El mandatario costarricense, que actúa como mediador en el conflicto hondureño, recibió hoy por separado a Micheletti y a Zelaya, pero no logró que ambos conversaran cara a cara.
«El diálogo hace milagros, pero no inmediatos, lamentablemente», expresó Arias, quien agregó que «aquí no se trata de enemigos, sino de hermanos hondureños con diferencias políticas».
Micheletti y Zelaya decidieron nombrar cada uno una comisión de cuatro personas, que serán las encargadas de mantener reuniones con Arias para buscar una salida a la crisis generada el pasado 28 de junio, cuando el Ejército expulsó a Zelaya y luego el Congreso lo destituyó y nombró a Micheletti en el cargo.
Arias, quien sostuvo que Zelaya fue sacado del poder mediante un golpe de Estado, consideró que «el hecho de hablar con franqueza y sinceridad ya es un paso positivo», y afirmó que hizo un llamado a los dos políticos hondureños para que cesen los ataques entre sí.
El mediador confirmó que «la posición más importante» de Zelaya pasa por su retorno al poder y advirtió sobre no hacerse «ilusiones» de un acuerdo rápido, porque este proceso de diálogo podría tardar «más tiempo de lo imaginado».
Aceptó que Micheletti, quien hoy regresó a Honduras tras su encuentro con él, y Zelaya, no quieren reunirse por el momento hasta que sus comisiones avancen lo suficiente en las conversaciones.
Dijo que los planteamientos de ambas partes son «muy convincentes», pero evitó referirse a ellos.
«El tiempo va a permitir que las distancias se hagan más cortas y que nos podamos enfocar más en las coincidencias que en las discrepancias», concluyó el mandatario costarricense y Premio Nobel de la Paz en 1987, galardón que consiguió por sus esfuerzos en la pacificación de Centroamérica.
Se prevé que las conversaciones entre Arias y las delegaciones hondureñas continúen esta noche y se extiendan a mañana.