Por Alberto García Marrder, desde Madrid.
Para Proceso Digital, la tribuna y El País de Honduras
Marco Rubio, de origen del exilio cubano de Miami, fue confirmado por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense de forma unánime como Secretario de Estado y poco después por el Senado en pleno, en una votación aplastante de 99-0.
Pero ahora que viaja por Centroamérica y Oriente Medio, uno se pregunta si viaja como turista o como Secretario de Estado o como ciego portavoz del jefe que lo nombró, el presidente Donald Trump.
¿Que le ha pasado al brillante senador republicano?
Pues nada mas que si antes era un “trumpista”, ahora es un “ultra trumpista” y el cargo de Secretario de Estado le queda muy ancho….y se nota. Aparte que dejar que el gobierno que él representa es ahora un defensor del líder ruso, Vladimir Putin y que después de invadir Ucrania hace casi tres años, podría dar pronto sus zarpazos contra los países bálticos ex soviéticos (Estonia, Letonia y Lituania) y con el silencio de Washington. A pesar que ahora son miembros de la OTAN.
Es el nuevo orden mundial impuesto por Trump en su segundo mandato presidencial bajo el aliento de su hijo mayor, Donald Trump Junior, su vice presidente J.D. Vance, su poderoso asesor Elon Musk y su nueva jefa de los servicios de inteligencia que nunca ha ocultado sus inclinaciones pro-rusas, Tusli Gabbard. Recientemente nombrada por Trump como una leal aliada dentro de su mundo MAGA (“ Make America Great Again”)… para regocijo de Putin y conmoción de Occidente.
En mis tiempos de corresponsal extranjero en Washington y Miami para una agencia de noticias, recuerdo a un brillante y guapo senador Rubio como un férreo opositor de las tres dictaduras latinoamericanas de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
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Y como simpático. Tanto en inglés como en el español de Miami. Y si a uno de esos tres dictadores hay que ser ahora “very friendly” ( como la han hecho en Washington a un déspota y ex espía de la KGB rusa como Vladimir Putin, pues Rubio se hace “amigable”), igual que se desprecia a los países aliados europeos y se traiciona a Volodimir Zelenski de Ucrania. Va a misa lo que diga el gran patrón aunque no esté de acuerdo Rubio.
La prestigiosa columnista Nahal Toosi del portal norteamericano “Politico”, escribe que Marco Rubio es Secretario de Estado “solo en nombre”.
“Desde que tomó posesión, siempre se la ha visto por detrás de lo que dice Trump y su asesor Elon Musk, tratando de explicar o justificar lo que dicen o hagan, pero no su propio pensamiento”, agrega la experta en política exterior.
Lo que está pasando ahora en Washington es para ponerse a temblar: Moscú es nuestro aliado y nuestros ex aliados en Londres, París y Berlín, dejaron de serlo. Y no por razones ideológicas, pero sí geopolíticas y económicas.
Por ahora, el primer perjudicado de esta nueva situación, será Ucrania y su presidente Volodomir Zelenski, quien ahora y según la típica desinformación de Trump es un “dictador” (no como si lo es Putin) y que él fue el comenzó la guerra de Ucrania (y no el invasor ruso). Y ahora a repartirse Ucrania y a despedir a Zelenski.
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Y da pena la reciente cumbre en Riad (Arabia Saudí) entre Estados y Rusia sobre el futuro de Ucrania (sin la presencia de su líder ni de los líderes de la Unión Europea). Por Washington, Marco Rubio como nuevo Secretario de Estado, tras tres meses en el cargo y por Moscú, el veterano Sergey Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso, tras casi 30 años en el puesto y una larga lista de exigencias sobre Ucrania y la OTAN. Se desconoce si Rubio llevaba alguna, pero sí estaba presente la sombra de Trump.