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Fragmentos del cometa Encke se desintegran sobre Almería y Albacete

Dos fragmentos del cometa Encke han impactado en las últimas horas contra la atmósfera, uno sobre las costas de Almería y otro en la provincia de Albacete. Los dos fenómenos han sido captados desde el complejo astronómico de La Hita, en Toledo.

El primer fenómeno se registró a las 0:46 horas de la madrugada del 3 de noviembre, cuando “una bola de fuego más brillante que la Luna llena sobrevoló el sur del país y su luminosidad fue tan inusualmente grande que en el sureste de España la noche se convirtió en día por un instante”, ha destacado Astrohita.

A pesar de las nubes que cubrían parte del cielo, el fenómeno pudo ser registrado por los detectores que la Universidad de Huelva opera en el Complejo Astronómico de La Hita y en los observatorios astronómicos de La Sagra (Granada), Sierra Nevada (Granada) y Sevilla.

Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto Smart, que tiene como objetivo monitorizar continuamente el cielo con el fin de registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.

El análisis realizado por el investigador responsable del citado proyecto, el profesor José María Madiedo, de la Universidad de Huelva, ha permitido establecer que la bola de fuego se produjo por la entrada en la atmósfera terrestre de un fragmento del cometa Encke a más de cien mil kilómetros por hora.

El impacto tuvo lugar a unos 122 kilómetros de altura sobre el mar Mediterráneo, frente a la costa de Almería, desde donde la bola de fuego avanzó en dirección noroeste, extinguiéndose a unos 63 kilómetros de altura sobre la vertical de la localidad de Pueblo Blanco (Almería).

Aunque las nubes cubrían buena parte del sur y centro del país, no impidieron que la bola de fuego pudiera ser vista desde más de 400 kilómetros de distancia, si bien amortiguaron bastante su brillo en algunas zonas.

Una segunda roca

Un día después,  el Complejo Astronómico Astrohita detectó una  segunda gran bola de fuego que fue vista a las 4:54 horas de la madrugada, un fenómeno que los testigos definieron como un brillo “bastante mayor que el de la Luna llena”.

Al igual que la detectada un día antes, esta bola de fuego es parte de un fragmento del cometa Encke que entró en la atmósfera a más de cien mil kilómetros por hora.

En esta ocasión el impacto de la roca contra la atmósfera tuvo lugar a unos 113 km de altura sobre el oeste de la provincia de Albacete.

La brusquedad de dicho impacto provocó que la roca se volviese incandescente, lo cual originó una gran bola de fuego que avanzó en dirección noreste, sobrevolando Albacete capital y continuando su marcha desde allí para finalizar a una altitud de unos 51 km, sobre el este de la provincia.

Fue precisamente sobre la vertical de Albacete capital cuando la roca incandescente procedente del cometa Encke explotó bruscamente, lo que provocó un gran incremento del brillo de la bola de fuego.

Los fragmentos desprendidos del cometa Encke son en su mayor parte más pequeños que un grano de arena y se cruzan con la órbita de la Tierra durante los meses de octubre y noviembre, produciendo a lo largo de ese periodo varias lluvias de estrellas conocidas como Táuridas.

Sin embargo, los fragmentos que causaron las bolas de fuego de la madrugada del 3 y del 4 de noviembre tuvieron un tamaño muy superior (casi 1 metro de diámetro), motivo por el que su brusco impacto contra la atmósfera produjo un fenómeno inusualmente brillante.

Los astrónomos no descartan que fenómenos similares puedan producirse a lo largo de las próximas noches. EFE

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