Las campañas electorales son tiempo de encuestas para conocer las preferencias del electorado, las tendencias, sin olvidarnos que también se utilizan para desinformar. Una encuesta puede direccionarse para que refleje la información pretendida, solo hay que formular las preguntas correctas al universo previamente seleccionado. Sobre “las tendencias” tenemos experiencia en Honduras. Un presidente fue declarado vencedor en la misma noche electoral, por los resultados de sólo 151 de las 5.312 urnas instaladas en el país, porque “la tendencia es irreversible”, certificó el presidente del TSE, casualmente del mismo partido político. Pasado el tiempo, confesó: “El fraude es parte del sistema. El que quiera participar en política y piense que va a jugar como que está en el Vaticano, mejor que se dedique a otra cosa. El desorden, el fraude y la corrupción, están legitimados en las elecciones, son parte de ese proceso, y con ese gané yo”. A confesión de parte, relevo de pruebas.
Observamos al presentador de un programa de debate político mostrarse complacido con las declaraciones de Dan Restrepo, exasesor para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad, durante el mandato de Obama-Biden, realizadas a cuenta de la campaña electoral hondureña: “Mirando los candidatos presidenciales principales en Honduras, como asesor de un presidente de Estados Unidos, nunca dejaría que ninguno de esos candidatos, aún electos presidente de Honduras democráticamente, pisar en la Oficina Oval con el presidente Biden. Son francamente inaceptables”. Satisfecho el periodista ante esas declaraciones vejatorias, las repitió varias veces mientras especulaba si cuando Restrepo dijo “principales” estaría incluyendo a su consentido, Nasralla, el salvador. Una obviedad, porque el propio prócer nefelibata afirma ser el político más inteligente de Honduras, con un 70% del electorado apoyándole (en su Matrix mental). Pero, ¿quién es Dan Restrepo?
Durante el mandato Obama-Biden se produjo en Honduras la ruptura constitucional del 2009. Estados Unidos lideró los países de la comunidad internacional que rompieron relaciones con el gobierno provisional del presidente Roberto Micheletti, presionando para que el derrocado Manuel Zelaya, abducido por el Socialismo del Siglo XXI, fuese restituido en el poder. Pero mientras la presión era mantenida por la comunidad internacional y organismos como la OEA, Estados Unidos, a escondidas, respaldaba al gobierno para celebrar nuevas elecciones que permitieran a Honduras regresar al concierto internacional. ¿A quiénes consideraba entonces Restrepo políticos “francamente inaceptables”?
En octubre del 2020, la DEA detuvo en California al exministro de Defensa mejicano, general Salvador Cienfuegos, a quien apodaban “El Padrino”. El fiscal Seth DuCharme dijo de Cienfuegos: “Durante once años utilizó su cargo para apoyar un cartel mexicano, a cambio de sobornos, y se enfrenta a la cadena perpetua por cuatro cargos relacionados con el tráfico de drogas y lavado de activos”. Pero ¡sorpresa!, un mes después el fiscal general William Barr retiró todos los cargos, quedando en libertad. El presidente AMLO, dijo: «La DEA «fabricó la acusación” contra el general Cienfuegos, sin sustento y sin pruebas». Adjunto la valoración de un analista: “El juicio contra el general Cienfuegos habría tenido un impacto catastrófico en la Seguridad Nacional de ambos países, en la cooperación contra el narcotráfico y la defensa de intereses mutuos». Manejando Restrepo ese nivel de información, ¿a quiénes calificaba entonces como “francamente inaceptables”?
Durante la administración Obama-Biden se conocieron las torturas practicadas en las cárceles gringas de Guantánamo en Cuba, y Abu Ghraib en Irak, entre otras, realizadas por policías militares y agentes de la CIA. Obama utilizó el eufemismo de «interrogatorio reforzado» practicado a los presos, para no emplear la palabra “torturas”, mientras decía aquello de: »Ninguna nación es perfecta», lavándose las manos como Pilatos. John Kerry, su secretario de Estado, dijo: »Nosotros asumimos nuestra responsabilidad por este período horrible y debemos estar orgullosos de ser capaces de hacerlo». ¡Guau! Es inaudita y vomitiva la benevolencia que utilizan estos guardianes de la democracia galáctica para minimizar y perdonarse sus propios errores, mientras aplican el látigo de la pureza moral a terceros países. Restrepo, siendo asesor del Consejo Nacional de Seguridad, manejaba dicha información. ¿Entonces?
Lo inaceptable no es que nuestro próximo presidente “pise la Oficina Oval”, como sentencia Restrepo, lo inaceptable es que impresentables como él pretendan darnos lecciones de moral, y encima tengamos políticos y periodistas, leprosos mentales, que traten de “tocar el borde de su manto para quedar sanados”, Marcos 6,56.
“Ninguna nación es perfecta”. -Barack Obama-