Análisis de Alberto García Marrder – Especial para Proceso Digital
Por dos veces, un vendedor ambulante apretó el gatillo de una pistola Bersa calibre 32, pero no salió nada. Por puro milagro se salvó la vicepresidenta y un país, Argentina, evitó hundirse más.
Los dos “clic” retumbaron dos veces, sin que saliera una de las cinco balas que había en esa pistola que tenía un brasileño de 35 años apuntado a la cabeza de la vicepresidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner.
¿Y si esa pistola que enarbolaba Fernando Andrés Sabag Montiel se hubiera disparado y hubiera asesinado a las dos veces presidenta de Argentina, que hubiera pasado?
Pues me temo que el abismo a un país ya fuertemente polarizado entre peronistas kirchneristas y anti-kirchneristas y abrumado por una desgarradora crisis política y económica. Es un país que ya se hundía antes de ese intento fallido de asesinato.
El intento de asesinato- que algunas voces opositoras achacan a un “montaje”- ocurrió el pasado jueves en la noche cuando la vicepresidenta, de 69 años, regresaba a su domicilio en el lujoso barrio de la Recoleta y saludaba sus fieles seguidores que siempre la esperan.
Sabag Montiel burló la escasa presencia de guardaespaldas y se acercó a Fernández, dirigiendo su pistola a su cabeza: clic…clic se escuchó en los videos que muchos seguidores grabaron y que ahora inundan las redes sociales.
El brasileño fue detenido y Fernández siguió atendiendo a sus seguidores por seis minutos más, como si no hubiera pasado nada.
Estas son las consecuencias inmediatas y provisionales de ese serio incidente:
1- El presidente argentino, Alberto Fernández (distanciado de su vicepresidenta, en lo personal y en lo político), acusó inmediatamente a la oposición de crear un “ambiente de odio”, a los medios y la judicatura. Y decretó un festivo para poder manifestarse en las calles el apoyo a la vicepresidenta.
2- La popularidad de la vicepresidenta ha subido enormemente gracias al atentado y se especula que podría aspirar a un tercer mandato presidencial.
3- Hay pendiente para noviembre un juicio contra Fernández de Kirchner. Dos fiscales federales la han acusado de corrupción y defraudación, pidiendo 12 años de cárcel e inhabilitación perpetua de cargo público. Es fácil deducir que ahora esa acusación quedará en el aire.
4- Ese intento fallido de asesinato no debe hacernos olvidar que Cristina Fernández de Kirchner es la protagonista política más polarizante que existe en Argentina. Sabe manejar, de una manera muy populista de izquierdas, a las masas peronistas. Es muy hábil, una oradora muy combativa y manipuladora. Sus seguidores, que los tiene por millones, la adoran y sus enemigos políticos le temen.
5- El gobierno y los peronistas ya han escogido un culpable: la oposición y su “política de odio”. Y como repercusión de esta, la prensa. A pesar que Sabag Montiel no tiene ninguna vinculación a un partido opositor argentino, aunque si simpatías ultra derechitas o nazis.
Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y uno de los dirigentes más cercanos a la vicepresidenta, adelantó ya la futura consigna peronista:
“El intento de asesinato no fue producto de un desquiciado, sino de un contexto. El objetivo era terminar con la vida de la vicepresidenta y no puedo dejar de asociarlo a un exponente del poder judicial que buscaba correrla de la vida política, prohibiéndole la participación como candidata”, dijo Kicillof.
La cadena Telefe entrevistó a Mario, el mejor amigo del brasileño:
“Sentís que tu amigo quiso realmente matar a Cristina Kirchner”, preguntaron y este contestó sin vacilaciones: “Yo creo que su intención original era matarla, pero, lamentablemente, no ensayó antes. Menos mal que no la mató, porque la hubiera convertido en una mártir”.
El diario “La Nación” de Buenos Aires ha hecho una investigación muy oportuna sobre esa pistola de calibre 32, muy letal a corta distancia:
“Una bala del calibre 32 (7,65 milímetros) fue utilizada para matar al heredero del trono del Imperio Austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando de Austria, lo que desató la Primera Guerra Mundial en 1914.”
Temo que si el brasileño hubiera podido disparar esas dos balas, hubiera provocado una guerra civil en Argentina.