Tegucigalpa – Centenares de hondureños se enfrentan este jueves a extensas filas para entrar a los supermercados y bancos de tres ciudades de Honduras bajo toque de queda absoluto luego de que el Gobierno autorizó un horario especial para abastecerse de alimentos, medicamentos y otros productos ante la emergencia sanitaria a causa del coronavirus.
Bajo el resguardo de las fuerzas del orden, los hondureños del Distrito Central, que conforman Tegucigalpa y Comayagüela; La Ceiba y Choluteca esperaban turno con un metro de distancia entre ellos, el mínimo recomendado para no contagiarse, en las afueras de algunos supermercados y bancos para retirar dinero.
El temor de muchos ciudadanos a quedarse desabastecidos de comida y otros productos de uso diario y la incertidumbre del tiempo que se prologarán el toque de queda los llevó a salir de sus casas desafiando los peligros de un posible contagio.
ALIMENTOS BÁSICOS
Los compradores, que ingresaban de veinte en veinte, algunos cubiertos con mascarillas y guantes de látex, bajo la mirada de militares que custodian los recintos, salían con bolsas con alimentos entre sus brazos.
Silvia Sánchez, que realizó una extensa fila para ingresar a un supermercado del sur de Tegucigalpa, dijo vía telefónica a Efe que logró comprar arroz, fríjoles y huevos, alimentos básicos en la dieta de los hondureños.
Sánchez indicó además que también pudo comprar papel higiénico, pero jabón para lavarse las manos no porque ya no quedaba en los estantes.
«Es difícil porque hay temor y preocupación. La gente necesita comprar arroz, fríjoles, fideos, este tipo de cosas para comer», señaló la ama de casa, quien dijo que para acceder al supermercado tuvo que llegar a las 5 de la mañana, aunque el establecimiento abrió hasta dos horas después.
En algunos centros comerciales y supermercados, a los ciudadanos les desinfectan las manos y los zapatos y les toman la temperatura corporal antes de ingresar.
TOQUE DE QUEDA
Para contener el contagio, el Gobierno hondureño decretó el lunes toque de queda «absoluto e indefinido» en las tres ciudades, donde se reportan diez de los doce casos positivos, medida ampliada un día después a San Pedro Sula, norte del país, cuando las autoridades confirmaron un nuevo contagio en esa ciudad.
Sin embargo, las autoridades autorizaron que una persona por familia pueda salir hoy a comprar alimentos, medicamentos y productos de higiene, pero anunciaron que el toque de queda volverá a regir a partir de las 17.00 hora local de hoy (23.00 GMT).
En el resto del país, afectado también por el dengue con 9 muertes y más de 10.000 casos, rige un toque de queda, con medidas drásticas que limitan el desplazamiento de la población a lo necesario: comprar alimentos o medicamentos, trabajar y acudir a centros sanitarios por causa de fuerza mayor.
Otra de las preocupaciones de muchos hondureños es que no saben si los han despedido temporalmente o si estos días que no trabajan por el toque de queda serán deducidos de sus vacaciones, aunque las autoridades de la Secretaría de Trabajo han manifestado que ningún empleado puede ser despedido a causa de la emergencia.
HAY QUE SER CONSCIENTE
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, instó a los hondureños que salieron a abastecerse de alimentos y retirar dinero en los bancos que sigan las recomendaciones establecidas para evitar la propagación del virus.
“Alguna gente no cree, otra gente piensa que no le va a pasar nada (…), aquí lo importante es que cada persona sea consciente de la magnitud del problema que está viviendo el mundo», subrayó.
El gobernante aseguró que el país no cuenta con los policías y personal de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) suficiente para controlar a cada hondureño, por lo que exhortó a cada persona a «estar consciente de la responsabilidad de salvar la vida de los suyos, su propia vida y la de los amigos, la de los vecinos, la vida de todos los hondureños, por eso la responsabilidad de cada uno».
Destacó que se autorizó la movilización «ordenada» de la ciudadanía en el Distrito Central, La Ceiba y Choluteca porque muchas familias no habían tenido la oportunidad de abastecerse de alimentos porque no les habían pagado su salario del mes de marzo.