Washington – El guatemalteco José Cáceres tenía 13 años cuando tuvo que esconderse entre un montón de basura y bajo una manta para no ser detenido y poder completar su viaje a EE.UU., un país donde la comunidad hispana trata de recobrar el aliento para enfrentarse a una Presidencia de Donald Trump.
«Mi experiencia me ha enseñado que no hay que rendirse y que por muchos golpes que te pegue la vida hay que seguir adelante», cuenta a Efe Cáceres, de 24 años y que se engloba en el grupo de once millones de inmigrantes indocumentados que Trump ha prometido deportar en cuanto tome posesión como presidente en enero.
Tiene miedo, siente angustia y una gran desesperación, pero dice estar acostumbrado al sabor «agridulce» de la vida.
Cáceres se benefició del plan de Acción Diferida (DACA) que proclamó en 2012 el presidente, Barack Obama, con el fin de frenar la deportación de los jóvenes que llegaron al país de manera irregular cuando eran niños, conocidos como «dreamers» (soñadores) y ante la imposibilidad de aprobar una reforma migratoria.
Esa medida de Obama, de carácter temporal, hizo que miles de jóvenes indocumentados salieran «de las sombras» y se incluyeran de manera voluntaria en una lista. Están identificados por el Gobierno como indocumentados y temen ser los primeros inmigrantes en ser expulsados del país por Trump.Leer nota completa.