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La lapidaria frase de El Mayo que se aplica en Honduras

Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Millares de hectáreas sembradas de coca, el tráfico de marihuana de potentes variedades y a gran escala, los prolíferos traficantes de fentanilo, algunos extraditados, y el hallazgo de cargamentos de esta droga, mantienen a Honduras estrechamente ligada a las actividades ilícitas, muchas vinculadas a la corrupción pública y los estamentos de poder, según testimonios en cortes de justicia, así como aseveraciones de fuentes antidrogas.

“El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción” dijo uno de los más buscados y escurridizos capos de la droga a nivel global, Ismael “El Mayo” Zambada, hace más de una década, para ser exactos, en abril de 2010, en quizá su única conversación con un periodista.

Lo expresado entonces por “El Mayo” Zambada a Julio Scherer, director de Proceso de México, parece reeditarse en su país y en naciones como Honduras, donde el lastre del narcotráfico y la corrupción   conforman un binomio vigente, poderoso y difícil de desentrañar.

El Mayo – Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió.

JS – ¿Nada, caído el capo?

El Mayo – El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí.

Hace apenas 12 días cayó en manos de las autoridades estadounidenses Ismael Zambada, de perfil discreto, sagaz y negociador de altos vuelos.

“El Mayo” es considerado, por estudiosos e investigadores del narcotráfico en las Américas, como un capo del mismo calibre de Nicolás Maduro, el presidente en funciones de Venezuela, de tal suerte que por cada uno de ellos, Washington ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares.

Aquella conversación entre el fallecido Julio Scherer, entonces de  83 años, y el capo Zambada parece estar más vigente en el momento actual y, su valor se aplica a realidades como la hondureña donde lo más alto del estamento político ha quedado desenmascarado y ha recibido sentencias en las cortes estadounidenses, mientras otros funcionarios están presos en cárceles de aquel país, a la espera de sus juicios o de sus condenas, en tanto,  no son pocos los que en Honduras sienten “pasos de animal grande” y saben que la justicia también les alcanzará o ya les investiga porque sus nombres salieron a relucir en los juicios de otros barones de la droga.

Diputadosalcaldes y funcionarios hondureños enfrentan procesos tras haberse entregado a la justicia estadounidense o haber sido extraditados y no son pocos los hondureños que están expectantes porque sus nombres han sido mencionados en las cortes de aquel país, especialmente en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

Igualmente ha ocurrido en México, país de “El Mayo” Zambada, donde el gran jefe Genaro García Luna ha sido juzgado y encontrado culpable de narcotráfico y delincuencia organizada en los Estados Unidos. Y pese a la política de “los abrazos y no balazos”, promovida por el todavía presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, entre el poder y el narco, las capturas como la del “Mayo”, siguen sacudiendo a una clase política cooptada y contaminada hasta el tuétano por el crimen organizado.

La defensa del que fuera secretario de Seguridad Pública, García Luna, ha logrado ampliar el periodo para prepararse. El juez Brian Cogan ha fijado la audiencia en la que determina la sentencia que recibirá, el alto cargo de la seguridad azteca, hasta el 9 de octubre, en un cambio de fecha que la defensa piensa usar para recopilar pruebas que abonen a la exculpación de su defendido. Ya son cuatro las oportunidades en que la fecha ha sido removida.

Pero las entrañas del narcotráfico parecen haberse removido hasta el tuétano en México tras la captura de “El Mayo Zambada”, en una operación que genera hipótesis que indican que el escurridizo capo fue engañado por Joaquín Guzmán López, uno de los “chapitos”, como se les llaman en el bajo mundo a los hijos de su antiguo y eterno socio Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien guarda prisión en los Estados Unidos tras un largo y mediático juicio.

Más allá de ello, en México, sus autoridades, incluido el presidente López Obrador, no salen de su asombro y no logran explicarse como Ismael Zambada fue capturado. El tema les ocupa e incluso lo investigan.

Al igual que en México, en Honduras la evolución del narcotráfico es cada vez más robusta y parece en pleno apogeo.

En este país centroamericano, donde el “Chapo” Guzmán fue huésped de honor en el occidente de Honduras, tras la captura de los capos de la primera generación como los Valle Valle en Copán o los habilidosos Cachiros en Colón y Olancho, luego tocó el turno a alcaldes de “ciudades mágicas” donde la economía floreció, de un día para otro, con la llegada a cantaros del dinero sucio. Tras la caída de esas estructuras criminales también las ciudades se han visto minadas y empobrecidas.

Luego fueron los narco diputados hasta llegar al expresidente Juan Orlando Hernández, juzgado y condenado  en Nueva York.

La proporción de las acciones contra los señores del narco en Honduras parecía ser avasalladora, pero, la realidad ha demostrado que los cárteles y sus líderes únicamente han mutado, se han reagrupado y muchos de ellos resurgen con mayor impunidad mientras otros mutan como si se tratara de componentes de modernas herramientas tecnológicas que cambian a mayor velocidad que la luz.

Así queda evidenciado con las extensas siembras de coca, para la fabricación de cocaína, cuyos cultivos se extienden por todo el país, especialmente en los departamentos de Colón, Olancho, Gracias a Dios, Yoro y Cortes, sin dejar de lado otras regiones hondureñas.

Son variedades de coca especialmente creadas para tierras hondureñas, elaboradas en laboratorios por expertos colombianos, han confirmado a Proceso Digital fuentes antidrogas.

De las extensas siembras de coca Honduras ha saltado a traficar fentanilo, “La llamada droga “zombie” que ya deja al menos media docena de extraditados a los Estados Unidos. Se trata de capos que en su mayoría han operado en el tráfico para California pero también lo han hecho para otras ciudades de la unión americana.

Igualmente, las autoridades hondureñas ya reportan incautaciones de cargamentos de fentanilo. Fuentes antidrogas han revelado a Proceso Digital que el fentanilo también se comercia localmente, lo que constituye una poderosa amenaza contra los jóvenes.

De tal suerte que Honduras es un reflejo de que, aquí, “el narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”, como afirmó El Mayo Zambada, el capo que sigue sacudiendo las entrañas de su país y de naciones como las del Triángulo Norte de Centroamérica, en una guerra que predijo perdida…(PD)

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