Barcelona (España) – Un estudio conjunto de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), en España, y la del Ruhr, en Alemania, ha conseguido describir, por primera vez, las señales cerebrales asociadas al olvido de recuerdos desagradables en humanos.
En un comunicado, la UAB explicó este miércoles que olvidar recuerdos relacionados con la respuesta al miedo, después de experiencias desagradables, «es muy importante» para la adaptación de las personas, ya que «permite inhibir respuestas que podrían conducir a problemas psiquiátricos», como la ansiedad o la depresión.
El equipo investigador utilizó una técnica que proporciona información sobre cómo las regiones cerebrales representan la información para estudiar las características de la memoria humana.
El estudio contó con 49 pacientes con epilepsia que ya tenían implantados electrodos en el área cerebral vinculada a la extinción de los recuerdos del miedo.
«Se les mostraban diferentes imágenes neutras -como un secador de pelo o una tostadora- algunas de las cuales se asociaban a un estímulo desagradable -como un sonido-, mientras se registraba la actividad cerebral», indica la nota.
Más adelante, se repetía el proceso, «pero sin asociar las imágenes con el estímulo desagradable», con el objetivo de que el recuerdo desagradable se extinguiese.
Los resultados del estudio demuestran que «la extinción de los recuerdos del miedo depende, en gran medida, del contexto en que se produce»: su recuperación es más probable que la de los recuerdos de seguridad cuando las representaciones de los contextos de extinción son más «pronunciadas y específicas».
«Parece que los recuerdos de extinción se almacenan como recuerdos de episodios únicos: para el paciente, la situación segura se puede considerar como una excepción que es poco probable que se repita», añade el comunicado.
Con el estudio de la UAB y la Universidad del Ruhr se confirman las teorías específicas para el cerebro humano más recientes en este ámbito, que proponen que los recuerdos del miedo se eliminan con nuevas remembranzas que «suprimen la respuesta inicial» al temor.
«Estos resultados pioneros (…) podrían inspirar el desarrollo de intervenciones terapéuticas más eficaces en pacientes con estrés postraumático o trastornos de ansiedad», concluye la nota. EFE
(vc)