Tegucigalpa – “Extradición o secuestro”, así titulaba en abril de 1988 diario El País de España para referirse a la detención y envío a los Estados Unidos de Ramón Matta Ballesteros o Juan Ramón Matta del Pozo, considerado en ese país, como un importante narcotraficante del cartel de Medellín y con vínculos con el cartel de Guadalajara, así como de haber participado en la muerte del agente de la DEA, Enrique Camarena.
– Ramón Matta, vuelve a ser noticia en Honduras 30 años después de su captura y traslado a los EEUU.
Detenido en Honduras, en una época donde no existía tratado de extradición con los Estados Unidos, Ramón Matta fue enviado en un avión a Nueva York; antes el vuelo de detuvo en Santo Domingo desde donde federales estadounidenses lo llevaron a un lugar no revelado.
Los defensores de Matta calificaron la acción como un secuestro. La captura y súbita salida del país de Matta generó sorpresa en Tegucigalpa y llevó a un grupo de personas a protestar, incluso, frente a la sede de la misión diplomática de Washington en Tegucigalpa, hasta intentar incendiarla.
Matta quien había huido de una cárcel en La Florida en 1971 y tenía causas vinculadas al narcotráfico en San Diego, Phoenix y Los Ángeles, revelan los informes de la época.
Han pasado 30 años
Desde su recaptura y traslado a Nueva York, han pasado 30 años (martes 5 de abril de 1988), Ramón Matta fue detenido cerca de su residencia en la colonia Los Ángeles, mientras hacía actividad física en las primeras horas del día y desde entonces ha permanecido recluido hasta la actualidad.
Pero Matta del Pozo, de 73 años, volvió a ser noticia este diciembre, primero porque según su defensa y su propio testimonio, fue liberado de responsabilidad en la muerte del agente antinarcóticos Camarena; luego porque ofreció las primeras declaraciones en tres décadas a un medio de comunicación.
Matta habló, vía telefónica, con el periodista Renato Álvarez en el programa Frente a Frente de la Corporación Televicentro. Con cinco cadenas perpetuas en Estados Unidos, dos por delitos de narcotráfico y tres por el crimen del agente de la DEA, Enrique Camarena, el propio Matta anunció que la justicia norteamericana le retiró los cargos por la muerte del detective, ocurrida en febrero de 1985 en México.
“Hace tres años gané el caso y la Fiscalía quería hacerme un nuevo caso, y ya se rindieron porque no hay evidencias, todo ha sido una mentira, una falsedad. No se imaginan lo que viví, estuve 23 años en una celda solo y ahora me están tratando mejor”, mencionó Matta.
Contó que luego de tantos años preso, decidió entregarle su vida a Cristo porque no queda otro camino cuando se está recluido en una celda de dos por tres metros.
Matta del Pozo mencionó que aún debe 220 años de cárcel, pero aun así “seguiré luchando, me he quedado solo… nadie desde 1988 que me secuestraron ha dicho nada por mí”, externó.
Acumuló una fortuna que observadores nacionales especializados, estimaron en aquel momento en dos mil millones de dólares, aunque en recientes declaraciones él mismo negó esa cantidad y se limitó a decir que hizo suficiente dinero para vivir.
“Hice mucho dinero porque trabajaba duramente, pero no solo con drogas se puede ganar dinero. Yo era un hombre muy comerciante y trabajaba comprando ganado, vendiendo propiedades… compraba montes y los volví lindos, luego los vendía por una fortuna”, justificó.
Tuve dinero -prosiguió- pero ahora estoy en la calle, me quitaron todo y aparte de eso quieren dejar en la calle a mi familia, dijo refiriéndose a las incautaciones de bienes a su familia, mismas que precedieron la entrega de su hijo, Ramón Matta Waldurraga, a las autoridades de los EEUU, donde hoy enfrenta su propio proceso.
Al momento de su captura y traslado a los EEUU vía República Dominicana, Matta del Pozo era considerado una especie de campeón de los pobres en Honduras, donde ayudaba y protegía a los más necesitados, granjeándose simpatías, una práctica que también abarcó a un ámbito más selecto.
En la entrevista con Renato Álvarez, se refirió al presidente del país y al máximo jerarca militar quienes fungían en el momento de su detención y salida del país, al decir que “no siento resentimiento, ya se murió ese viejo de (José Simón) Azcona que es un pícaro, violó la Constitución, violó todo… El otro zángano general (Humberto) Regalado también se prestó para venderme a mí. No es posible que tenga resentimiento con los que están muertos”.
Crónicas de su captura en 1988
Los medios escritos de la fecha contaron la noticia sobre la captura de Matta del Pozo aquel abril de 1988. “¡Matta en EUA! tituló diario El Heraldo, mientras La Tribuna destacó: “¡Matta secuestrado!”.
Para el caso The Miami Herald rotuló: “Honduras see Matta as a Robin Hood”, y luego explicó: Los hondureños lamentan la captura y envío de Ramón Matta a Estados Unidos porque era un Robín Hood, pues viviendo en una mansión fortificada donaba escuelas, pupitres y medicinas a los necesitados. Congresistas hondureños y columnistas se quejaron amargamente de que un poder foráneo, casualmente, haya violado la Constitución del país, que prohíbe la extradición”.
La captura de Matta se realizó a las 6:00 de la mañana de aquel martes tras una orden librada por el Juzgado Primero de Letras de lo Criminal y ejecutada por el juez Andrés Galindo. La operación estuvo a cargo de unos 50 agentes Cobras.
En esa fecha el embajador de EEUU en Tegucigalpa era Everett Brigss, quien entregó a las autoridades hondureñas una supuesta lista de oficiales de las FFAA ligados a Matta, según informaron diarios de la época.
Igualmente se señaló a Leonel Aquiles Riera Lunatti -entonces comandante de la Fuerza de Seguridad Pública- de tener una amistad con Ramón Matta, hecho que retrasó las acciones de los operadores de justicia contra el capo. Incluso fue interpelado por el Congreso Nacional, retrató Diario El Heraldo en una nota de prensa de la agencia AFP.
La esposa de Matta, Nancy Paz -de origen colombiano- acusó que la captura de su esposo se trató de “una payasada prefabricada”. La mujer ofreció una conferencia de prensaluego de la captura. La acompañaron sus hijas Isabel y Teresa, así como su sobrino político José Nelson Ballesteros.
El capo hondureño partió en un vuelo comercial entre San Juan, Puerto Rico y Nueva York, para posteriormente ser recluido en la cárcel de Marion, Illinois, donde estaban los reos más peligrosos. En esa oportunidad voceros policiales dijeron que Matta era mucho más importante que Carlos Lehder (cabecilla del cartel de Medellín).
La entrega de Matta a EEUU provocó reacciones diversas en los actores políticos de la época. Unos a favor, otros en contra.
El ministro de Gobernación, Romualdo Bueso Peñalba, dijo que Matta no podía ser extraditado porque no existía un tratado entre ambos países. Óscar Melara -secretario del CN- propuso encausar a “los secuestradores” de Matta porque violaron la Constitución.
Las acusaciones y contra acusaciones siguieron con el paso de los días. El presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Salomón Jiménez Castro, afirmó que atendieron una solicitud de la Fuerza de Seguridad Pública para hacer el allanamiento en la casa de Matta y remató que la entrega a EEUU fue decisión del Poder Ejecutivo.
De su lado, el jefe de la bancada Liberal en el CN, Francisco Javier Moncada, culpó al Poder Judicial la “deportación” de Matta del Pozo. “De ahí partió la orden de cateo”, dijo.
El canciller del momento, Carlos López Contreras calificó como “irregular” el procedimiento utilizado por el Poder Ejecutivo para entregar a Matta al gobierno de los EE. UU.
Manuel Zelaya Rosales, diputado del PL, mediante un manifiesto apoyado por otros congresistas pidió el retorno inmediato de Matta a Honduras, así como castigo para los que permitieron su entrega a la potencia del norte.
Y así iban y venían las reacciones aquel abril de 1988. Los hechos culminaron con la quema de parte del consulado de EEUU en Tegucigalpa, donde mediante hechos violentos se registraron cinco muertos. Fue necesario instaurar un estado de sitio para calmar los ánimos.
Los acontecimientos obligaron al entonces presidente, José Simón Azcona, a suspender una visita oficial a Italia y España.
Hechos que precedieron la captura
Luego de su espectacular fuga de una cárcel de Bogotá, Matta se entregó a las autoridades en Tegucigalpa, donde se le seguía un juicio por el asesinato de los esposos Mario y Mary Ferrari, secuestrados en diciembre de 1977.
Se presentó el 31 de marzo de 1986 y fue liberado el 28 de noviembre del mismo año. En seguida comenzó a realizar fuertes inversiones en Honduras, especialmente en agricultura y ganadería.
Parteaguas en Honduras
Un analista reputado en el país, especialista en temas de seguridad, quien en este tema prefirió mantener su nombre en reserva, dijo a Proceso Digital, el hondureño Ramón Matta marcó un parteaguas en la historia del país fundamentalmente por la reacción violenta de cierto sector de la sociedad al quemar el Consulado de Estados Unidos acreditado en Tegucigalpa.
“En aquella época ese fenómeno solo se había dado en Irán y el segundo acontecimiento es el que se da en Honduras, lo que refleja una especie de indignación popular por la forma en que el gobierno de Estados Unidos con la anuencia del gobierno de Honduras prácticamente secuestró al señor Juan Ramón Matta”, rememoró.
El entrevistado recordó que un día a la semana era común encontrar una enorme fila en las afueras de la casa de los Matta, ubicado en la colonia Los Ángeles de la capital hondureña. “Eso le favoreció en su patrimonio personal y le granjeó una enorme simpatía. Supuestamente estas actuaciones son propias de los que forman parte del crimen organizado y tráfico de drogas”, asistió.
La base social -citó- que sustenta a este tipo de personajes es evidente, no solo son representativos de sectores muy humildes de la sociedad, si no que de alguna manera hacen partícipes a los humildes en las ganancias de su actividad ilegal.
Una enseñanza que nos deja el caso Matta, de acuerdo con el entrevistado, es que la justicia norteamericana no es infalible. “Matta fue un hombre que sirvió al gobierno de Estados Unidos, hay documentos, cheques, contratos, mediante los cuales se establecen que la línea aérea que era propiedad del señor Matta sirvió y fue contratada por el gobierno de Estados Unidos para sus proyectos políticos de financiar la Contra Revolución nicaragüense”.
Aseveró que “el caso Matta sirvió para evidenciar las contradicciones de la CIA y la DEA, al extremo que a la altura de los años ochenta la DEA cerró sus oficinas en Honduras porque los intereses políticos del gobierno de EEUU se implementaban a través de las operaciones negras que ejecutaba la CIA que derivaron en escándalos como el caso Irán Contras y otros juicios que terminaron con perdones legislativos y otros presidenciales para evitar se destapara una olla que evidenciaba el intervencionismo del país del norte”.
Puntualizó que Matta fue liberado de responsabilidades en la muerte de Enrique Camarena, pero que quedan condenas por actividades de narcotráfico que será muy difícil su retorno a Honduras, aunque el gobierno pida a su homólogo de EEUU que cumpla penas en suelo nacional.
Parte importante en la logística
Otro de los actores de la época, también habló con Proceso Digital, bajo la condición de anonimato para decir que Matta era parte fundamental en las operaciones logísticas en el tráfico de drogas por Honduras. “Con los recursos que él tenía garantizaba el flujo (drogas), era de las personas más eficientes que tenía esa agrupación criminal”.
Ramón Matta tenía una habilidad para hacer creer que era una persona bondadosa porque ejercía controles territoriales en Olancho y El Paraíso por su forma en que repartía las ganancias, dijo el consultado.
Lo retrató como un tipo tranquilo que no necesitaba ser violento porque para eso existían otras personas. “Aparentaba una vida normal, de hecho, cuando lo capturan a eso se debió”, añadió.
Aunque no existe evidencia que Matta contó con favores de autoridades militares y policiales, “seguramente su influencia, le permitió tener algunas facilidades”.
Lo calificó como “el mayor capo que ha tenido Honduras por el perfil que tenía. Los demás jefes del hampa que ha tenido Honduras han sido más locales, Matta tenía alcance más internacional para garantizar el flujo de las drogas e incluso hasta Europa”.
La fuga de la cárcel Modelo
fuga espectacular desde la cárcel Modelo, donde cumplía una condena. Su escape señalaba el periódico Tiempo de Colombia, se realizó con la complicidad de 12 agentes penitenciarios. En marzo 19 de 1986, Ramón Matta había protagonizado en Colombia una
Ya en Honduras, su país, a donde se trasladó tras su huida, declaró a medios locales que el trató de salir de la cárcel y que nadie lo detuvo. En ese evento las puertas de la cárcel, más de media docena, se abrieron, sin forzar ninguna de ellas.
A continuación algunos recortes de diarios capitalinos de la época:
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