- Ya cumplimos para lograr la reconciliación.
Desde que asumió el poder el 27 de enero de 2010, Lobo Sosa dedicó todos los esfuerzos a lograr el reconocimiento de su Gobierno por la comunidad internacional, y a buscar la reinserción del país en el seno de la OEA.
Ha dado cumplimiento a cada uno de los requerimientos que se impusieron desde que suspendieron al país del organismo, como castigo por la separación del poder del entonces presidente Manuel Zelaya Rosales, quien se proponía montar una asamblea nacional constituyente para reformar la constitución y reelegirse en el cargo.
Entre las acciones más relevantes está el haber conformado un Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional e integrar la Comisión de la Verdad, incluso antes de los plazos previstos en el Acuerdo Tegucigalpa /San José, que dieron paso al proceso de normalización de las relaciones políticas entre Honduras y la comunidad internacional.
Pero esos esfuerzos no parecen ser suficientes, ya que ha medida que se van cumpliendo las demandas internacionales, van surgiendo otras que parecen alejar las posibilidades de la reinserción de Honduras a la OEA.
Una de las últimas exigencias es el retorno a Honduras del ex gobernante Zelaya sin condiciones.
Lobo Sosa dijo que aseguraba el retorno de Zelaya, que se le iba a tratar acorde a su investidura y hasta anunció haber hablado con los presidentes del Poder Judicial y el Ministerio Público para garantizar que no iba a ser llevado preso cuando ingresara al territorio nacional.
Estas declaraciones generaron diversas reacciones en la sociedad hondureña, ya que muchos grupos las tomaron como una intromisión del gobernante en el sistema judicial hondureño.
Pero ni esas ofertas abrieron las puertas al posible retorno de Zelaya, quien se dedica a viajar por el continente promoviendo un supuesto “plan de reconciliación nacional” que pasa por la destitución de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, electos bajo su mandato, la suspensión de las causas judiciales incoadas en su contra y la de cercanos colaboradores, así como el reconocimiento por decreto de la autodenominada resistencia nacional como partido político.
El vaivén político de Zelaya, sus padrinos políticos del Alba y Unasur, así como de la misma secretaría general de la OEA, en manos del chileno José Miguel Insulza, parecen haber cansado al gobernante de los hondureños, quien hoy dijo en San Pedro Sula, que su Gobierno ha hecho “todo lo que se ha tenido que hacer” para el retorno de su país al seno de la OEA, pero que si el organismo se niega a hacerlo “pues ni modo”.
Lobo dijo esperar que “las naciones que se oponen (al retorno de Honduras a la OEA) reconsideren su posición y logremos que Honduras pronto retorne” al organismo continental.
“Nosotros hemos hecho todo lo que se ha tenido que hacer para enviar mensajes que queremos la reconciliación nacional y que estamos luchando por ella”, pero si deciden no hacerlo “es problema de la OEA, ya no es problema nuestro (…). Nosotros hemos todo lo que hemos tenido que hacer, si ellos quieren mantener excluido a Honduras, pues ni modo”, declaró.%26nbsp;
En la misma comparecencia, dio por cerrado el capítulo del retorno de Zelaya al país.
Dijo que el retorno o no de Zelaya “es una decisión de él, (yo) lo que le digo es que deje de poner pretextos, para mí este es un caso cerrado porque ya más de eso no veo que más le puedo decir para garantizarle lo que es un trato que sea correcto, para mí es un tema cerrado”.%26nbsp;
