“Las elecciones deben fortalecerse con nuestra participación en el proceso electoral y con el ejercicio legitimo del sufragio”, dijo el funcionario.
Agregó, que “si vencemos el abstencionismo electoral, estaremos venciendo a los enemigos de la democracia”.
Añadió que el primer desafío para los hondureños es vencer el abstencionismo electoral y que eso sólo se logrará si todos los ciudadanos y ciudadanas vamos a las urnas a ejercer el voto en las próximas elecciones.
En las elecciones de 1997, el abstencionismo fue del 27%, que aumentó al 33% en las del 2001 y llegó al 44% en los comicios electorales realizados en el 2005.
Una encuesta nacional realizada por el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, a finales del 2008, reveló que el mejoramiento del liderazgo político es uno de los factores que favorecería ampliar el margen de participación ciudadana en las elecciones.
Además, otro aspecto importante para los encuestados es que los políticos cumplan sus promesas y que las campañas electorales sean mejoradas.
Custodio considera que el proceso electoral que estamos viviendo tiene un carácter histórico, más que los procesos anteriores, porque, además de consolidar la constitucionalidad, es un buen momento para que la ciudadanía, que ejerza el sufragio, tome conciencia de su voto, por quién están votando y sobre todo, para qué expectativas están ejerciendo el voto.
Indicó que, hasta ahora, el actual proceso electoral se destaca por su transparencia y su legitimidad.
Expresó que en las actuales circunstancias hay un componente nuevo que es la ciudadanía organizada que está por encima de las banderas políticas y de los intereses partidistas.
Esa ciudadanía organizada, según Custodio, ya se pronunció a favor de la democracia en Honduras, y exige que cualquiera que salga electo, cumpla con dos principios que están en la Constitución, un gobierno de integración y un gobierno que trabaje con la conciliación nacional, lo cual implica una reconciliación en el Estado actual de cosas”.
Consultado sobre qué pasaría si la OEA y otras instancias no reconocen las elecciones en Honduras, Custodio no vaciló en responder que “los hondureños tenemos que acostumbrarnos a que estamos bajo la visión ultramicroscópica de otros gobiernos y de otros pueblos”.
Además, es del criterio que “los únicos que podemos decir y medir el grado de transparencia y legitimidad del proceso electoral somos nosotros los hondureños”.
Para el defensor del pueblo, en este proceso electoral está en juego el principio de autodeterminación, el principio de no intervención y el principio de ejercicio consciente del sufragio, que es quizás uno de los derechos políticos más importantes.
Insistió en que independientemente de las opiniones, de las amenazas, de las coacciones de otros gobiernos y de alguna parte de esos pueblos, se tiene que reconocer que la decisión final depende del pueblo hondureño
“Si nosotros tenemos que caminar con menos amigos caminaremos con menos amigos”, dijo finalmente el ombudsman hondureño.
