Tijuana (México)– Los más de mil migrantes que pernoctan en un campamento improvisado en Tijuana desde hace meses fueron sorprendidos el jueves en la noche cuando las autoridades de este municipio fronterizo instalaron una valla alrededor de la explanada de El Chaparral.
Eran las 20.00 hora local (03.00 GMT del viernes) cuando un primer grupo de la Secretaría de Bienestar del municipio llegó a la zona a instalar módulos de atención y alimentos y a realizar además un censo de quiénes viven en este campamento, además de darles tarjetas de identificación.
Sin embargo, los ánimos se elevaron cuando personal de Obras Públicas y Limpieza de la localidad comenzó a desinstalar algunas casas de campaña, tomando cobijas y ropa y arrojándolas a un camión de transporte de basura.
Luego de una hora, otro grupo de trabajadores empezó a perforar el suelo de concreto para instalar varios tubos metálicos y a su vez una malla.
Esta valla, de acuerdo al secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana de Tijuana, Fernando Sánchez, tiene la intención de cuidar a los migrantes.
“Sí se va a delimitar el perímetro pero es para protegerlos, para que no estén entrando personas a vender drogas, a vender alcohol, para que protejamos a los niños”, respondió Sánchez a medios.
En el lugar, los migrantes -muchos de ellos llevan meses varados en la localidad mientras esperan cruzar a Estados Unidos- se molestaron y expresaron temor a ser desalojados debido a que este próximo 8 de noviembre se reabren las fronteras para cruces no esenciales.
Por varios minutos un grupo de migrantes se encararon a elementos de la Policía Municipal que estaban resguardando el lugar para atender cualquier emergencia, todos ellos desarmados.
Dentro de los empujones por recuperar las viviendas y ropas que habían sido tiradas en un camión para la basura, un joven trabajador de la delegación resulto herido con arma blanca.
Fue el pasado 22 de octubre cuando la alcaldesa Montserrat Caballero recorrió el campamento de El Chaparral, ese día ante la prensa local informó que se tenía la intención de colocar un cerco metálico para protección de los migrantes.
El Chaparral, cuyo nombre oficial es PedWest Mex, es la puerta de salida peatonal y vehicular de San Ysidro, Estados Unidos, hacia Tijuana, México, y era considerado uno de los puertos fronterizos más modernos hasta la llegada de la pandemia de covid-19.
La región vive una ola migratoria sin precedentes desde comienzos de año, con un flujo histórico de 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020.
Además, las cifras de arrestos en la frontera de Estados Unidos con México alcanzaron en el pasado año fiscal cifras nunca vistas hasta ahora, con más 1,7 millones de inmigrantes detectados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).
Estos días, una caravana migrante conformada por unas 5.000 personas avanza lentamente por el sureste de México con el afán de llegar a la capital para regularizar su situación, y posteriormente viajar hasta el norte del país.