Pasan ya mas de 48 horas desde la invasión de la Rusia de Putin a la ahora desolada Ucrania de Zelenski.
El evento tiene consecuencias imprevisibles y precisamente debido a esta incertidumbre, los mercados han reaccionado de formas muy diversas: Aquellos activos mas expuestos al riesgo, a la volatilidad, se han desplomado de precio, mientras que otros que suelen actuar como “activos refugio”, tienden mas bien a apreciarse.
Los mercados bursátiles, por ejemplo, se han desplomado. ¿Por qué?, pues porque en ellos, el valor de las empresas sube cuando se espera que éstas van a obtener mas beneficios en el futuro y cae cuando se teme que obtendrán pérdidas o al menos, cuando no está tan claro si ganarán o perderán.
Por tanto, el hecho de que Rusia haya iniciado una guerra de este calibre, que ello le pueda acarrear sanciones económicas muy intensas y que las mismas sean replicadas por Putin para con Europa y Estados Unidos, desde luego, no pronostica que los beneficios de la inmensa mayoría de empresas en la economía vayan a mejorar. Por supuesto que las fabricas de armas, pertrechos y otras obtendrán ganancias, pero el efecto general será negativo.
¿Y que dicen los mercados al respecto? A menos de 24 horas de iniciado el ataque, el valor de las empresas norteamericanas y europeas que cotizan en bolsa, cayó en un 5%, mientras que, en la propia Rusia, las perdidas empresariales fueron del 49%, es decir, su valor se redujo a la mitad. ¿Cómo se debe leer esto? Pues no exactamente que Rusia va a perder la guerra, pero sí, que el costo económico de la invasión le será de consecuencias enormes.
El efecto de la caída de las bolsas de valores se hará sentir rápidamente, no solo en el comercio y los mercados financieros, sino también en los mercados de bienes y servicios. ¿Por qué circuito se verán afectados los mercados reales? Bueno, pues justamente por el talón de Aquiles de la economía mundial: La energía. En solo 24 horas, el barril de petróleo Brent ha subido ya arriba de los 100 US$ y parece que seguirá en escalada.
Esto no puede ser mas dañino para economías como la hondureña, que no solo es un importador neto de productos derivados del petróleo, sino que, además, mantiene un mercado de transporte tremendamente desordenado y con costos de transacción ominosos.
Bien. Y en medio de toda esta incertidumbre sobre cual va a ser el curso futuro de la economía, ¿Hacia adonde está yendo el dinero? Pues, se está moviendo a lo que tradicionalmente se conoce como “activos refugio”
Estos activos son principalmente las deudas de gobiernos que se perciben como solventes para aguantar el chaparrón. Me refiero específicamente a los Bonos del Tesoro norteamericano, alemán o japonés, que se han revalorizado en las últimas horas, es decir, sus tasas de interés han caído, ya que los inversionistas los perciben como suficientemente confiables para “refugiarse” en ellos mientras la situación cambia para bien, ya que los estados tienen la capacidad de extraer impuestos de sus ciudadanías y por tanto cuentan con una garantía de repago mayor que la que pueden exhibir otros activos, cuya capacidad de repago está sujeta a la capacidad de comerciar.
Un mensaje adicional, aunque mas matizado lo podemos obtener a través del mercado de divisas, o sea, la moneda “fiat” que utilizamos para comerciar internacionalmente, que no es mas que otro pasivo estatal y por tanto es un activo refugio cuando vienen turbulencias. Está claro, por ejemplo, que el dólar se ha revalorizado frente al euro debido a la crisis. El rublo ruso, por el contrario, se ha desplomado rápidamente, por tanto, los mercados se están refugiando en USA mas que en Europa.
Por último, otros refugios de mercado son los llamaos “activos reales” estos que no se desvalorizan o lo hace muy lentamente, porque su valor está en si mismos y no en su productividad, por ejemplo, la propiedad raíz o los metales preciosos como el oro o la plata, los cuales se han apreciado rápidamente en días recientes.
En definitiva, el mensaje económico que están transmitiendo los mercados a raíz de la invasión rusa es bastante claro: el mundo es hoy mas pobre que a finales del 2021, extrema incertidumbre e inflación por el lado de los costos. Una combinación desoladora para Honduras, sobre todo porque se suma a nuestros ya profundos problemas económicos internos.