La expectativa positiva generada en los primeros días de gestión del presidente estadounidense, Barack Obama, ha pasado a dejar claroscuros por los temores a que la recesión lleve a Estados Unidos a una nueva época de proteccionismo que se cobre como víctimas a los grandes productores de materias primas.
En números rojos cerraron los parqués de México y Buenos Aires, segundo y tercero más importantes de la región, además del de Santiago y el de Lima.
La bolsa mexicana fue la peor parada de todas las plazas de la región, con un desplome del 12,58% en el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC), su principal indicador, lo que muestra la mayor vinculación de la economía de México con su maltrecho vecino del norte.
Se salvaron de la quema la mayor plaza de América Latina, Sao Paulo, y las plazas de Caracas, Montevideo y Colombia, en las que los inversores abogaron ya por el optimismo, a pesar de los graves indicadores que indican el inexorable enfriamiento de sus economías.
En medio de las festividades navideñas, los parqués latinoamericanos comenzaron 2009 con optimismo, arrastrados por el Dow Jones, que empezó el año repartiendo dividendos.
No obstante, el clima de los negocios se fue enrareciendo conforme avanzaba el primer mes de este 2009, que se antoja de dificultades para las principales economías mundiales debido a la serie de indicadores y datos negativos, que se han convertido en una constante diaria.
El cierre del mes ha coincidido precisamente, con la entrada en recesión técnica de Estados Unidos, cuya economía experimentó una retracción del 3,8% en términos interanuales en el último trimestre de 2008, un dato que sirve para medir la profundidad de la crisis y los retos del equipo financiero de Obama.