En la entrevista, Zaratiegui Biurrun hace un parangón de la Honduras en la que él reside y su España natal.
Cuenta que aquí, en el centro de América, ha aprendido “que se puede ser feliz con muy poco”, que es una tierra donde “ves gentes que sonríen y no tienen donde caer muertos”, en tanto “aquí buscamos la tele de plasma”.
Dice que le molesta la corrupción y que la pobreza no es la enfermedad, es un síntoma de la corrupción y mala gestión pública., al tiempo que refiere que en China e India salen de la pobreza no gracias a la cooperación, sino a una eficiente gestión pública.
De su relato no se puede escapar la creciente ola de violencia que abate al país. “Tenemos 45 homicidios por cada 100.000 habitantes como si fuera una guerra civil. Todos los días hay unos 10 asesinatos en un país de 6 millones de habitantes. Si el programa que llevo funciona bien habrá menos delincuencia”, dice.
La mitad de los asesinatos son por narcotráfico, luego por robar y por consumo de alcohol. ¡Y beber con armas…! Con una limitación de cinco armas por persona casi todos están armados hasta los dientes, añade.
La entrevista completa a continuación:
«Un abuelo me apuntaba con metralleta»
- Juan Zaratiegui Biurrun, coordina la cooperación europea en Honduras. En Pamplona le resulta raro entrar a un local, incluso de comida rápida, y que los porteros no lleven metralleta
POR GABRIEL ASENJO
Hizo la «mili» como objetor de conciencia ayudando con Nuevo Futuro a la reconstrucción de Honduras tras el huracán Mitch. Ahora, entre otras tareas, trata de que uno de los países con más criminalidad del mundo sea más seguro. Soltero, 33 años, lleva diez en Honduras. Es publicista por la UN, máster en cooperación por Deusto y pretende formar con ayuda europea una nueva policía más efectiva y sin corrupción para el país que ama.
¿Qué ha aprendido?
Que se puede ser feliz con muy poco. Ves gentes que sonríen y no tienen donde caer muertos. Aquí buscamos la tele de plasma.
¿Nos quejamos de vicio?
A veces me da vergüenza ver cómo en Europa nos inventamos debates hasta con las marquesinas de las villavesas, cuando veo que allí hay gente que no sabe si va a poder alimentar a sus hijos al día siguiente. No entiendo por qué aquí la gente no es feliz.
¿Qué le saca los colores?
La corrupción. La pobreza no es la enfermedad, es un síntoma de la corrupción y mala gestión pública. China e India salen de la pobreza no gracias a la cooperación, sino a una eficiente gestión pública. En Honduras tiras un frijol en el suelo y nacen frijoles que dan de comer a toda la familia. Lo que pasa es que la tierra es de unos pocos. Por mucho que enseñes a pescar, si el río tiene dueño no haces nada.
¿Su receta?
Que los gobiernos utilicen sus instrumentos de política exterior y cooperación exigiendo que se luche contra la corrupción.
¿Un ejemplo de corrupción?
Cuando el Mitch, los japoneses construyeron ellos solos un puente fantástico sobre un río. Permitieron que los accesos se los hicieran otros, pero una riada se llevo todo menos el puente. Habían empleado más arena que cemento en la obra.
¿Ha visto muchas Teresas de Calcuta hablando español?
Y teresos. Muchísimos. Siempre veo que la Iglesia está donde nadie más puede llegar. Nadie tiene una relación tan cercana con los pobres en América. Lo que a un cura le cuesta diez a otros les cuesta cien. Son más eficientes.
¿Y por qué no dan ustedes el dinero a las iglesias?
Ya lo hacemos. Pero también tienes que trabajar en programas con los gobiernos.
¿Su mayor reto?
Donde me destinen, mejorar la calidad de vida de la gente. Tenemos 45 homicidios por cada 100.000 habitantes como si fuera una guerra civil. Todos los días hay unos 10 asesinatos en un país de 6 millones de habitantes. Si el programa que llevo funciona bien habrá menos delincuencia.
¿Cuándo ha pasado miedo?
Me quedé colgado en una montaña con el coche al borde de un precipicio deslizándose por el barro …Y apareció de la nada toda una familia humilde que me ayudó empujando. Es que la gente es buena.
¿Quienes son los malos?
La mitad de los asesinatos son por narcotráfico, luego por robar y por consumo de alcohol. ¡Y beber con armas…! Con una limitación de cinco armas por persona casi todos están armados hasta los dientes.
¿Vivir seguro es más cosa de policía o de educación?
En América Latina es cuestión de suerte. Si te toca, te toca. Doy cursos de seguridad a la delegación europea. Lo mejor, no resistir. En Pamplona te pueden atracar con cuchillo. Allí, con un pistolón, te pueden dejar en el sito. Si se encuentra con alguien tirado, puede ser una trampa.
¿Alguna otra aventura?
Secuestraron a un amigo italiano. Lo liberaron en un bosque. Fui a rescatarlo. Era de noche y se había refugiado en la casa de un abuelito que me recibió apuntando con una metralleta Thompson, la de los gánsteres. Es que no sabía si yo era secuestrador o rescatador.
Tiene más de cooperante, de policía o de diplomático…
De todo. Y de auditor de cuentas, porque utilizamos dinero público de la UE. Y tienes que ser diplomático porque muchas veces hay que decir no a un gobernante diciendo que sí.
¿Por lo que cuenta, se deprime?
Ironizando, dice un amigo que las cinco etapas del cooperante son: idealista, optimista, deprimido, cínico y corrupto.
¿Y en qué etapa se encuentra?
En la de deprimido-optimista. No es justo que con nuestros impuestos de clase media rellenemos el hueco de los ricos de otros países que no pagan impuestos.
¿Observa algún Obama latino?
Observo mucho líder populista con un discurso social que recuerda que hay pobres y que otros no lo han tendido, pero con tendencias totalitarias que preocupan mucho.
¿Con Obama, América latina será más feliz?
Al menos fue un cooperante de trabajo social en los barrios. Con Bush mis colegas norteamericanos quedaron abandonados. Pero con la crisis se recorta la cooperación.
¿La cultura de la «mordida» desaparecerá algún día en la América hispana?
Es ley no escrita. Las cosas no funcionan si no hay mordida. Se asume como suplemento salarial. Es que no hay casi funcionarios fijos porque con cada cambio político en América Latina cambian los empleados del gobierno. Pero vamos mejor.