Zelaya dijo anoche a periodistas que le acompañan en una gira por Estados Unidos que hoy iniciarán en el país “fuertes operativos militares combinados con la Policía, con el fin de darle un margen de respeto a la ciudadanía frente al incremento que en ciertos lugares está teniendo la delincuencia común y organizada”.
La forma de organización que tiene el crimen en Honduras tiene un origen internacional muy grande y para eso tenemos que unir muchas veces esfuerzos, sabemos que es caro el sacar los militares a la calle, se gasta un promedio de más de cinco a siete millones de lempiras, dijo.
El gobernante declaró que las operaciones estaban programadas desde antes de su salida hacia Estados Unidos.
En sus declaraciones, el presidente dijo que para combatir el flagelo de la delincuencia no basta solo con la policía, es necesario que los jueces, los fiscales y la propia sociedad contribuyan para que esto disminuya, porque este es un producto de la descomposición social que hay en Honduras, producto especialmente del narcotráfico y de otros elementos que agravan la situación.
“Nosotros cumplimos nuestra función, hemos duplicado el número de policías, hemos creado más de 13,000 mesas ciudadanas y hemos duplicado el presupuesto de la policía, sin embargo, ocupamos la colaboración de todos para que la delincuencia sienta que está combatiendo contra un bloque, no solamente contra la policía”, señaló.
La imparable ola de violencia y delincuencia es, según investigaciones, uno de los principales problemas de la población hondureña.
Analistas consideran además que el enfrentamiento de este flagelo es uno de los principales puntos débiles de la actual administración.
Según un estudio del Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las muertes violentas se incrementaron en un 25,2 por ciento en 2008 más que en el año 2007.
La investigación reveló que 36 de cada 100 homicidios fueron ejecutados bajo la forma del sicariato.
El sábado, la Iglesia Católica de Honduras denunció la creciente «situación precaria» que atraviesa el país en seguridad, economía, educación y otros ámbitos, y demandó «medidas urgentes» para enfrentar la crisis económica.
«Es preocupante ver que se acrecienta la situación precaria que afecta la salud, educación, economía, política y la diversa gama de relaciones humanas en nuestro país», señaló la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), en un comunicado.