Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – En las actuales circunstancias, cuando la pandemia por COVID-19 golpea al mundo y Honduras se queda a la zaga en el control de la misma, es indispensable fijar prioridades, no sólo por la crisis sanitaria sino también por las urgentes necesidades derivadas de las tormentas Eta e Iota. Agobiados por las multicrisis, los hondureños se ahogan entre sus demandas por respuestas inmediatas y a la vez, ven como los aspirantes a gobernar el país a partir del 2022, no tienen propuestas ni rumbo claramente definidos.
– Transparencia, factor indispensable para lograr proyectos de reconstrucción nacional.
– El nuevo Gobierno enfrentará una difícil situación económica y social, y aún no se ven propuestas de candidatos.
El país demanda trazar cuanto antes, una ruta que permita tener un horizonte como nación, han apuntado expertos y académicos que participaron en el Consejo Consultivo, una instancia creada después de los huracanes, misma que al concluir su trabajo planteó propuestas claras para que sean consideradas en el Plan de Reconstrucción y Desarrollo Sostenible (PRDS) sí existe voluntad política de avanzar hacia la prosperidad.
No es la primera vez que en Honduras se habla de reconstrucción y de echar a andar un plan de país; sin embargo, en el camino se ha perdido el rumbo y de acuerdo con analistas sociales, los gobernantes caen una y otra vez en improvisaciones.
Hoy se está a pocos meses de un proceso electoral general para un cambio de gobierno; en décadas pasadas eso significaba esperanza para ir mejorando, en la actualidad, lastimosamente priva el escepticismo motivado por la una débil institucionalidad, que no ha podido responder a las ingentes demandas de una sociedad con una potente conflictividad.
El país ya necesita un parteaguas, pero los políticos no dan muestras de que esto pueda pasar, los miembros del Consejo Consultivo han hecho énfasis en que quienes pretenden gobernar tomen en cuenta las recomendaciones para que tengan una planificación definida a corto, mediano y largo plazo.
¿Y las propuestas políticas?
Aunque los miembros del Consejo Consultivo, un órgano asesor de voluntariado, no se reunieron con aspirantes presidenciales, plantearon al gobierno que “es importantísimo que estos temas sean discutidos en el ambiente político, para generar conciencia de la difícil situación y las limitaciones que se tienen para hacerle frente, ya que la ejecución de un plan de reconstrucción requiere de la voluntad política y del respaldo de la ciudadanía para que sea sostenible”, dijo la expresidenta del Banco Central de Honduras (BCH) y miembro del grupo asesor, María Elena Mondragón.
“Este plan (Plan de Reconstrucción Nacional), al final va a ser responsabilidad de los próximos gobiernos, ni siquiera de uno, va a depender varias administraciones, porque son acciones que deberán ejecutarse en el mediano y en el largo plazo; por eso, nosotros insistimos en que tiene que ser un plan de país que todos los hondureños debemos de conocer y participar en su diseño. Esa socialización es necesaria para que tenga el respaldo requerido”.
La exfuncionaria agregó que “el gobierno que venga está obligado a saber a qué se enfrenta para poder proponer soluciones viables que permitan ir solventando esta situación; no será fácil, ya que se trata de serios daños en infraestructura, altos niveles de desempleo, pérdida de ingresos de las familias hondureñas, deficientes sistemas de salud y educación, empresas cerradas, una reactivación económica que no se da y por tanto, los ingresos tributarios que van a obtener ellos a futuro para financiar sus planes son muy escasos, sí consideramos también que una gran parte de los mismos están comprometidos para el pago del servicio de la deuda y salarios. En resumen, muchas necesidades y limitado espacio fiscal. Hasta ahora no hemos escuchado propuestas concretas en estos temas que son cruciales para el futuro de Honduras, ojalá que pronto las den a conocer”, apostilló.
Del papel a la práctica, la reconstrucción debe iniciar ya
Las recomendaciones y los planes pueden ser muy buenos mientras estén plasmados en el papel, lo importante es que esto no se quede en los escritorios de los altos funcionarios, y lo que es peor, que pase al archivo del olvido como ya ha sucedido con otros proyectos.
El informe final del Grupo Asesor, da a conocer recomendaciones que se enfocaron en definir algunos principios rectores para orientar la formulación y ejecución del PRDS: Transparencia en la información y manejo de recursos; participación ciudadana; rendición de cuentas; y, sostenibilidad económica, social y ambiental para lograr resiliencia frente al cambio climático.
Asimismo, en las recomendaciones planteadas se incluyeron temas de especial interés para la ciudadanía hondureña, tanto en materia de criterios para la asignación de los recursos financieros, como del aprovechamiento de lecciones aprendidas para fortalecer la sostenibilidad de las intervenciones futuras, ya sea por medio de políticas, programas o proyectos, sean públicos o privados, así como asegurar la participación equitativa de los ciudadanos en las oportunidades y el bienestar que podrían generarse.
En este punto, María Elena Mondragón, señala que para iniciar la reconstrucción es sumamente importante el abordaje que se le dé al control de la pandemia, porque, la pandemia no termina ahora y ni siquiera con la vacunación, va a requerir de acciones futuras de mediano y largo plazo y obliga a hacer un replanteamiento general, pero, principalmente del sistema de salud, economía y del sistema de educación, entre otros.
Otro punto que indica es que la reconstrucción debe iniciar cuanto antes ya que geográficamente Honduras está totalmente expuesta a los cambios climáticos y lamentablemente los eventos del año pasado pueden repetirse y con mayor intensidad, según expertos; por tanto, es urgente tomar acciones para mitigar estos riesgos.
En su informe, el Consejo Consultivo, da recomendaciones puntuales para el proceso de priorización de proyectos, entre ellas, comenzar de inmediato con acciones preventivas urgentes para proteger al país de cara a la próxima temporada lluviosa, dados los pronósticos que indican una alta probabilidad de ocurrencia de huracanes y tormentas tropicales en nuestra región en 2021.
Entre las múltiples acciones del documento del Grupo Asesor, se puede mencionar algunas como:
- Priorizar el aseguramiento y reforzamiento urgente de los bordos en el Valle de Sula.
- Trabajar rápidamente en la rehabilitación de la infraestructura dañada, que incluye puentes, carreteras y bordos.
- Restablecer la red de drenajes tanto para ciudades como para campos de cultivos; realizar labores de dragado en los principales ríos, buscando las zonas donde esta labor produzca los mayores beneficios, diseñar y aplicar mecanismos que incentiven la incorporación de las empresas en obras de rehabilitación y reconstrucción, bajo la supervisión y dirección del sector público.
- El Grupo Asesor también recomendó que la política ambiental e hidrológica debe constituirse en una política nacional prioritaria, también se debe fortalecer el SINAGER a través de la formulación de una política nacional de alerta temprana y gestión de riesgos de desastres, determinando la función de cada institución en la atención de las emergencias.
- Además, se sugirió, intervenir el área territorial del Valle de Sula, con énfasis en el municipio de Choloma, el Sur y este de San Pedro Sula, con obras de mitigación y alivio a inundaciones, entre las cuales, las represas de usos múltiples son la alternativa más viable para regular el caudal de los ríos Chamelecón y Ulúa.
Proyectos de mitigación y reconstrucción en medio de la crisis
El plan de reconstrucción que se elabore debe ser una ruta que el país siga para tomar acciones coherentes y garantizar seguridad a futuro sin importar el gobierno que esté, siempre tomando en cuenta que es sumamente importante el marco legal, el combate a la corrupción y promover la transparencia, explica la ex presidenta del BCH, María Elena Mondragón.
Seguidamente expresó que “lamentablemente tenemos que aceptar que el país ha perdido credibilidad por diversas razones, entonces este es el momento de ver el futuro con seriedad, con compromiso y con mucha responsabilidad”.
La falta de transparencia es lo que ha hecho que haya escepticismo tanto a lo externo como lo interno del país, y por ello la ciudadanía en su conjunto debe estar enterada de cada uno de los pilares y los propósitos que persigue este plan.
No obstante, aun en medio de la crisis, si el país logra presentar un plan de reconstrucción creíble viable y sustentable se puede lograr desarrollar con disciplina fiscal y el apoyo internacional.
“Naturalmente, esa cooperación va a ser a través de financiamiento porque no podemos pretender que sean donaciones, habrá más de algunas, pero no va a ser de ninguna manera lo que el país necesita entonces debemos de pensar que se va a tratar de financiamientos, por lo que se tiene que tener plena claridad de la situación fiscal presente y futura, ya que serían compromisos de país que deben ser cumplidos a cabalidad”, advirtió Mondragón.
Aunque los organismos y los países cooperantes están conscientes de las implicaciones económicas y sociales que ha dejado la pandemia a nivel mundial y en el caso particular de Honduras, también los efectos adversos que han provocado los huracanes Eta y Iota (que según informe de la CEPAL dejaron daños al país por más de 52 mil millones de lempiras), naturalmente éstos requerirán ciertas condiciones mínimas para otorgar su apoyo.
Por tanto, “si hay voluntad política, objetivos claros y se cumple con los principios rectores que recomendamos, como, transparencia en la información, rendición de cuentas sobre el manejo de recursos, participación ciudadana y sostenibilidad ambiental sí se podría tener un apoyo de la comunidad internacional, y lograr poner en marcha la reconstrucción”, concluyó.
La sociedad grita por respuestas ya y por una planificación urgente, porque hay temor de tiempos peores, por la extensión de la pandemia y por pronósticos de que más fenómenos pueden golpear Honduras, además de amenazas de inestabilidad política y social. (PD)
