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Pauli Murray y los derechos de las personas negras trans brillan en el Festival de Cine de Sundance

Por Amy Goodman

¿Quién es Pauli Murray? La pionera figura del Derecho y el activismo afroestadounidense por la igualdad racial y de género fue homenajeada esta semana en el Festival de Cine de Sundance con el estreno del documental “Mi nombre es Pauli Murray”. La película fue dirigida por Julie Cohen y Betsy West, el dúo responsable del documental RGB, nominado al Oscar 2018, sobre la fallecida jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, quien fue profundamente influenciada por Murray.

Entre el material de archivo incluido en la película se encuentra un testimonio de Murray que da nombre al documental: “Mi nombre es Pauli Murray y mi foco ha estado puesto siempre en los derechos humanos. Toda mi historia personal ha sido una lucha por alcanzar los estándares de excelencia en una sociedad que ha estado dominada por la idea de que los negros eran intrínsecamente inferiores a los blancos y de que las mujeres eran intrínsecamente inferiores a los hombres”.

Pauli Murray, que falleció en 1985, nació bajo el nombre de Anna Pauline Murray en 1910, quedó huérfana en 1923 y fue criada por unos parientes. En la edad adulta adoptó el nombre de género neutro “Pauli”. Los diarios y cartas de Murray, que se encuentran en la Universidad de Harvard, reflejan su lucha de toda la vida con la identidad de género y la discriminación infligida con demasiada frecuencia contra las personas que no se sienten identificadas con los patrones de género. Delores Chandler, quien se dedica al trabajo social en la ciudad de Durham, Carolina del Norte, expresó en una entrevista con Democracy Now!: “Referirse a Pauli con pronombres de género neutro, en lugar de los pronombres femeninos, implica reconocer la complejidad, la plenitud y la amplitud de quién era Pauli como persona”. En lugar del pronombre masculino o femenino, he y she en inglés, Chandler prefiere que se use el pronombre plural de género neutro they/them cuando se refieren a su persona y eso hace también cuando habla de Pauli Murray.

En una carta de 1943 dirigida a su tía Pauline Fitzgerald Dame, Pauli Murray escribió: “No sé si tengo razón yo o si la sociedad (o alguna autoridad médica) tiene la razón. Solo sé cómo me siento y qué es lo que me hace feliz. Cada vez que alcanzo una meta en mi carrera, aparece este conflicto para derribarme. Y como las leyes de la sociedad no me protegen, soy vulnerable a cualquier enemigo o persona que quiera o no quiera hacerme daño”.

Las luchas personales de Pauli forjaron su camino y la convirtieron en una notable estratega y activista legal, profesora, escritora, poeta y, finalmente, sacerdote de la Iglesia episcopal. En 1940, quince años antes de que Rosa Parks realizara su legendaria protesta contra la segregación en los autobuses de la ciudad de Montgomery, Pauli Murray y una amiga se sentaron en la sección exclusiva para blancos de un autobús del estado de Virginia y se negaron a moverse de sus asientos. Este incidente del autobús, que incluyó la detención de Pauli y su compañera, fue lo que inspiró a Murray a dedicarse al Derecho y a la lucha por los derechos civiles en el ámbito de la justicia. La cineasta Julie Cohen contó en su entrevista con Democracy Now!: “A principios de la década de 1940, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Howard, Pauli escribió un artículo en el que argumentó que el caso ‘Plessy contra Ferguson’ —el notorio caso en el que la Corte Suprema de Estados Unidos estableció en 1896 la doctrina jurídica de ‘separados pero iguales’ que justificaba y permitía la segregación racial— debía ser revocado. Thurgood Marshall,  quien tiempo después se convertiría en el primer miembro afroestadounidense de la Corte Suprema, utilizó la tesis jurídica de Pauli cuando argumentó con éxito en el caso “Brown contra la Junta de Educación” ante la Corte Suprema, que terminó con la segregación racial en las escuelas públicas del país.

Pauli le escribió al presidente Franklin D. Roosevelt en busca de apoyo para su para su confrontación legal con la política de admisiones de la Universidad de Carolina del Norte, que solo aceptaba estudiantes blancos. Envió una copia de la carta a la primera dama, Eleanor Roosevelt, quien le respondió y dio inicio así a una amistad que duró décadas, descrita en el libro The Firebrand and the First Lady: Portrait of a Friendship (La agitadora y la primera dama: retrato de una amistad).

La Facultad de Derecho de Harvard, que en ese momento solo aceptaba hombres, también rechazó a Pauli Murray. Ante esto, Pauli respondió: “Con mucho gusto cambiaría mi sexo para cumplir con sus requisitos, pero como no se me ha revelado el camino hacia ese cambio, no tengo más remedio que pedirles a ustedes que cambien de opinión”.

Murray desarrolló teorías legales innovadoras y estrategias de cambio social no violento que marcaron el rumbo del movimiento por los derechos civiles. Pauli coescribió un  revolucionario e influyente ensayo, “Jane Crow y la ley”, en el que argumentó que las leyes que prohíben la discriminación por motivos de raza protegen igualmente a las mujeres contra la discriminación por motivos de sexo. Varios años después, como abogada de la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles, Ruth Bader Ginsburg mencionó a Pauli Murray como coautora de un informe trascendental en su argumentación ante la Corte Suprema en un caso que finalmente ganó.

En una conferencia sobre feminismo en la Universidad de Harvard en 1966, Pauli Murray contó: “Llegué al tema de la discriminación sexual mucho más tarde que al tema de la discriminación racial. Luego de haber peleado la batalla contra la discriminación racial, comencé a ver lo interconectadas que estaban estas dos discriminaciones. Como no podía dividirme y como tenía que ser un ser humano unificado, decidí que no era yo quien estaba equivocada, sino la sociedad”.

En 1973, después de la muerte de su compañera de toda la vida, Irene Barlow, Pauli ingresó al seminario y se convirtió en la primera mujer sacerdote afroestadounidense de la Iglesia episcopal en 1977. Dedicó su vida a asistir a los enfermos en Washington D.C. hasta su muerte, ocurrida en 1985. La Iglesia episcopal santificó a Pauli Murray en 2012.

Michael Curry, Obispo Presidente de la Iglesia episcopal, dijo sobre Pauli Murray: “Mucho antes, casi 10 años antes de que Rosa Parks se sentara y se negara a ceder su asiento en ese autobús en Montgomery, Alabama, Pauli Murray se había sentado en un autobús y se había negado a ceder su asiento y sentarse en la sección segregada. Anticipó movimientos que vendrían años después. Sembró las semillas de los cambios que más tarde se cristalizarían. Es una heroína anónima que luchó por los derechos de las mujeres y la equidad entre hombres y mujeres; una heroína anónima que luchó por los derechos y la igualdad y equidad entre todas las personas de Estados Unidos; una heroína anónima que luchó por los derechos de las personas LGBTQ en este país. Ella se anticipó a los cambios. Los vio antes de que sucedieran. Y trabajó para lograr cosas que nunca vería materializarse, pero lo hizo para que algunos de nosotros pudiéramos verlas”.

En una época de agitación, división y violencia epidémica contra las personas trans de color, Pauli Murray es un ejemplo notable de lo que se puede lograr a través de la inteligencia, la organización y el coraje. Conozcamos su nombre: Pauli Murray.

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