Tegucigalpa – La Iglesia católica de Honduras pidió en el viacrucis del Viernes Santo no ser indiferente ante la situación que viven los marginados y los oprimidos por la soledad, la enfermedad, el hambre y la injusticia en el país.
«Tú (Jesús) has decidido ponerte de parte de los vencidos, de los humillados y condenados. Ayudarnos a no ser jamás indiferentes a nuestros hermanos indefensos. Ayúdanos a tomar posturas valientes para defender a los débiles», dijo el arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher.
El arzobispo, quien bajo un ardiente sol presidió el viacrucis en Tegucigalpa acompañado por centenares de fieles católicos de todas las edades, pidió a Jesús ayuda para «rechazar el agua de (Poncio) Pilato porque no limpia las manos, sino que mancha de sangre inocente».
«Haz que las mujeres sean fuertes ante el sufrimiento, el rechazo y la prueba, que jamás dudemos nadie del amor de tu hijo como lo hiciste tú enseñándonos madre a tener una fe inquebrantable y permanecer perseverantes en la oración», subrayó el religioso.
En una de las catorce estaciones del viacrucis, que fue acompañado en su mayoría por mujeres, Nácher instó a la sociedad a no quitar la «mirada de quienes están oprimidos por la cruz de la enfermedad, la soledad, el hambre y por la injusticia».
El arzobispo de Tegucigalpa pidió a Jesús que arranque de «nuestro corazón toda raíz de miedo y cómoda indiferencia que nos impide reconocerte en los emigrantes, enfermos, a los olvidados por la sociedad para dar testimonio de que tu Iglesia no tiene fronteras, sino que es verdadera madre de todos».
Abandonados y excluidos
La Iglesia católica lamentó que muchas personas que ya no son productivas económicamente quedan en el abandono y señaló que todos están «invitados a la conversión del corazón, a vivir en cercanía y acogida a todos los hombres descartados».
«Nadie debe ser excluido y nadie debe excluirse. En esta ocasión preguntamos: ¿Cuántas veces hemos tenido actitudes de indiferencia? y abandonamos a las personas en situación de precariedad, Jesús danos un espíritu de misericordia para los que sufren desprecios, rechazos, abandonos, para que sigamos tu ejemplo, aunque también seamos rechazados en nuestra sociedad», enfatizó la Iglesia hondureña en su mensaje.
Muchos católicos hondureños siguieron el viacrucis a través de la radio, televisión de la Iglesia católica y sus redes sociales.
Similares procesiones del viacrucis se realizaron en las principales ciudades del país centroamericano, que tiene una población de 9.7 millones de habitantes, de los que en su mayoría son católicos.
La celebración de la Semana Santa en Honduras tiene mucho colorido, con hermosas alfombras con motivos cristianos a base de serrín.
Una de las alfombras más largas supera los 500 metros en la Avenida Cervantes, en pleno centro de Tegucigalpa, por la que pasará la procesión del Santo Entierro, y en su elaboración participaron decenas de hombres y mujeres contratados por la Alcaldía de la capital.
Mientras la Iglesia católica celebraba el viacrucis, miles concurrían a playas, sitios arqueológicos, ríos, parques ecológicos y de aventura, así como a ciudades coloniales, durante el asueto otorgado por el Gobierno y la empresa privada.
Según estimaciones del Instituto Hondureño de Turismo, al menos dos millones de personas se movilizarán durante el asueto a los principales destinos turísticos en el Caribe, el Pacífico y otros sitios de interés del interior del país. EFE