Tegucigalpa- El analista político Germán Leitzelar cuestionó duramente al Partido Nacional, al Partido Liberal y a Libertad y Refundación (Libre), al señalar que las principales fuerzas políticas del país se han negado históricamente a cambiar las reglas del sistema electoral, utilizándolas únicamente cuando les resultan convenientes.
Según Leitzelar, las reglas actuales “siempre sirven cuando gano yo, pero cuando pierdo ya no sirven”, una lógica que —afirmó— se repite cada vez que un partido llega al poder. “Después de toda la perorata, se encierran en discusiones estériles y empieza el monitoreo para que las reglas subsistan en la medida en que me convengan a mí”, expresó.
El analista explicó que en la mayoría de los países con democracias funcionales existen elementos fundamentales que garantizan la legitimidad de los procesos electorales. Entre ellos mencionó la claridad sobre qué se vota, la existencia de reglas e institucionalidad que funcionan y el respeto absoluto al resultado expresado en las urnas.
“Cuando se va a votar, ya sea a favor o en contra de un proyecto, la urna habla y le da órdenes al poder instituido”, subrayó. Sin embargo, lamentó que en Honduras ocurra lo contrario. “Aquí el poder instituido quiere decirle a la elección cuál debe ser el resultado y lo manipula hasta las últimas consecuencias. Esa es la parte dolorosa”, señaló.
Leitzelar reconoció que a nadie le gusta perder una elección, pero advirtió que la madurez democrática exige fortalecer la institucionalidad y los mecanismos electorales para que cualquier certeza individual de triunfo se traduzca en respeto al voto ciudadano y a los canales legales.
“Si perdí, lo acepto”, afirmó, al tiempo que hizo un llamado a los políticos a fin de que la sociedad hondureña evolucione hacia un modelo donde no importe quién gane o pierda, siempre que exista una oferta electoral sólida y confiable.
Finalmente, sostuvo que el país necesita avanzar hacia un escenario en el que cualquier candidato que resulte electo tenga algo positivo que ofrecer a Honduras. “Eso es lo que realmente necesitamos: desarrollo colectivo”, concluyó.LB








