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Hospitales móviles y ventiladores mecánicos, el mayor revés en la pandemia

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Tegucigalpa – A casi un año de la llegada del coronavirus, los hospitales móviles y los ventiladores mecánicos, han constituido el mayor revés que se ha registrado en las llamadas compras de emergencia y llave en mano, pues los mismos han resultado inadecuados y con fuertes hallazgos, en sus adquisiciones. de presunta corrupción, según informes oficiales.

Desde que se declaró la emergencia sanitaria, en los meses de febrero y marzo, los anuncios en el manejo de la pandemia se centraron en lo siguiente: 110 millones de lempiras para compras directas de emergencia.

Luego, el 13 de marzo, se aprueba la “Ley de aceleración económica” donde se destinaron 420 millones de dólares para la creación de una Red Integral Pública de Servicios de Salud/Seguro Social, bajo la cual se construirían al menos 95 centros médicos, incluyendo 11 hospitales, que, a la vez, generarían entre 80 y 120 mil empleos durante su etapa de construcción, así como unos 10 mil trabajos permanentes para operar los centros sanitarios. Los legisladores y los funcionarios públicos fueron más allá: ello sería construido en un término de seis a ocho meses.

En paralelo, se anunció la compra en Turquía de siete hospitales móviles, llave en mano a un costo de 48 millones de dólares, transacción que se hizo vía Google, al encontrar a un empresario identificado como Axel López, de nacionalidad guatemalteca, que llegó a Estados Unidos por puntos ciegos, escribió un libro sobre cómo hacer negocios en América Latina y luego trascendió que tenía viejas conexiones en Honduras con gente ligada a la política, la burocracia e incluso la academia.

Una historia a cuenta gotas

Los hospitales móviles se dijo que vendrían a aliviar la carga por demandas de los contagios por coronavirus, que iban a descongestionar los hospitales e iban evitar una crisis mayor. A casi un año de ese anuncio, de los siete hospitales móviles, solo uno está funcionando en San Pedro Sula, y el otro en Tegucigalpa, entró en funciones este viernes, pero solo para cuidados leves, según las autoridades.

Esos hospitales, que se suponía no tardarían en ser armados una vez que tocaran suelo hondureño, llegaron en mal estado, según imágenes captadas por personal del Ministerio Público, además, venían con moho, aparatos en desuso, entre otros hallazgos encontrados por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y el Ministerio Público. Al par, la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) denunció la sobrevaloración de esas estructuras móviles por más de 800 millones de lempiras.

Los otros cinco hospitales móviles, están siendo armados y corregidos también en sus fallas. Los que venían con capacidad para 91 camas, se les redujo a 61 porque las distancias no eran las adecuadas para pacientes con coronavirus, en tanto se tiene en un contenedor todos los equipos malos y defectuosos para hacer una sola “carga y envío” al proveedor, aseguran los responsables de su compra, es decir, Inversiones Estratégicas de Honduras (Invest-H).

Invest-H junto a la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), fueron designados por el gobierno para liderar el manejo de la pandemia, desdibujando así el papel rector de la salud que constitucionalmente tiene la Secretaría de Salud. Los mayores recursos para el manejo de la pandemia se han concentrado en esos entes, que, a su vez, son los rostros de los escándalos de corrupción en la pandemia.

El Ministerio Público investiga a ambas instituciones por el tema de hospitales móviles y la adquisición de equipos de bioseguridad, así como por la compra de ventiladores mecánicos, últimos con marcas incluso prohibidas para su uso por la FDA.

Si la compra dudosa de los hospitales móviles tiene con dos requerimientos al exdirector de Invest-H, Marco Bográn, bajo la figura de delitos fiables, mientras se ahonda en la investigación, el más reciente informe del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) sobre la compra de 220 ventiladores mecánicos, por parte de Copeco, también llave en mano, viene a ratificar la improvisación y el mal manejo de recursos públicos en dos áreas estratégicas de la actual emergencia sanitaria: los hospitales móviles y los ventiladores mecánicos.

Los ventiladores inadecuados

La auditoría del TSC concluye que existe responsabilidad penal en la adquisición de esos ventiladores, en donde se asocia la muerte de dos pacientes del hospital El Tórax, de la capital, porque dejaron de funcionar mientras estaban conectados a los pacientes.

La historia de los ventiladores mecánicos adquiridos por Copeco se retrata en los testimonios de los directores de los hospitales donde fueron distribuidos, así como del personal técnico especializado, consultado por los auditores del tribunal de cuentas y que constan en el informe.

En relación a la muerte de dos pacientes asociada a los ventiladores mecánicos, este el texto que al respecto destaca el informe del TSC: “ Por medio de la presente me gustaría informar que en dos situaciones Médicas de Urgencia en la sala y no habiendo otros dispositivos disponibles se optó por el uso de dos (2) ventiladores VIVO, los cuales inicialmente fueron programados conforme indicación médica y funcionaron adecuadamente cuatro días continuos siendo que en el quinto día en turno B es reportado por el médico de turno informando que ambos dejaron de funcionar presentando un mensaje de error (se desconoce que error), en consecuencia fallecieron ambos pacientes, por lo que recomiendo fuertemente NO UTILIZAR dichos ventiladores, esta recomendación está basada también por la alerta emitida por el FDA sobre el uso de estos dispositivos que consiste en la falla de seguridad en el potencial mal funcionamiento del teclado en ciertas situaciones, que el dispositivo interpreta erróneamente como una orden de interrupción del tratamiento, cuando el inconveniente se presenta no se activa ni se registra ninguna alarma y el dispositivo deja de funcionar (…)”.

Uno de los directores de los hospitales consultados dijo: “Ninguno de estos equipos proporcionados son necesarios para afrontar la pandemia del COVID-19, ya que primeramente se habló de ventiladores mecánicos, NO de transporte”. Y así van los relatos en los hospitales.

La auditoría del TSC revela que la compra de los ventiladores mecánicos tiene las mismas características de los hospitales móviles: una empresa de fachada, facturas adulteradas, su correo electrónico es inexistente, y no pudo ser googleada porque no existe en la red. Se pagó llave en mano, se compró equipo no recomendado para la salud por parte de la FDA de Estados Unidos, y se violaron numerosos requerimientos legales de contratación.

El TSC remitió los hallazgos de su investigación al Ministerio Público por encontrar indicios de responsabilidad penal y en ello se señala al ex comisionado de Copeco, Gabriel Rubí.

La pandemia del coronavirus, que ya registra más de 146 mil casos y alrededor de 3,570 muertes, ha develado la fragilidad de un sistema sanitario, que, a un año de la presencia del virus, el país parece estar como al inicio: apagando fuegos y con promesas de hospitales, vacunas y un sistema logístico a cargo de quienes portan la vergüenza del escándalo: Copeco e Invest-H. (PD)

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