Tegucigalpa – La angustia de alrededor de 600 familias hondureñas sigue viva al desconocer el paradero de sus parientes que tomaron la ruta migratoria en busca de una vida mejor, mientras que la migración de hondureños no cesa.
Comités hondureños de familiares de migrantes desaparecidos registraron, en los últimos años, más de 600 personas desaparecidas en esa ruta, sin que hasta ahora se conozca de su paradero.
En ese sentido, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) instó a las autoridades hondureñas apoyar a los familiares en la búsqueda de sus parientes desaparecidos en la ruta migratoria.
Una obligación del Estado
Elsy Reyes, coordinadora de la Defensoría de Movilidad Humana del Conadeh, destacó la importancia de recordarle al Estado su obligación de ayudar a estas personas en la búsqueda de sus parientes desaparecidos.
Es un tema de justicia, también, con aquellos migrantes que fallecieron en esa ruta migratoria y que nunca los familiares tuvieron información de cómo sucedieron los hechos, de qué forma desaparecieron o qué es lo que realmente sucedió, argumentó.
Lamentó que las familias sufren el resto de su vida por la desaparición de su pariente migrante, pero no solamente los familiares, sino también al resto de la población hondureña que sufre el desaparecimiento de familiares dentro del territorio hondureño y que, en muchas ocasiones, se desconoce el paradero, a pesar de los años.
Indicó que el Estado hondureño tiene que hacer procesos de investigación expeditos y exhaustivos que puedan ayudar a las familias que están sufriendo el desaparecimiento de uno o más parientes y que no saben dónde y si realmente están o no con vida.
Búsqueda de migrantes
El 5 de septiembre fue publicado un documental que retrata el trabajo de una organización de voluntarios que rastrea los parajes del desierto de Sonora, estado en el noroeste de México, en busca de personas migrantes pérdidas que han logrado cruzar la frontera, pero quedan atrapadas allí y en muchos casos pierden la vida.
“Águilas del desierto”, reúne a casi 100 personas, se fundó en 2012 y desde entonces han logrado rescatar con vida a 925 migrantes y recuperar los cuerpos de 178 personas fallecidas en el que es catalogado como el cruce fronterizo más peligroso del mundo.
Alberto Ortega, un mexicano de Michoacán que en la década de 1980 emigró hacia Estados Unidos donde estuvo casi 30 años como inmigrante hasta su regularización y donde todavía reside, se decidió ayudar a personas que según explicó pasan la frontera hoy en muchas peores condiciones que cuando lo hizo él mismo.
“Cuando un inmigrante se pierde en el desierto no sucede absolutamente nada, nadie llega, nadie llama, nadie se da cuenta, la gran mayoría de la gente en Estados Unidos no tiene la menor idea de que hay gente que pierde su vida cruzando su frontera”, arguyó Ortega, quien contrapuso esta realidad a cuando un excursionista se pierde dando un paseo en un parque nacional, donde sí movilizan todos los recursos disponibles para su localización.
Ortega atribuyó la migración a la pobreza, la inseguridad de ciertas regiones de México y Centroamérica y en general a la falta de esperanza.
Flujos de migrantes no cesa
La Defensoría de Movilidad Humana del Conadeh expresó que no hay registros oficiales que indiquen la cantidad exacta de personas migrantes hondureñas que salen hacia otros países, principalmente con destino a Estados Unidos.
Diariamente están saliendo hondureños de manera individual, acompañados o en pequeños grupos en búsqueda de mejores oportunidades de vida, pero ya no se tienen los flujos masivos como ocurrió entre el 2018 y el 2020 donde la gente salía en caravanas, detalló Reyes.
Sin embargo, la única referencia que se tiene es el número de hondureños retornados y deportados de diferentes países que sumaron, solo en el 2023, alrededor de 56 mil 172.
Entre enero y el 24 de agosto del 2024, suman otros 24 mil 328 hondureños que fueron retornados y deportados de más de una veintena de países, principalmente de los Estados Unidos de donde provienen el 75% y el 22% de México.
Durante este periodo fueron retornados y deportados 3 mil 190 niñas, 4 mil 304 niños, 4 mil 870 mujeres y 11 mil 959 hombres. IR