoamericanas deben hacer sus tareas y no depender de la comunidad internacional, y puso como ejemplo la necesidad de establecer políticas fiscales efectivas para fortalecer a los Estados y sus políticas públicas.

«Los ricos no pagan impuestos en nuestros países», dijo Arias y exceptuó a Brasil, donde recordó que se paga una tasa fiscal media del 36 por ciento de los ingresos individuales.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo que «la enorme diferencia de la pobreza en el mundo en el siglo XXI es que no es debida a la escasez sino a la mala distribución» de los recursos mundiales.

Al igual que el resto de participantes, Correa defendió la necesidad urgente de potenciar la producción agrícola local y abandonar las políticas neoliberales de importación que recomendaron a los países en desarrollo durante los últimos años los organismos internacionales financieros.

«Afortunadamente se ha terminado la larga y triste noche neoliberal, que dejó irreflexivamente a nuestros países a merced de las tendencias de los mercados», consideró el gobernante ecuatoriano.

Correa advirtió también que la crisis alimentaria está agravada por «el cambio climático, del que -según subrayó- somos víctimas y no causantes».

El presidente de Bolivia, Evo Morales, para quien «la industrialización ilimitada es la droga para el planeta Tierra y el capitalismo es sinónimo de muerte», propuso «declarar una gran emergencia latinoamericana».

«No esperamos nada del imperio, no dará una solución, solo toca unirnos como gobiernos con los productores y movimientos sociales y plantearnos políticas sobre seguridad alimentaria», agregó

El presidente de Haití, René Preval, describió la situación en su país como «una catástrofe» y expresó su temor ante la proximidad de la temporada de huracanes, que todos los años castiga severamente a su país.

El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, apeló «a la solidaridad internacional» frente a la crisis alimentaria causada por la carestía de los productos de primera necesidad y recordó que este no solo es un problema agrícola sino también marítimo.

Gonsalves recordó que países como el suyo, que son una isla, tienen más mar que tierra y acusó a la industria internacional de la pesca de «depredación de los recursos marítimos»

Advirtió, asimismo, que «ahora tenemos un problema de comida y pronto tendremos otro parecido con el agua».

El vicepresidente de Cuba, Esteban Lazo, definió la actual situación mundial como «perversa e insostenible».

«La crisis alimentaria está agravada por el alto precio del petróleo, lo que es consecuencia de la aventura bélica en Irak, por el cambio climático y por las políticas neoliberales de Estados Unidos y Europa», agregó Lazo.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, utilizó su condición de anfitrión para realizar comentarios tras cada una de las intervenciones e invariablemente señalar a Estados Unidos como el principal responsable de la crisis mundial alimentaria.

«Estamos sometidos a una dictadura», enfatizó en una de sus intervenciones en referencia a la primacía de Estados Unidos como primera potencia mundial.

Además de los mencionados, a esta cumbre asistieron el presidente de Honduras, Manuel Zelaya; el canciller venezolano, Nicolás Maduro; la canciller salvadoreña, Marisol Argueta; y la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, entre otros representantes de menor nivel de otros países de la región.

La cumbre concluirá este mismo miércoles con la firma de una declaración conjunta.

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