Tegucigalpa (Proceso Digital / Por Jorge Sierra) – Lenguas maternas hondureñas como el tol, el pech y el tawahka están a punto de desaparecer en el contexto del olvido y la exclusión sobre los pueblos indígenas que poco a poco ceden sus territorios, su cultura y sus tradiciones para sobrevivir en medio de la desigualdad y la vulneración creciente de sus derechos.
– Las lenguas tawahka, pech y tol están seriamente amenazadas.
– “Perder una lengua es un desastre y todas las lenguas que han dejado de hablarse nunca han resucitado”, dijo el lingüista honduro-español Atanasio Herranz.
– Investigaciones de la UNAH en pueblos garífunas como: Iriona, Punta Piedra, Sambo Creek, San Juan Tela, entre otros, establecen que los jóvenes se resisten a hablar su lengua materna.
Otras lenguas como el garífuna, ampliamente reconocido, también pierde terreno porque las nuevas generaciones se decantan por el inglés, debido a que cada vez son más los que migran hacia los Estados Unidos.
La coordinadora del Grupo de Investigación de las Lenguas Indígenas de Honduras de la carrera de Letras de la UNAH, Marcela Carías, dijo que desde la academia se hacen esfuerzos para evitar esa tragedia cultural que contrasta con la apatía y la desidia.
El riesgo y la falta de políticas publicas para mantener vivas las lenguas maternas en el país también es compartido por el miembro de la Real Academia Española (RAE) e integrante honorario de la Academia de Geografía e Historia de Honduras, Atanasio Herranz, quien en sus trabajos de investigación ha desentrañado importantes aportes.
Herranz sentenció que “una lengua que se ha perdido y poco documentada como son las de Honduras, no ha habido un tan solo caso que se haya recuperado”.
Las seis lenguas que aún se hablan en Honduras, aparte del español, idioma oficial, son: tawahka, misquito, garífuna, pech, tol y el inglés isleño o creole.
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De estas lenguas las más habladas en el país son el misquito y el garífuna y las que están amenazadas son tawahka, pech y tol, mientras ya desaparecieron el jicaque, chortí y lenca.
La lengua chortí ya no se habla en Honduras, pero sí hay hablantes en Guatemala.
Un poco menos del 3 % de la población habla las lenguas indígenas hondureñas y este porcentaje tiende a ser menor con el paso del tiempo.
Lo que ya no existe en Honduras son hablantes monolingües de cada lengua indígena, ahora lo que hay son al menos bilingües y esto es el primer paso para que una lengua se extinga.
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Los pueblos indígenas y afrodescendientes presentan los mayores niveles de pobreza y exclusión social. Esto entre otras condicionantes las hacen vulnerables a todo tipo de supervivencia, especialmente en sus tradiciones y cultura.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), declaró el periodo 2022-2032 como el Decenio Internacional de las lenguas Indígenas con el afán de poner en marcha un plan de acción mundial para fortalecer este apartado en toda la humanidad.
América Latina es la región del mundo con mayor diversidad lingüística. Desde La Patagonia a Mesoamérica, se calcula que se hablan alrededor de 500 idiomas nativos.
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Proceso de extinción
La Coordinadora del Grupo de Investigación de las Lenguas Indígenas de Honduras de la carrera de Letras de la UNAH, Claudia Marcela Carías Chaverri, conversó con Proceso Digital y ella dijoque el tawahka, el pech y el tol son las lenguas que están seriamente amenazadas en el país.
Dijo que trabajan como academia para documentar estas lenguas de las que quedan pocos hablantes, en su mayoría los ancianos de las comunidades.
“Menos de 300 personas hablan estas lenguas, quiere decir que están en proceso de extinción”, alertó.
Especificó que de la lengua tawahka si hay 275 hablantes son muchos; el tol tendrá unos 320 y el pech alcanza unos 400.
Recordó que la ONU establece que cuando hay menos de 500 hablantes de una lengua debe considerarse como severamente amenazada.
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La académica enumeró que las relaciones de dominio-poder entre los indígenas y los demás habitantes de un país son el detonante principal para que se extingan las lenguas.
“Esta relación de poder hace que la ‘lengua oficial’ (dominante) sea la más prestigiosa, de la escolaridad y de las comunicaciones, lo que hace que las lenguas indígenas se reduzcan a un ámbito puramente familiar e incluso se produce una discriminación hacia los indígenas y afros”, expuso.
Adicionó que luego de sufrir todo este tipo de atropellos, las propias familias indígenas deciden dejar de hablar sus lenguas porque quieren evitar ser discriminados por las mayorías.
“Esto se traduce en violencia sobre sus lenguas y territorios, lo que hace se reduzca la población que habla su lengua y se deja consumir por la oficial”, analizó.
Revitalización lingüística
La propia Universidad Nacional Autónoma no dispone de proyectos educativos de revitalización lingüística para hacer incidencia entre la población indígena, apostilló Marcela Carias.
La experta mencionó que existen muchos estudios sobre las lenguas indígenas, lo que sucede es que la mayoría fueron publicados en otros idiomas y nunca se lograron trasladar al español.
Reveló que pretenden crear un repositorio digital sobre la bibliografía que existe de las lenguas de Honduras, que incluye la traducción de algunos estudios para ponerlos al alcance de todos.
La investigadora se decantó porque en el país haya una segunda lengua, la que pudiera ser instaurada a mediano y largo plazo. “Hay que empezar por crear las normas ortográficas, traducciones y aplicarlo para que la gente lo aprenda en la academia”, reforzó.
No se atrevió a mencionar cuál lengua sería la co-oficial de Honduras, aunque mencionó el misquito y el garífuna con más hablantes.
Alertó que en caso específico del garífuna ya no está siendo muy hablado. Investigaciones levantadas en pueblos garífunas como: Iriona, Punta Piedra, Sambo Creek, San Juan Tela, entre otros, establecen que los jóvenes se resisten a hablar su lengua materna.
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“Ellos optan por el español e incluso por el inglés, porque hay muchos garífunas en Estados Unidos, entonces tienen mucha influencia del inglés. A la lengua garífuna hay que ponerle mucho cuidado y hay que trabajar en poder revertir ese proceso que se da entre los jóvenes y niños”, valoró.
La licenciada Carías, sugirió documentar las lenguas que están a punto de desaparecer y revertir el proceso de desplazamiento. “Ocupamos equipos de investigación que cuenten con los materiales y por supuesto, se necesita un presupuesto ya sea dentro de la UNAH u otra instancia del gobierno, y sobre todo que se asegure que se hará con profesionalismo”.
Además -apuntó- será importante fortalecer las lenguas más fuertes mediante procesos de revitalización que le den vida, desarrollo y mantenimiento.
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Lengua muerta no revive
El miembro de la Real Academia Española (RAE) e integrante honorario de la Academia de Geografía e Historia de Honduras, Atanasio Herranz, fue enfático al asegurar que cuando una lengua muere ya no se puede revivir.
Desde Alcorcón, comunidad española de Madrid, Herranz explicó a Proceso Digital que en Honduras no existe dimensión sobre la pérdida de una lengua.
Externó que “casi todos los grupos indígenas saben cuáles son las propiedades de las plantas y qué es lo que curan. La medicina moderna se vale mucho de las plantas y ahí hay una fortaleza para la sobrevivencia… al perder una lengua se pierde esta valiosa relación y la forma de ver al mundo”.
“Una lengua que se ha perdido y poco documentada como son las de Honduras, no ha habido un tan solo caso que se haya recuperado. Esos que dicen mentiras, sobre todo de la lenca y ese himno farsante que inventaron, no se puede revivir una lengua”, subrayó para referirse a grupos que se atribuyen una recuperación del lenca.
Reiteró que “perder una lengua es un desastre y todas las lenguas que han dejado de hablarse nunca han resucitado”.
En el caso de la lenca -dijo- se extinguió en todas sus variantes, tanto en Honduras como en El Salvador. Además, tampoco hay hablantes del chortí en el país, aunque sí hay 150 mil personas que lo usan en Guatemala.
“Después de las pérdidas del Motagua, prácticamente se liquidó el maya-chortí de Honduras. Del nahuat solo hay algunas palabras, no así hablantes”, expuso.
Reconoció que las lenguas más habladas son el misquito y el garífuna, pero alertó que éstos últimos se están perdiendo mucho porque los jóvenes no lo quieren hablar ya que aseguran mejor aprenden el inglés, en coincidencia con la doctora Carias.
A criterio de este honduro-español, el pech y el xicaque están en peligro de desaparecer.
Herranz propuso no abandonar la enseñanza de la lengua materna en cada una de las etnias indígenas. “Hay que tener maestros especializados, tener textos y recibir la educación primaria en su lengua materna, pero en estos momentos no hay libros, no hay diccionarios y tampoco se han hecho las cartillas, entonces todas corren mucho riesgo”, afirmó.
Cuestionó la apatía de las autoridades gubernamentales para fortalecer las lenguas indígenas. “Tengo un libro sobre los vocabularios de los lencas en Honduras y El Salvador, pero no lo he podido publicar, también tengo un diccionario gigante sobre el español de Honduras que lo trabajé en 26 años y tampoco lo puedo publicar”, puntualizó.
Tres lenguas amenazadas
En conversación con Proceso Digital, el máster en lingüística, Julio Ventura dijo que la mitad de las lenguas indígenas están a punto de desaparecer en Honduras.
Mencionó que desapareció la lengua lenca a inicios del siglo pasado.
Una lengua se declara muerta cuando ya no existe comunicación. Su razón se ser es la comunicación entre los miembros que componen la etnia indígena.
A criterio de Ventura la lengua tawahka está en un punto crítico a punto de desaparecer, al igual que el pech y el tol.
Lamentó que las lenguas indígenas no sean valoradas como una riqueza cultural para el país. “El indígena es visto únicamente como una fuerza para obtener recursos naturales y no naturales para recuperar economías, pero no son valorados por su dignidad como personas”, explicó.
Recordó que desde el siglo XVI cuando se da el contacto con los españoles, los indígenas hondureños se enfrentaron a virus y pandemias. “Ellos sabían cómo hacerlo y lógicamente lo hacían mediante su lengua indígena y todas esas formas ahora se han visto mermadas con el desaparecimiento de algunas”, aseveró.
Ejemplificó que actualmente en la Montaña de la Flor cuando alguien compra tabaco o realiza cualquier transacción económica, el cacique toma el dinero con cuidado y lo coloca en una mesa por tres días. “Esta es una lección histórica que tienen en vista que han sufrido todo tipo de epidemias desde sus ancestros”, señaló.
Citó que la historia indígena de Honduras comienza en el siglo XVI y en ese momento se hablaban otras lenguas como El chorotega en Choluteca, el matagalpa en Valle y El Paraíso, el lenca en el occidente.
Casas cunas indígenas
Recomendó a las autoridades gubernamentales dar vitalidad al Programa Nacional de Lenguas Indígenas mediante el fortalecimiento de la educación bilingüe en las aulas de los territorios indígenas.
Prosiguió que, en los territorios tawahka, pech y tol se deben comenzar a construir “casas cuna”, donde los niños dispongan de un jardín infantil y puedan adquirir conocimientos en sus lenguas en forma gradual.
“Las casas cuna ayudan a recuperar la identidad de la lengua nativa”, estimó.
Además, analizó que para evitar que una lengua muera es obligatorio formar lingüistas superiores, recuperar corpus lingüísticos (documentación) y despertar el interés de la comunidad.
Valoró que en el caso de la lengua garífuna se ha ido ganando identidad.
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Sin embargo, es importante mencionar que, aunque los miembros de la etnia garífuna lo hablan perfectamente, tienen muchas dificultades para escribirlo, estimó.
Política Lingüística en Honduras
En 1997 el Congreso nacional emitió la Ley de Educación Bilingüe e Intercultural (Decreto Legislativo 93-97) que supuso el reconocimiento de los derechos lingüísticos y culturales que asisten a los pueblos indígenas y negros y el respaldo del Estado de Honduras a los esfuerzos encaminados a conservar su patrimonio ancestral y a promover su desarrollo integral.
En el artículo 2 del decreto 93-97 se establecen como compromisos del Estado:
a. Asumir la diversidad histórica, sociocultural y lingüística de la sociedad hondureña como uno de los principios fundamentales para la educación y la cultura nacional, adecuando sus objetivos, políticas y estrategias de manera específica para la educación destinada a las etnias.
b. Propiciar el rescate, potenciación y desarrollo de las lenguas y culturas indígenas dentro del proceso de construcción y reafirmación de la identidad nacional.
c. Promover el bilingüismo tomando como punto de partida su respectiva lengua materna y su cultura específica y partiendo de ésta la lengua oficial del país sin perjuicio de la cultura nacional y universal.
d. Ofrecer una educación integral que contribuya a elevar el desarrollo humano de los grupos étnicos del país.
(JS)