La activista ucraniana por los derechos humanos y LGBTQI Olena Shevchenko tenía previsto liderar una multitudinaria manifestación en Kiev el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, como pilar de la organización de la Marcha de las Mujeres de esa ciudad. En cambio, Shevchenko se encontraba ese día a unos 500 kilómetros al oeste de Kiev, refugiada en la ciudad de Lviv, desde donde intentaba desesperadamente ayudar a otras personas a escapar —como ella había hecho pocos días antes— de los crecientes bombardeos y ataques de los vehículos terrestres blindados rusos contra Kiev y otra gran cantidad de ciudades ucranianas.
Oleana acompañó a sus padres desde Kiev hasta Lviv, donde se vive —por ahora— una relativa seguridad, pero teme por aquellas personas que quedaron atrapadas en las ciudades sitiadas. En conversación con Democracy Now!, Olena expresó: “Para las personas que no tienen dinero, es casi imposible escapar de las ciudades asediadas como Járkov y Kiev, y ahora también Mariúpol. En la terminal de trenes [de Kiev], obviamente ni siquiera es posible subirse a un tren, porque las colas duran como dos o tres días. La mayoría de los grupos sociales vulnerables —como, por ejemplo, las personas con discapacidad y las mujeres con niños— no tienen ninguna posibilidad de subirse a los trenes, porque la lucha que se da en la estación entre quienes quieren abandonar Ucrania es encarnizada”.
En Lviv, además del acceso fundamental a agua y comida, Olena tiene acceso a electricidad, Internet y servicio de telefonía celular, lo que le permite coordinar el escape de tantas personas como pueda. Pero la cantidad de ucranianos que necesitan ayuda es abrumadora.
Olena continuó: “Tengo tantas historias ahora. No sé cómo ayudar a toda esa gente. Recibimos miles de mensajes todos los días y sufres porque no puedes ayudar a todos. Puedes ayudar a unas diez o veinte personas por día, pero hay miles de pedidos”.
El 9 de marzo, el día después del Día Internacional de la Mujer, fue particularmente devastador. Rusia bombardeó el hospital materno-infantil de la ciudad portuaria de Mariúpol, al sur de Ucrania. Según lo que se ve en un video que se filtró, el hospital quedó completamente destruido. Al menos tres personas murieron y 17 resultaron heridas. El alcalde de Mariúpol informó que al menos 1.200 personas han muerto en esa ciudad desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero. Las personas fallecidas están siendo enterradas en fosas comunes. Escapar a través de los denominados “corredores humanitarios” que se han negociado ha resultado casi imposible en medio de los bombardeos rusos y las minas terrestres en las rutas.
Mientras tanto, en la ciudad de Washington D.C., lejos de los escombros humeantes del hospital de maternidad de Mariúpol, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley bipartidista de gastos generales de 1,5 billones de dólares para financiar al Gobierno federal hasta septiembre. El paquete presupuestario, que ha sido también aprobado por el Senado estadounidense, incluye 13.600 millones de dólares en fondos de ayuda de emergencia para Ucrania. También comprende la largamente esperada renovación de la Ley sobre la Violencia contra la Mujer, así como un fuerte aumento en el gasto militar.
Parte del dinero de la ayuda a Ucrania se destinará a apoyar a los más de 2,2 millones de refugiados que han huido de la invasión rusa. Entre las personas que apoyan la entrega de ayuda humanitaria a Ucrania se encuentra la congresista Ilhan Omar, del estado de Minesota, quien huyó de la guerra en Somalia cuando era niña y es la primera refugiada de origen africano en ser elegida para ocupar un escaño en el Congreso de Estados Unidos.
La congresista Omar dijo a Democracy Now!: “Es conmovedor ver el increíble apoyo que los países europeos, Estados Unidos y todo el mundo están brindando a los ucranianos que huyen de la guerra. Todas las personas que escapan de la guerra merecen este nivel de compasión y hospitalidad. […] Hay personas de Haití, de América Central, de Bangladesh, de Afganistán y de tantos otros lugares que están siendo desplazadas de sus hogares. Y sabemos que esta situación empeorará a medida que empeore la crisis climática. Tenemos que aprovechar este momento para comenzar a implementar políticas que traten a todas las personas que huyen de la guerra y la devastación de la misma manera que estamos tratando a los ucranianos en este momento”.
El Día Internacional de la Mujer tiene su origen en los primeros movimientos de mujeres de Estados Unidos y el Reino Unido, que luchaban por el derecho al voto y por condiciones laborales dignas. Pero también tiene sus raíces en Rusia, cuando las mujeres se manifestaban por la paz antes de la Primera Guerra Mundial. Con demasiada frecuencia, mientras son los hombres los que inician y emprenden las guerras, son las mujeres y sus hijos quienes sufren y mueren.
En la entrevista con Democracy Now!, Olena Shevchenko agregó: “A través de nuestras redes sociales recibimos pedidos de ayuda de una gran cantidad de mujeres de ciudades de todo el país. No tienen medicamentos. No tienen comida. No tienen ninguna posibilidad de sobrevivir. […] Por ejemplo, recibimos un mensaje de dos personas en silla de ruedas que dicen que están en un sótano de la ciudad de Bucha, muy cerca de Kiev, y que no tienen nada. Nadie sabe quién irá allí para rescatarlas. Ni siquiera sé si aún están vivas”.
Olena finaliza la entrevista con un llamamiento: “Les pedimos a las mujeres de otros países, de otras ciudades que salgan a las calles y se manifiesten en contra de la guerra y la violencia”.