spot_img

Mal inicio

Por: Luis Cosenza Jiménez

La llegada del Año Nuevo siempre es motivo de optimismo.  Se dice que “Año nuevo, vida nueva” y eso se refleja en la adopción de resoluciones dirigidas a mejorar la calidad de la vida de quien las adopta.  Usualmente esas resoluciones son efímeras, pero ponen en evidencia el optimismo que reina en estos días.  La situación normalmente no es diferente en nuestra nación. Todos queremos pensar que nuestra situación mejorará en el nuevo año. Sin embargo, el reciente discurso de la presidente nos ha caído como un balde de agua helada, ya que presagia un deterioro de nuestras relaciones con nuestro socio comercial más importante y que además alberga a más de un millón de nuestros compatriotas. Pero veamos en más detalle lo que ha ocurrido para que ustedes lleguen a sus propias conclusiones.

Como sabemos, las recientes elecciones en Estados Unidos fueron ganadas por don Donald Trump, quien resulta ser muy parecido a nuestros autócratas/dictadores.  Como parte de su oferta electoral, don Donal ofreció una masiva deportación de quienes han ilegalmente ingresado y residen ilegalmente en ese país.  Ahora bien, la política migratoria es definida soberanamente por cada país, en apego al respeto de los derechos humanos y a los acuerdos internacionales.  Que algunos países pretendan decir a otro país como definir su política migratoria resulta ser, ni más ni menos, una injerencia en los asuntos internos de otro país. Nuestra presidente, y otro grupo de autócratas/dictadores latinoamericanos, gritan y protestan cuando según ellos Estados Unidos opina sobre asuntos que, según ellos, son de su exclusiva potestad.  Sin embargo, esas mismas personas, incluida nuestra presidente, sin ruborizarse se pronuncian sobre asuntos que son de la exclusiva potestad del gobierno de Estados Unidos.  Sin embargo, eso no debería extrañarnos.  La lógica y la consistencia no son el fuerte de nuestros autócratas/dictadores.  Todo indica que don Donald intentará cumplir con su promesa de campaña, pero seguramente se encontrará con severas limitaciones logísticas y con múltiples retos en los tribunales de aquel país, donde reina el estado de derecho y la independencia de los poderes que hacen parte del gobierno.

Siendo esto así, para hacer frente a las posibles deportaciones masivas, lo prudente, lo lógico, sería aprovechar las herramientas que brinda el sistema de gobierno de Estados Unidos, particularmente las que ofrece el sistema judicial. Para comenzar, el gobierno podría aliarse con las asociaciones de migrantes hondureños y apoyar las demandas que planteen en los tribunales.  Por supuesto que eso debería hacerse, en la medida de lo posible. manteniendo simultáneamente buenas relaciones con el presidente de Estados Unidos.  Por otro lado, se debería, callada y prudentemente, cabildear al gobierno de Estados Unidos para proteger a nuestros migrantes y para evitar la cancelación del TPS.  Lo peor que nuestro gobierno podría hacer sería el recurrir a amenazas infantiles que solo servirían para dañar a nuestros migrantes y a nuestro país.

Lamentablemente doña Xiomara ha recurrido precisamente a eso.  Ha amenazado a Estados Unidos con cerrar la base militar que es el producto de un convenio suscrito con Estados Unidos en 1954.  La base es conocida como Palmerola.  Por supuesto, la modificación del convenio debe ser acordada por el Congreso, y la presidente no cuenta con los votos para ello.  No obstante, los autócratas/dictadores piensan que cuentan con poder absoluto y que su voluntad debe ser aceptada por todos.  Se trata, por tanto, de una bravuconada pueril, pero una que puede causarnos un grave daño.  Para comenzar, parece que, en una lógica inentendible, piensa que eso perjudicará a Estados Unidos y nos beneficiará a nosotros.  Pero ¿qué sucedería si don Donald decide responder a las disparatadas amenazas de nuestra presidente? Después de todo Estados Unidos es el mercado más importante para nuestros productos y las remesas de nuestros migrantes mantienen a flote la economía de nuestro país.  ¿Puede imaginarse, estimada lectora, el desempleo que se generaría en nuestro país si don Donald impone nuevos aranceles a nuestras exportaciones o decide gravar las remesas con un impuesto?  Realmente que resulta casi increíble ver la ceguera que genera el fanatismo ideológico hermanado con la inmadurez política.

Esperemos que el discurso de la presidente sean tan solo palabras que se llevará el viento y que el gobierno de Estados Unidos no lo tomará en serio.  Sin embargo, estimado lector, recuerde que el ambiente de incertidumbre que generan los galimatías de nuestra presidente minan la confianza del sector privado, lo cual implica que la inversión continuará reprimida y el desempleo crecerá. Estos desplantes del gobierno son una gran piedra que lo malos políticos han atado al cuello de nuestro país.

Al final, la única razón para continuar siendo optimista radica en que este año marca el inicio del proceso electoral que permitirá reemplazar al gobierno actual. Ya hemos visto lo que Libre puede brindar.  Nuestro futuro está en nuestras manos.  Decidamos que rescataremos a nuestro país.  Es nuestra propia y soberana decisión.

spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_imgspot_img