Es función de los custodios del Estado evitar problemas prevenibles, y buscar solución permanente para los ya existentes. El problema de las placas vehiculares ha sido continuo a lo largo del tiempo, habiendo problemas recurrentes de adquisición y dotación.
Adicionalmente, ha sido visto por la opinión pública como un negocio opaco, asignado con criterios distintos al interés público.
Nuestras placas, cuando las había, costaban 500 lempiras el par (más de US$20), como un producto, excluyendo costos de registro y tasas vehiculares que se pagan de forma paralela. Al ser manejado como un fideicomiso de tasa, al Estado no le quedaba ninguna utilidad de estos L.500 (fuente 1). Esto sin considerar un servicio errático y una dotación no garantizada.
Para evaluar los costos reales estamos obligados a comparar otros lugares, cuando están cobrando la placa de forma independiente (o sea, no incluyen una tasa de registro). En Estados Unidos hay costos variables, pero las placas generalmente oscilan entre $4 y $8 cuando se cobran las mismas aparte (fuente 2). Entonces están pagando los usuarios una cantidad de menos de la mitad de lo que se cobra en Honduras (con los valores viejos).
Este es el valor de venta en Carolina del Norte: el costo por placa para el Estado es de $1.62 ($3.24 por un par-fuente 3). Aun considerando que es una empresa pública, con fuerza laboral penitenciaria, hay una gran diferencia en costo con lo nuestro. En todo caso se trata de empresas públicas donde el diferencial le queda como utilidad a la sociedad.
Entonces, hemos tenido un sistema insatisfactorio y caro. Repetir esquemas de licitación en condiciones similares nos dará los mismos resultados. Existen dos formas posibles de resolver este problema, cada una de las cuales es muy superior a lo que tenemos en la actualidad: o creamos una fábrica pública de placas, o licenciamos proveedores particulares para que estos las imprimen y entreguen.
Para ameritar una fábrica, se requiere una demanda constante. Con un parque vehicular que va rebasando los 3,000,000 (fuente 4), se espera una tasa de renovación, reposición, o nuevas importaciones de más de 400,000 anuales, de vehículos de todos tipos.
Si asumimos que la motocicleta ocupa solo una placa o es más barata, nos da un equivalente de 300,000 automóviles. Esto da un ingreso base anual de 150 millones de lempiras ($7.4M). Todos los equipos disponibles comercialmente tienen una fracción de ese costo. Si consideramos ese costo de $1.62 como base, vemos que la fábrica se pagaría en 1 año, y permitiría reducir los costos a los usuarios de las placas.
La emisión pública no tiene que ser manejada como una oficina de gobierno. Puede operar con un contratista de manufactura al que se le paga un costo fijo por placa, u otro contrato para una empresa de distribución, pero quedando la utilidad de la intermediación al usuario en manos del estado
El esquema privado funciona similar: Las empresas invierten en sus imprentas de placas, que son certificadas y están en línea con la base de información del Instituto de la Propiedad. El ciudadano las adquiere donde le resulte conveniente y más económico, fijando un valor máximo (pero no un mínimo) la autoridad.
Este sistema tiene la conveniencia de que fácilmente se homologa a las redes comerciales de distribución existentes, haciendo sencillos y rápidos los trámites. Sin embargo, no permite reducción de costos tanto como la empresa pública.
Existe algunas razones adicionales para una fabricación local, independientemente que sea privada o pública: el valor agregado, el empleo y las capacidades industriales adquiridas se quedan en el país. Los mecanismos utilizados tradicionalmente de licitación masiva y sin una exigencia de producción local resultan en una pérdida de esas capacidades. Necesitamos ir produciendo más de lo que consumimos localmente.
Este problema de las placas resulta una oportunidad para ir saliendo de un modelo de intermediación y clientelista de manejo de las adquisiciones públicas. Esperamos se aproveche esta oportunidad para construir un sistema más eficiente, barato y congruente con las necesidades del país
Fuentes
2. https://worldpopulationreview.com/state-rankings/car-registration-fees-by-state
3. https://connect.ncdot.gov/projects/research/RNAProjDocs/2017-17%20Final%20Report.pdf